CAPÍTULO 3

NARRADOR

Teo o Taddeo Barzini, mejor conocido como el lobo gris, es miembro de una de las familias más ricas y poderosas de toda Italia, hombre de 30 años, ojos grises y un particular mechón de cabello gris en su cabello, razón por la que lo llaman el lobo gris, además de sus ojos del mismo color

Se convirtió en jefe de la mafia italiana muy joven, a los 18 años, cuando sus padres y hermanas fueron asesinados, él fue el único que sobrevivió a esa tragedia y juro vengarse de los que asesinaron a su familia y lo hizo con el tiempo y aunque aún le quedan enemigo ha asesinado a la mayoría de ellos.

Tras dos años siendo el jefe encontró a la mujer que le robaría el corazón, una hermosa niña de ojos color avellana, cabello negro y piel blanca, suave y delicada, él estaba seguro de que ella sería su esposa.

Aunque no todo fue como él lo planeó, el día que debió ser el más especial e importante para su vida, el día de su boda hubo un atentado donde su amada Jazmín murió y él quedó malherido.

Todo eso pasó antes de que ella pudiera llegar hasta él en el altar, él diez años después aún recuerda a esa mujer a la que aún ama con todo su ser.

Desde la muerte de su pequeña Jazmín, Teo no volvió a ser el mismo y nadie tenía permitido llamarlo por ese dimitido, para todos él es Taddeo o el Lobo gris, en el mejor de los casos lo tienen que llamar señor, pero jamás Teo, ya que así lo llamaba la mujer que él aún ama a pesar de su muerte.

Para todos ese día una parte de Taddeo murió, pues desde ese día usa una máscara de lobo para reunirse con sus enemigos, todos dicen que en la explosión de la iglesia ese día él perdió la mitad de su rostro y por eso mantiene su rostro oculto.

La verdad es que, ese día, Taddeo aunque salió herido, ninguna de esas heridas fue en su rostro, pero para ocultarse del mundo y de las mujeres, él usa esa máscara, es su escudo y mantiene a todas las mujeres lejos, ya que ninguna mujer va a querer estar con un hombre desfigurado.

La única persona que permanece cerca de él es su mejor amigo Fermín, además es su socio y quien da la cara por él frente a los demás y el único que ha estado a su lado todo este tiempo.

—Taddeo, hermano, vamos al club, me dijeron que esta noche abra chicas nuevas, y si no te gustan volvemos a casa, pero ya salgamos de aquí, hace diez años que estamos aquí encerrados. En especial tú, vamos por un trago —le insiste Fermín a un muy renuente Taddeo Barzini.

—Ya te dije que no me interesa ver a ninguna mujer, es mejor que este solo —responde Taddeo sin expresiones en el rostro.

Taddeo es frío, calculador, poco expresivo y muy cruel con sus enemigos, desde que perdió a su amada Jazmín ya nunca más se le vio sonreír, aunque cuando duerme a veces lo hace.

Sí, él sonríe cuando sueña con Jazmín y sus hermosos ojos color avellana, esos hermosos ojos que son su obsesión y los recuerdos de un gran amor.

—Por favor, concédeme el ir esta noche al club y no te volveré a molestar. Además, los nuevos socios piden verte o no firmarán, necesitamos tu presencia hoy en el club —insiste Fermín.

—Está bien, iremos, pero no quiero a ninguna de esas mujeres encima de mí, que guarden su distancia y no me molesten o las asesinaré —accede Taddeo molesto y Fermín sonría, pues ha logrado su objetivo de sacar a su amigo de su encierro y con un poco de suerte encontrar una mujer que lo haga disfrutar.

—Bueno, Prepararé todo para esta noche —Fermín, con una gran sonrisa en el rostro y la esperanza de que su amigo vuelva a salir a disfrutar de la vida tras 10 años, llamo al club y pido a las mejores chicas para él vio de esa noche.

Todos en el club, al saber que los jefes estarían en el Vio con clientes importantes, prepararon todo para ellos, desde los mejores trajes y comida a y las mejores chicas y las más jóvenes, para que puedan disfrutar, por supuesto entre ellas estaba la hermosa y delicada Grecia.

Al anochecer, Fermín salió en compañía de Taddeo al club, cuando Fermín se reunió con Taddeo renegó al verlo con su máscara de lobo puesta, qué mujer querría acercarse a él con esa máscara puesta.

—¿Cuándo dejarás esa máscara? —indagó Fermín, mientras conducía al club, pues le molestaba que su amigo siga escondiéndose del mundo.

—Cuando encuentre al último involucrado con la muerte de mi pequeña, solamente entonces podré dejar esta máscara antes no, así que déjame en paz y conduce antes de que me arrepienta —responde de mal humor Taddeo, algo normal en Taddeo los últimos diez años ha vivido de mal humor.

Al llegar al club ambos bajaron y fueron recibidos por todos haciéndoles reverencia. Ellos tramiten respeto y temor, nadie se atreve a decirles que no y las mujeres se siente alagadas si uno de ellos se las quiere llevar a la cama, por lo general el que hace eso último es Fermín, Taddeo las ha ignorado por años.

Una vez en la zona Vip, fueron atendidos como reyes, ellos y sus nuevos socios, cuando firmaron todos llegaron las mujeres, todas estaban encima de ellos, Taddeo no deseaba a ninguna, así que se levantó y pretendía irse hasta que se encontró a una muy drogada Grecia.

—¿Jazmín? —Taddeo la tomo del brazo y la miro directamente a sus ojos, esos ojos que le recordaban a su gran amor, claramente no era ella, pues su amada estaba muerta, pero esos ojos son su obsesión, los recuerdos de su más grande amor.

Taddeo sin poder dejar de mirar esos hermosos ojos de color avellana, pidió las llaves de su habitación, una que hace tantos años no se usa, pero él necesitaba estar a solas con esa mujer, requiere de entrar ahí para ver a detalle a esa hermosa mujer que le recuerda su más grande y único amor.

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