Al caer la tarde, Amelia se fue más temprano para su casa, además de querer ver a sus gemelos, debía hablar con Olivia, contarle su situación y decirle la verdad de lo que estaba pasando, no podría mentirle, pues sentía que a ella le debía demasiado.Por su parte, Maximilien también regresó a enfrentar su realidad, antes de abrir la puerta de su mansión, cerró los ojos y suspiró, a pesar de las advertencias de su madre, se arriesgaría al todo con Amelia.Selene estaba sentada en su silla en la sala de estar, su rostro estaba gélido, apenas Maximilien entró, ella fijo su mirada en él, sin mediar palabra se levantó, a su lado tenía lista un par de maletas. Las tomó dispuesta a irse.—Hola Selene—Maximilien se acercó , tratando de romper el hielo—¿Hola? —Respondió Selene, instantáneamente una lagrima rodó por su mejilla —Llegas como si nada hubiera pasado ¿Verdad? ¿En donde estuviste anoche Maximilien?—Selene, tenemos que hablar, yo sé que te debes estar preguntando por todo lo que es
Después de lo sucedido con Jean, de nuevo Amelia se entregó al trabajo, Maximilien le había escrito un par de mensajes, de que ese día no se presentaría a la oficina, y aunque ella no le prestó mucha atención ya que estaba demasiado ocupada, sabía que las cosas con él estaban marchando por buen camino, solo era cuestión de tiempo para poner todo en su lugar.Y eso la hacía realmente sonreír, ya el resto de lo que tuvieran que enfrentar, sería por añadidura.Mientras que él, no la tenía para nada fácil, estaba tratando de solucionar las cosas con Selene, antes de que ella decidiera regresar a su país y no volver jamás, quitándole la posibilidad de conocer a su hijo.Selene, a modo de manipulación la noche anterior se quedó en donde su suegra, haciendo que ella llamara a Maximilien para reclamarle por lo sucedido. Los tres estaban reunidos en casa de Mary, todo era silencio y zozobra.—Maximilien, hijo, ¿Por qué eres así? ¡Mira! ¡Mira! a tu pobre esposa como está, destrozada y llena de
Amelia apresuro la reunión que tenía en ese momento en su despacho, estaba desesperada por saber que le pasó a Maximilien, y el porqué de su actitud. —Gracias señor Maxwell, me estaré comunicando con usted próximamente —Amelia despidió al empresario —Pero señora Hastings, siento que nos quedaron algunos detalles pendientes —Le reprochó el hombre, pero Amelia solamente quería quedar libre para buscar a Maximilien. —Lo sé, iré hasta su oficina despues de la junta directiva para ultimar los detalles. Ser lo prometo —El hombre negó con la cabeza y salió de la oficina de Amelia, mientras que ella sacó su telefono, marcó impaciente el numero de Maximilien, sus manos le temblaban a medida que escuchaba el timbre, pero él no le contestaba. > Amelia insistió varias veces, pero él rechazó su llamada, hasta que finalmente apagó su telefono. Ella estrelló el suyo contra su escritorio, frustrada por la impotencia de no poder comunicarse con él
Amelia ni siquiera pudo conciliar el sueño y se levantó con una fuerte resaca producto del trasnocho, sin embargo, se arregló lo mejor que pudo y se fue dispuesta a enfrentar su destino, a pesar de que la mitad de su concentración estaba dispuesta en su mansión, Lucían ya estaba un poco mejor, y Olivia seguía en el hospital.—Antonia buenos días —Amelia se giró para saludar a su secretaria, pero trastabillo al darse cuenta de que en su puesto estaba otra mujer. —¿Disculpa? Este es el puesto de mi secretaria, ¿En donde esta ella?—Señora buenos días, yo soy la secretaria de gerencia administrativa, ayer en la tarde me dijeron que ocupara este puesto de forma temporal, no estoy segura, pero creo que Antonia ya no trabaja aquí.Amelia sintió como un escalofrió recorrió su cuerpo, no solamente por el despido repentino que ella no había autorizado, sino por las ordenes que le pidió a Antonia el día anterior, rápidamente se fue a su despacho y sobre su escritorio afortunadamente estaban li
Maximilien estaba consumido por el despecho, saber que Amelia no era la mujer adorada e inocente que él conoció, estaba destrozando su corazón, a pesar de que había logrado ocupar un puesto importante en la compañía, el que siempre anhelo, su felicidad no era completa, ahora su única motivación era el hijo que estaba esperando con Selene.Los días siguientes pasaron en calma, él no supo nada de Amelia, pero su humor estaba pésimo, no le daban ánimos de llegar a su casa, y ocupaba la mayor parte de su tiempo en la compañía.Sin embargo, una noche llegó sin avisar, ya no quería rendirle cuentas a Selene, cuando abrió la puerta, lo primero que hizo fue ir a la sala de estar a buscarla, pero ella no estaba, la busco por todos lados, y no había rastro alguno de ella, al sacar su telefono le marcó y su esposa no le contestó, se supone que estaba embarazada ¿A dónde iría en ese estado?Las horas fueron pasando, y no hubo ningún rastro de Selene, Maximilien comenzó a preocuparse pensando que
Mientras que Maximilien estaba con su esposa, tratando de conseguir la verdad, Amelia estaba enfocada en la salud de Olivia y de Lucían, sin embargo, la frustración por perder el cargo en Archer, la tenía en depresión.Hastings LM iba viento en popa, pero le faltaba mucha fuerza para poder posicionarse en el mercado, hubiera sido mejor si tuviera más acreedores de Archer, pero por lo visto su gestión fue en vano, pero como siempre, Olivia tenía algo para ella.—Que bueno que has venido a verme Amelia —La mujer estaba en sus últimos alientos, la enfermedad la estaba consumiendo rápidamente y su lucha era agotadora.—No dejaré de venir un solo día Olivia, quiero pasar el mayor tiempo contigo—Amelia acarició su frente.—Amelia, recoge ese sobre que está en esa mesa, es algo importante que tengo para ti.—¿Para mí? —Amelia preguntó extrañada—Sí, se que hiciste lo mejor que pudiste en Archer y Asociados, pero alguno de ellos hizo hasta lo imposible porque salieras de tu cargo, se valier
Maximilien estaba estupefacto con la noticia, cuando planeó ser el CEO general de la compañía no contaba con que Amelia se quedaría con las acciones de Olivia, y eso fue como un balde agua fría.Se encerró en su oficina, tratando de asimilar todo lo que estaba sucediendo, pero sus nervios le estaban jugando una mala pasada, por un lado, estaba desconcertado por la actuación de Selene, y por el otro, de nuevo Amelia estaba cerca suyo, era como si el destino quisiera mantenerlos en contacto, y eso si que le causaba incomodidad.Resopló desesperado y decidió no estar más tiempo en la compañía, así que regresó a la mansión para poder hablar con su esposa, de alguna forma necesitaba encontrar paz.Sin embargo, esa necesidad estaba muy difícil de complementar, pues todo lo que pasaba a su alrededor era una mezcla de sentimientos encontrados y sucesos inesperados, cuando entró a la habitación principal, su esposa estaba dormida profundamente en la cama, apenas se podían escuchar sus ronqu
En la sala hospitalaria, la tensión flotaba en el aire. Maximilien, herido, pero aún lúcido ante la gravedad de la situación, observaba impotente mientras su esposa permanecía en un estado de inconciencia.Desesperado, se enderezó en la camilla y aferró con fuerza la mano de la enfermera.—Señorita, mi esposa está embarazada. ¡Por favor, ayúdenla! —suplicó.La enfermera, intentando calmarlo, respondió:—Señor, tranquilícese, por favor. Estamos haciendo todo lo posible. ¡Cálmese!—Ella tenía un sangrado, y con el accidente podría estar peor. Deben saberlo.—¡Entiendo, señor! Déjeme ver qué puedo hacer. —Ante las súplicas de Maximilien, la mujer corrió hacia donde se encontraba Selene y comunicó al médico todo lo recién descubierto. Esto provocó que Selene recibiera un trato prioritario; la trasladaron a otra sala para atenderla con mayor diligencia, poniendo énfasis en la situación de su embarazo.Mientras tanto, Maximilien era examinado. Afortunadamente, sus lesiones resultaron ser su