Capítulo 1: La Gala
La biblioteca universitaria estaba en completo silencio, apenas interrumpido por el leve pasar de páginas. Violet Kingsley se encontraba absorta en sus notas, rodeada por el confort de los libros y la tranquilidad del espacio. Mientras anotaba algunas ideas en su libreta, una sombra familiar se posó sobre su mesa. Al levantar la mirada, se encontró con Alexander Graves, cuyo uniforme perfectamente planchado y sonrisa cálida iluminaban la habitación. —No podía irme sin verte antes de mi turno —dijo Alexander, dejando un café a su lado con esa consideración que lo caracterizaba. —Siempre tan caballero —respondió Violet, sonriendo mientras cerraba su libro—. ¿Seguro que no estás escapando de alguna reunión aburrida? Alexander soltó una leve risa. —No es eso. Es que quería preguntarte si puedo pasar por ti esta noche para llevarte a la gala. Es un gran día para ti, y quiero estar contigo desde el inicio. Violet alzó las cejas, sorprendida pero agradecida por su gesto. —Eso sería genial, Alex, pero... tengo que comprar un vestido. No tengo nada adecuado para una ocasión así. Él se inclinó hacia ella con complicidad. —Deja que me encargue de eso. Yo puedo comprarte lo que necesites. Violet negó con la cabeza rápidamente, apretando sus labios en una sonrisa firme. —No, Alex. Este es mi día, y quiero que cada parte de él me pertenezca, incluso el vestido. He estado ahorrando para esto, y me hace ilusión poder elegirlo por mi cuenta. Alexander la miró con ternura. —Está bien, Violet. Pero al menos déjame acompañarte, para que no tengas que cargar bolsas sola. —Te agradezco la intención, pero me las arreglaré —dijo ella con determinación—. Confía en mí, no será nada que no pueda manejar. Alexander asintió y tomó su mano con suavidad. —Entonces será así. Te recojo esta noche para la gala. Quiero que disfrutes cada momento porque te lo has ganado. Violet le sonrió, sintiéndose agradecida por su apoyo. Pero detrás de esa gratitud había una creciente sensación de nerviosismo por lo que le esperaba en la gala. *** El centro comercial era una mezcla de lujo y color, con vitrinas relucientes que parecían competir entre sí para atraer la atención de los compradores. Mientras Violet caminaba entre las tiendas sin ver nada que le llamara realmente la atencion, mientras su amiga Rachel la seguía mostrandole uno que otro vestido que segun ella le quedarian bien. Rachel Walker era más que una amiga para Violet; había sido como una hermana desde que se conocieron en el primer semestre de la universidad. Mientras Violet luchaba por adaptarse a la residencia universitaria y a un mundo lejos de las expectativas de sus padres, Rachel se convirtió en su apoyo incondicional. Con su cabello oscuro recogido en una coleta alta y unos ojos marrones llenos de vivacidad, Rachel siempre sabía cómo hacer que Violet saliera de su zona de confort. —Vamos, no puedes elegir cualquier vestido, Violet —dijo Rachel mientras la guiaba hacia una boutique exclusiva de estilo elegante pero moderno. El espacio estaba decorado con tonos suaves, luces doradas y todo gritaba sofisticación. Violet miró los estantes llenos de vestidos con detalles elaborados y telas brillantes, sintiéndose un poco fuera de lugar, no era que no le gustaba esos hermosos vestidos pero no estaba acostumbrada a usar ese tipo de ropa y menos en esos eventos. Mientras recorría el lugar, Rachel tomó un vestido rojo con pedrería y lo sostuvo frente a ella. —Este sería perfecto para ti. ¿Qué opinas? —preguntó con entusiasmo. —Es hermoso, pero… no es mi estilo —respondió Violet con una sonrisa ligera. Siempre había preferido algo más sencillo, algo que reflejara su personalidad sin llamar demasiado la atención. Rachel bufó y volvió a colgar el vestido en su lugar. —De verdad, Violet, tienes que destacar esta noche. El benefactor no es cualquier persona. Adrián Vólkov es frío, arrogante y… digamos que no pasa desapercibido. Violet frunció el ceño, intrigada por la manera en que su amiga hablaba de él. —¿Desde cuándo te interesa tanto un benefactor de becas? —preguntó, tomando un vestido azul que parecía llamar su atención. Rachel se apoyó en una silla cercana y miró a Violet con ojos brillantes de curiosidad. —No es que me interese él. Es que nadie deja de hablar de él. No sé si es por su poder o su actitud, pero todo el mundo tiene algo que decir sobre Adrián Vólkov. Escuché que tiene una reputación... peculiar. —¿Peculiar? —Violet se detuvo para examinar el vestido. Era sencillo pero elegante, con un diseño limpio que resaltaría sus ojos verdes. —Sí, peculiar. Frío, implacable, control absoluto sobre todo lo que toca. Hay personas que dicen que nunca acepta un "no" como respuesta. Violet se rió suavemente mientras se dirigía al probador. —Nadie puede ser tan malo como dicen, Rachel. Quizá simplemente es alguien reservado, y eso incomoda a la gente. Rachel se encogió de hombros, divertida por la manera en que Violet intentaba justificar lo injustificable. —Pues espero que tengas razón. Pero si te cruzas con él esta noche, por favor, no dejes que te intimide. Violet sonrió antes de entrar al probador. La tela del vestido azul se sentía ligera contra su piel, y al mirarse en el espejo, supo que había encontrado lo que estaba buscando, era sencillo y se ajustaba a sus curvas de una forma sutil, le gustaba mucho. *** Violet Kingsley ajustó los tirantes de su vestido frente al espejo. Definitivamente era sencillo, en comparacion con los que su amiga les habia mostrado, ese era muy recatado, de un tono azul que resaltaba el verde de sus ojos, pero para ella significaba más de lo que parecía. A ella no le gustaba que le compraran cosas, se sentia incomoda, ella preferia obtener lo que quisiera por sus propios medios, asi que había ahorrado durante semanas para comprarlo, sabia que esta noche sería especial. Era su primera gala benéfica, una en la que no sería solo una espectadora más, sino una de las ganadoras de una beca. Cuando Alexander llegó para recoger a Violet esa noche, su mirada fue suficiente para tranquilizarla un poco. Desde el umbral de la puerta, Alexander la observaba con una sonrisa. Vestía su uniforme de gala, con su postura impecable que reflejaba la disciplina que lo definía como Marine. Para él, acompañar a Violet esa noche era un orgullo. —Te ves hermosa —dijo Alexander, acercándose para rodearla con sus brazos.—me gusta que sea un vestido modesto. Violet sonrió, relajándose un poco con su presencia. —Gracias. Estoy tan nerviosa... No sé si encajaré en un evento como este. —No tienes de qué preocuparte. Estás aquí porque te lo mereces —le respondió con firmeza, él confiaba en su talento—. Solo sé tú misma. Vestida con el elegante vestido azul que había elegido con tanto cuidado, Violet no sabia porque se sentía vulnerable. El automóvil avanzaba hacia el lugar de la gala, y mientras Alexander hablaba con calma sobre los detalles del evento, pero Violet apenas podía concentrarse.Capítulo 2: Primer encuentro El sonido de los flashes y el murmullo de voces envolvieron a Violet en cuanto bajó del auto. La alfombra roja conducía hasta la entrada del lujoso salón donde se celebraba la gala de la Fundación Vólkov. Había asistido a eventos universitarios antes, pero esto era diferente. El aire vibraba con el peso de la élite, y los ojos de los periodistas iban de un lado a otro buscando declaraciones interesantes. Una vez que llegaron, el salón era un espectáculo de luces y ni hablar del lujo. Cada rincón irradiaba elegancia, con mesas decoradas en tonos dorados y plateados, y un escenario principal rodeado de flores perfectamente arregladas. Los invitados, vestidos con sus mejores galas, conversaban animadamente mientras la música suave llenaba el ambiente. Por un momento sintió que no estaba bien vestida, quizas el vestido rojo que habia elegido Rachel si iba mas acorde con la ocasión, era mas elegante, mas sexy, mas llamativo, parpadeo varias veces sacando eso
Capitulo 3: AdrianPov AdrianEl salón de la gala brillaba con una opulencia que buscaba impresionar, pero que para mí no era más que un intento mediocre de alcanzar un estándar que nunca lograrían. Los candelabros lanzaban reflejos dorados sobre las mesas cubiertas de manteles impecables, los arreglos florales estaban colocados para transmitir sofisticación, y la música era lo suficientemente discreta para no perturbar las conversaciones pretenciosas de los invitados. Todo estaba diseñado para provocar admiración, pero lo único que realmente importaba era mi presencia. Sin mí, este evento carecería de significado.Caminé con pasos firmes hacia el centro del salón, donde se reunía un grupo compuesto por otros generales, el decano de la universidad y un par de socios potenciales. Cada conversación que sostengo tiene un propósito. No hay palabras desperdiciadas, ni gestos sin intención. Cuando llegué, las miradas se desviaron automáticamente hacia mí, como siempre ocurre. Soy el centro
Capitulo 4: La cenaViolet estaba sentada nuevamente junto a Alexander, pero su mente seguía atrapada en aquel momento con Adrián. Aunque el bullicio del salón parecía volverla al presente, no podía ignorar la sensación que él había dejado en su interior. Era como si sus palabras y su presencia hubieran sembrado una inquietud que no podía comprender del todo.—¿Todo bien? —preguntó Alexander, rompiendo el hilo de sus pensamientos. Ella levantó la vista hacia él, su preocupación estaba reflejada en el azul profundo de sus ojos. Alexander siempre había sido su refugio, su constante, y la mirada tranquilizadora que le dedicaba en ese instante era lo que necesitaba. —Sí, solo estoy cansada. Ha sido una noche… larga —respondió con una sonrisa que trataba de transmitir más seguridad de la que realmente sentía. Alexander le devolvió una sonrisa cálida. —No te preocupes, amor. Pronto podremos irnos. Pero estoy tan orgulloso de ti, ¿lo sabes? Verte subir al escenario… saber que estás logra
Violet Kingsley lleva una vida tranquila como estudiante universitaria de literatura. Sueña con convertirse en escritora, algo muy diferente a todo lo que la rodea que son los negocios y las personas poderosas. Su relación con Alexander Graves, un marine honesto y protector, representa estabilidad y seguridad, justo lo que siempre ha valorado, ya que el representa lo seguro, lo predecible, es el novio ideal, pero carece de la intensidad que Violet busca.Pero todo cambia cuando gana una beca patrocinada por Adrián Vólkov, un Marine de alto rango multimillonario conocido por su frialdad, sus métodos implacables y su control absoluto sobre quienes entran en su órbita. Su primer encuentro en una gala benéfica es tenso, peligroso, eléctrico. ¿Porque? por que Adrián la observa, la analiza y decide que debe tenerla, aunque ella no quiera.Desde ese momento, Vólkov no solo está en su vida, está en todas partes. Cada intento de Violet por alejarse solo refuerza su obsesión.Pero la presión