Cuando termino de vestirme, voy a la sala y me acomodo en el sofá grande, con mis pies descalzos arriba. Paso minutos presionando los botones del control de la pantalla, no encuentro nada interesante. Estoy por pagarla, cuando el ruido de una puerta es cerrada.Giro la cabeza para ver por arriba del respaldo del sofá y fijo la mirada hacia el pequeño pasillo que dirige a la puerta principal de la habitación.David aparece a los segundos. Abro un poco más los ojos, con asombro y también mi boca, cuando noto lo que está vistiendo. Se ve sexy, con lo que sea él se puede ver bien, sin embargo, es un atuendo casual, algo juvenil y refrescante, muy inusual en David McKibbon.—Fuiste de compras —digo, porque es claro que lo hizo.Es bueno que haya pensado en él, y no solo en mí. Ayer que me llevó a todas esas tiendas, solo dejó que yo comprara cosas para mí, le señale una que otra tienda con ropa de caballero, de esas que seguro él está acostumbrado a frecuentar, hasta le insistí en que ingr
Mis ojos siguen cada movimiento de David mientras se despoja de su ropa, revelando lentamente su esculpido cuerpo. Siento la temperatura de la habitación aumentar mientras mi deseo se intensifica. Observo cómo sus músculos se contraen con cada movimiento, creando un meneo erótico que me hipnotiza.David se acerca a la cama con una sonrisa juguetona y se une a mí. Sus labios encuentran los míos en un beso apasionado que enciende la llama entre nosotros. Las manos fuertes y seguras de David recorren mi cuerpo, despertando sensaciones eléctricas que me hacen gemir su nombre.La cama se convierte en un escenario de deseo desenfrenado, mientras nuestros cuerpos se entrelazan íntimamente. David explora cada centímetro de mi piel con sus labios ardientes, dejando un rastro de fuego a su paso. Me entrego completamente a la pasión que arde entre nosotros, olvidando todo lo demás en este momento.Después de alcanzar el clímax, David y yo nos quedamos acurrucados en la cama, y hablamos de unas c
Las luces tenues que rodean las aguas termales se reflejan en la superficie del líquido, creando destellos.—Me alegra que te guste, amor —susurra David mientras acaricia suavemente mi cuello con su nariz.La serenidad del lugar se mezcla con la calidez de su tacto, creando una sensación cómoda que hace que el tiempo parezca detenerse. Nos dejamos llevar por el momento y disfruto su compañía, dejo que el estrés y las preocupaciones se desvanezcan en las aguas termales.Después de un rato, David propone explorar otras piscinas dentro de este oasis nocturno. Nos aventuramos por los senderos iluminados, descubriendo nuevas maravillas en cada rincón. En una de las piscinas, pequeñas luciérnagas bailan en la oscuridad, agregando un toque más bello al ambiente.Decidimos sumergirnos en una piscina más grande, donde el agua caliente abraza nuestro cuerpo y las estrellas en el cielo se reflejan en la superficie tranquila. David y yo nos dejamos llevar por la corriente suave.—¿Te imaginas reg
—Y Andrea, ¿qué hiciste este fin de semana? ¿A dónde saliste a pasear? —Alexia comienza a indagar, con emoción. No puedo contarle que su padre y yo fuimos a un hotel y nos quedamos allí hasta el día de hoy, ellos todavía no deben saber lo nuestro.—Solo estudié —respondo con una mentira.—¿Solo eso? —ella hace un gesto con sus labios. —¿No hiciste nada divertido? Los descansos son para divertirse.—Bueno, también vi películas —en eso no miento.Ella hace un mohín con sus labios.—¿Es todo? —Asiento respondiendo su pregunta. —Qué aburrido —resopla. —Nosotros si nos divertimos y mucho —sonríe.—Eso es bueno —contesto.—Sí, —asiente varias veces. —Salimos a comer helado y al parque, y también jugamos con los nietos de Hilda, ellos fueron de visita a su casa.Alexia cuenta con entusiasmo todo lo que hicieron con en casa de Hilda, el fin de semana. Me cuenta que fueron a comer helado a su heladería favorita, que jugaron en el parque con los nietos de Hilda, que vieron una película y que t
David acaricia mi cabello con ternura. La habitación se llena de un silencio que solo es interrumpido por nuestras ligeras respiraciones.— Sabes, a veces siento que el pasado sigue persiguiéndome, que no merezco ser feliz después de todo lo que ocurrió con mis hijos —susurra, su voz cargada por tanto peso.— Todos cometemos errores, David. Pero eso no define quiénes somos. Has luchado, has hecho todo lo posible por tus hijos, y por supuesto que mereces ser feliz.La tensión ha desaparecido de nuestro entorno.— Entonces, ¿qué haremos con respecto a los niños? —pregunta, rompiendo el silencio. — ¿Les contamos la verdad ahora o esperamos un poco más?— Creo que deberíamos darles tiempo para asimilar la idea, pero no podemos seguir evitándolo por mucho tiempo. Ellos son inteligentes, y temo que sospechen algo, especialmente Axel.David asiente, sabiendo con exactitud lo que le digo, él conoce a sus hijos. Resignado, pero está de acuerdo con mi idea. Nos quedamos allí, hablando de otras
Hilda vino a mi habitación a decirme que David quiere hablar conmigo y que me espera en su despacho. Mientras me dirijo hacía allí, siento una mezcla de emociones y recuerdo la última vez que me pidió que viniera a verlo.En aquel entonces no éramos novios, pero y estaba esa atracción despierta entre nosotros, tal vez eso existía desde el día que nos vimos la primera vez. Para mí David despertó un deseo incontrolable en mí, en ese instante no supe identificar esos sentimientos, ya que era algo nuevo que estaba experimentando en mi vida. Además, en ese entonces, gano más la molestia que provocó en mí cuando me rechazó.Doy tres ligeros golpes a la puerta cuando me paro delante de ella. David tarda en decirme que pase, cuando me da luz verde para que ingrese, me doy cuenta de porque no respondió rápido. Se encuentra en una llamada telefónica, camina de un lado para el otro por la habitación con el teléfono en la mano y pegado a su oreja mientras habla de cosas de su trabajo.David me no
El silencio tenso llena la habitación mientras ambos procesamos la situación. Mi mirada fija en David, buscando respuestas en sus ojos, mientras él parece reflexionar sobre sus palabras.—Lo siento si te hice sentir así. No era mi intención. —David levanta la cabeza, sus ojos buscando los míos con sinceridad.Aunque su disculpa suena genuina, la frustración persiste en mí. Respiro hondo, intento ordenar mis pensamientos antes de hablar.—No creo que entiendas completamente lo que significa para mí estar cerca de Axel y Alexia. No es solo un trabajo, es una conexión que hemos construido. No quiero que después ellos piensen que me aleje porque estamos juntos. —Expreso mis sentimientos.La distancia entre los dos se mantiene, un reflejo de la brecha que se ha creado en este instante por esta conversación.—Lo entiendo, y no quiero que sientas que intento separarte de ellos. Solo pensé que podríamos darle otro cambio a esa parte, ahora que eres mi novia —David parece preocupado. —Como te
Me quedo de pie frente a David, esperando que me cuente exactamente lo que Samuel le comunicó por esa llamada, por la cual sigue preocupado. Mi corazón late tan rápido mientras él respira profundamente, supongo que para soltarme la gran bomba.—Martina, ha comenzado el proceso legal para obtener la custodia completa de mis hijos —revela, con su voz cargada de tristeza y frustración. —Samuel me dijo que esta vez ella tiene una gran ventaja para ganar el caso. Ha reunido evidencia en mi contra, distorsionando la realidad y presentándome como un padre inapropiado para Axel y Alexia.Mis ojos se abren de par en par por la gravedad del asunto. Sabía que la relación entre él y Martina era complicada, pero nunca imaginé que las cosas llegarían a este punto, esa mujer no se notó ser mala persona, o al menos así me hizo creerá mi.Una oleada de enojo y preocupación se apodera de mí, pero también sé que no puedo dejar llevarme por ese impulso que despierta en mí, siempre que algo me importa y e