CAPÍTULO 2

GRECIA

En cuanto el auto se detuvo contuve mi respiración, moría de miedo, quería salir corriendo a donde fuera, pero ni siquiera podía ver por donde caminar, uno de los hombres me sacó a empujones del auto y me arrastro adentro de un lugar, cada rincón de mi cuerpo tiembla de miedo y no puedo parar de llorar

Tenía los ojos vendados, pero tendría que estar sorda, para no saber que me trajeron a un burdel, en cuanto escuche que cerraron la puerta, otro de los hombres me quito la venda de mis ojos y me desató, había otras mujeres en la misma habitación.

Al ver a esas mujeres inmediatamente, les pedí ayuda, pero una de ellas me empujó y caí al suelo con mis ojos llenos de lágrimas.

—Aquí nadie va a ayudarte, de aquí nadie sale a no ser que sea muerta —mi informa una de las mujeres y yo no puedo dejar de llorar.

—Prepárala para mañana, ya esta noche está terminado y no hay clientes importantes, mañana vendrán los jefes y la chica es muy hermosa, quizás le guste a uno de ellos —explicó el hombre que me trajo y se fue dejándome ahí sola con esas mujeres mientras yo muero de miedo.

—Camina —me ordenó una mujer, pero mis piernas no reaccionaba cada rincón de mi cuerpo tiembla de miedo, así que ella me tomó del cabello y me arrastro para que la siguiera.

Me llevo a una habitación aparte donde me obligó a quitarme mi pijama y saco ropa para mí, tuve que ponérmela porque era eso o quedarme completamente desnuda, lo cual no haré, prefiero ponerme la ropa de prostituta, que quedarme desnuda ante ellos.

—De aquí nadie escapa, espero que te quede claro y que mañana por la le sonrías a los clientes y hagas todo lo que ellos quieran o morirás —la mujer se larga y me deja ahí encerrado, yo únicamente puedo llorar, no quiero estar aquí quiero huir de aquí, no sé cómo pero lo ahre saldré de aquí.

Estuve el resto de la noche en esa habitación encerrada, llorando, revise cada lugar, esa habitación buscando una salida para escapar, pero no la conseguí, ya estaba desesperada y no podía más.

—Vamos, hay que limpiar el club para esta noche, muévete —la mujer que me encerró la noche anterior me llevó con el reto de las chicas.

Estuvimos toda la mañana limpiando y recogiendo todo el desastre de la noche anterior, el lugar es muy grande, incluso tiene habitación particular y se para que son.

No quiero ser una más de estas chicas, no quiero ser una prepago, mientras limpiaba observé cada una de las salidas, pero en todas hay unos grandes gorilas vigilando, hombres musculosos y armados, alerta ante cualquier situación.

Creo que me tomará algo de tiempo salir de aquí y lo que más me preocupa es que si paso mucho tiempo aquí no podré evitar que esos hombres me usen como mercancía.

No soy virgen, pues tratando de huir de mi padre me refugio en los brazos de mi entonces novio a los 18 años, pero resultó ser otro idiota y todo terminó, por lo que volví a vivir con mi padre como me arrepiento.

A mis 20 años debí conseguir un trabajo, he de irme lejos de mi padre y así no estaría pasando por esta situación, pero ya no puedo pensar en lo que debí hacer.

Estoy atrapada aquí y debo encontrar la forma de huir a como de lugar, no quiero que mi vida termine en este lugar. Pero entre morir y vivir, siendo usada como un pedazo de carne por todos los hombres de este lugar, prefiero morir.

Se es algo extremista y muchos dirían que es mejor siempre estar vivo, pero en este sitio vivir, sería como estar muerto en vida, algo aún peor que la misma muerte.

Terminamos de limpiar después del medido día, el sitio es enorme y ni siquiera habíamos desayunado, por lo que me sentía débil y cansada, nos llevaron a todas a una habitación donde nos dieron una pequeña porción de comida, según para que no engordamos y dañinos nuestros cuerpos.

Malditos bastardos solamente nos ven como mercancías, mientras comía no dejaba de pensar en las posibilidades de salir de aquí. Aunque no tengo opciones aún, seguiré buscando hasta encontrar una salida.

Mientras comíamos unos hombres de traje entraron y hablaron con la mujer que nos vigila, uno de ellos se acercó a mí y me observo a detalle para luego atraer me a su cuerpo por la fuerza y mirarme a los ojos.

—La nueva es hermosa, no hará ganar buen dinero —sonríe el imbécil e intento besarme, pero lo mordí con todas mis fuerzas.

—Perra —el hombre me lanzó al suelo de un solo golpe y luego la mujer y otro hombre me sujetaron.

—Te enseñaré a ser obediente —con la ayuda de las dos personas que me sujetaban coloco algo en mi boca y me obligó a tratarlo, no paso mucho para qué comenzará a sentir mi cuerpo pesado.

—Prepárala para esta noche, con las mejores chicas, los jefes vendrán —fue lo que dijo ese hombre antes de irse.

Me siento perdida, sé que me drogaron, no sé qué hacer, me siento muy mal y ahora drogada, no tengo el control de mi cuerpo, lloro porque seguramente ellos terminaran usándome como un pedazo de carne barata lo cual no quiero que pase.

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