Sus cuerpos cayeron sobre la cama, satisfechos y con sus corazones agitados.—Eres maravillosa —murmuró Frederick, besando la frente de Selene.—Te amo —respondió ella con una ligera sonrisa, acomodándose entre los brazos de Frederick.—Estoy deseando que nuestra boda llegue, si pudiera adelantarla lo haría sin dudar —dijo.Selene negó.—No puedes hacer eso, el cumpleaños de Samantha no puede cancelarse —le recordó.—Lo sé, amor mío —él suspiró.—¿Hay algo que te preocupa? —pregunt&
Frederick sonrió como un tonto, su corazón latía con fuerza solo de imaginar a Selene convertida en su esposa y no tener que estar escondiéndose para hacerla suya las veces que lo desearan, pues estaba seguro que la pasión que corría por su cuerpo era la misma que Selene sentía cada vez que estaba con él. El rey no se había sentido tan feliz desde que llegó al trono, su vida se había convertido en un compromiso tras otro y todos eran por y para el pueblo de Astor. Selene llegó a su vida cuando no sabía que lo necesitaba y estuvo a nada de echar a perderlo al principio. Entonces, no tenía ninguna razón para confiar en ella y menos, podría imaginarse que aquella muchacha iba a convertirse en su mundo y en su razón de ser. Un suspiro escapó de sus labios junto a un sollozo muy cerca de él.Frederick pensó que se trataba de Selene por lo que apresuró el paso, temiéndose lo peor, sin embargo, no era su joven y amada prometida quien lloraba, sino su madre.—Madre —la llamó.Leonor levantó
Samantha esperó la reacción de Henry, pero él se quedó pasmado o más bien fingió quedarse de una pieza ante la confesión, su mano se detuvo en el aire, apartándola de la mejilla de la joven princesa.—¿No vas a decir nada? —preguntó con el corazón acelerado.—Su Alteza —la llamó de manera formal—, no hay nada que yo pueda hacer para impedir un compromiso con otro hombre.Samantha dio un paso atrás ante la respuesta de Henry.—Creí que te importaba, que te preocupabas por mí —sollozó Samantha.—Y lo hago, Su Alteza, pero… ¿quién puede oponerse a los deseos de Su Majestad? No soy yo el valiente caballero que va a rescatarla, para mi desgracia.—¿Qué quieres decir, Henry? —preguntó, empecinada en llamarlo por su nombre, rompiendo las reglas.—Yo puedo pelear por usted, Su Alteza, pero no hay manera que pueda contra el poder del Rey y menos, si cuenta con la aprobación de la Reina Madre; sin embargo, hay algo que usted puede hacer.—¿Qué es, Henry? Dime y yo haré lo que sea para impedir q
El rostro de Henry se crispó ante las palabras de Frederick, lo miró con odio contenido, sus dedos se cerraron en dos fuertes puños hasta que el color de sus nudillos cambió de color.—¿Quién demonios crees que eres para decidir sobre mi vida? —gruñó con rabia, mientras Frederick lo miraba con fría calma.—Soy tu rey.—¡Y una mierda! —graznó, poniéndose de pie con violencia, tanto que la silla cayó sobre el piso. Las facciones de Henry estaban desfiguradas, sus dientes se apretaban tanto, que parecía que iba a perderlos en cualquier momento.—Controla tu carácter y tu lengua —le aconsejó Frederick poniéndose de pie con gracia y elegancia.—Sabes muy bien que yo soy el legítimo dueño del trono que ocupas —gruñó—. No te atrevas a querer dictar mi vida, Frederick.Un sonoro golpe se escuchó, era el puño del rey impactándose sobre la dura y fina madera de su escritorio.—Fuiste desheredado y apartado de la línea sucesoria por nuestro abuelo, Henry, te guste o no, soy el Rey de Astor y tu
53. ¿Cómo has podido aceptar esto?Selene intentó indagar un poco más, pero Samantha fue hermética al respecto, por lo que, finalmente, cedió y se dedicó a hablar con la joven princesa de los preparativos para su fiesta, la cual ya estaba a la vuelta de la esquina. El tema del futuro pretendiente de la princesa quedó atrás, pero Selene no dejó de darle vueltas. Esperaba de todo corazón, que Frederick consiguiera un buen hombre para su hermana, pues, aunque era un poco testaruda, no era una mala mujer y merecía un amor bonito y puro como el que ella estaba experimentando por su futuro esposo. Alcanzaron a estar reunidas unas pocas horas, en las que intentaron conocerse un poco, Samantha dejó de lado un poco su tristeza, cuando le contó a Selene algunas de sus experiencias divertidas con los animales de la granja de sus tíos, lo que sorprendió a la joven, pues la princesa se veía tan delicada, que imaginarla jugando y trabajando con los animales, fue una imagen que contrastó, pero le
«Puedo jurarte que Frederick hace tiempo que no suspira por ti»Regina no quería dar crédito a las palabras de Henry, sin embargo, Frederick se había comportado distante cuando la saludó, sus ojos ya no brillaron como antes. La mujer experimentó un vacío en la boca del estómago y tuvo que sentarse para no caer de bruces.Henry miró el pálido rostro de Regina y se sintió complacido.—Es tu única oportunidad de convertirte en Reina un día —soltó, tanteando el terreno que pisaba.Regina lo miró sin comprender.—¿Cómo puedes decir tal cosa? Casada contigo solo puedo aspirar a ser la esposa del Duque.—Soy el legítimo heredero, Regina.Ella lo miró.—Eso no te convierte en posible heredero a menos que… —Regina abrió los ojos al comprender a lo que Henry se refería.—Estás conmigo o en mi contra, tú decides, Mi Lady —le dijo con seriedad y un poco de ironía. Regina no tenía la más mínima posibilidad de negarse, su padre ya había llegado a un acuerdo con Frederick y las cosas estaban
Marcus se puso de pie al ver a su tío aparecer, acompañado del Rey a quien le hizo una corta reverencia.—Estaré encantado de ser su anfitrión esta noche, Marqués —dijo Frederick.—El honor es mío, Su Majestad —exclamó el hombre con un ligero asentimiento de cabeza.Frederick le dedicó una ligera mirada a Marcus y abandonó la estancia.—¿Todo bien? —preguntó Marcus al quedarse solo con su tío.El hombre lo miró con una intensidad que lo asustó.—Su Majestad y yo teníamos muchos asuntos que tratar, Marcus. Unos más importantes que otros, pero hemos llegado a un magnífico acuerdo —expresó.Marcus asintió.—Entonces, ¿vamos a quedarnos? —preguntó el muchacho, sentándose junto al Marqués.—Ya lo has escuchado y no pienso desairar al Rey, por lo que te pido que guardes la compostura y si puedes deleitarnos con una de tus bonitas melodías, estaré más que agradecido contigo.—Estás comportándote más serio de lo normal, ¿hay algo que necesite saber? —le cuestionó Marcus.El Marqués negó con u
Samantha se vio tentada a salir corriendo, pero la mano de la Reina se lo impidió, cuando se posó sobre su hombro. —No quiero estar acá —murmuró Sam tan bajo, que nadie la habría escuchado, si no fuera porque su mamá estaba realmente cerca. —Samantha, por favor, tu hermano tiene un anuncio importante —refutó la reina en tono bajo. A ella también le dolía tener que casar a su hija tan pronto, apenas llevaban algunas semanas juntas y prácticamente, ya la estaba enviando lejos, pero prefería eso a que su hija cayera en las manos de Henry. Todo era por su bienestar y confiaba en que el hombre que su hijo había conseguido, fuera el hombre que Sam necesitaba a su lado. —Por favor, tomen asiento —insistió Frederick y Samantha no tuvo más opción que sentarse al lado de su madre, mientras que Marcus caminó al lado de su tío. —Su Majestad, por favor continúe —pidió el hombre, manteniendo su atenta mirada sobre la princesa. Una mirada que Sam sintió como si le quemara la piel. —La familia B