—Y Andrea, ¿qué hiciste este fin de semana? ¿A dónde saliste a pasear? —Alexia comienza a indagar, con emoción. No puedo contarle que su padre y yo fuimos a un hotel y nos quedamos allí hasta el día de hoy, ellos todavía no deben saber lo nuestro.—Solo estudié —respondo con una mentira.—¿Solo eso? —ella hace un gesto con sus labios. —¿No hiciste nada divertido? Los descansos son para divertirse.—Bueno, también vi películas —en eso no miento.Ella hace un mohín con sus labios.—¿Es todo? —Asiento respondiendo su pregunta. —Qué aburrido —resopla. —Nosotros si nos divertimos y mucho —sonríe.—Eso es bueno —contesto.—Sí, —asiente varias veces. —Salimos a comer helado y al parque, y también jugamos con los nietos de Hilda, ellos fueron de visita a su casa.Alexia cuenta con entusiasmo todo lo que hicieron con en casa de Hilda, el fin de semana. Me cuenta que fueron a comer helado a su heladería favorita, que jugaron en el parque con los nietos de Hilda, que vieron una película y que t
David acaricia mi cabello con ternura. La habitación se llena de un silencio que solo es interrumpido por nuestras ligeras respiraciones.— Sabes, a veces siento que el pasado sigue persiguiéndome, que no merezco ser feliz después de todo lo que ocurrió con mis hijos —susurra, su voz cargada por tanto peso.— Todos cometemos errores, David. Pero eso no define quiénes somos. Has luchado, has hecho todo lo posible por tus hijos, y por supuesto que mereces ser feliz.La tensión ha desaparecido de nuestro entorno.— Entonces, ¿qué haremos con respecto a los niños? —pregunta, rompiendo el silencio. — ¿Les contamos la verdad ahora o esperamos un poco más?— Creo que deberíamos darles tiempo para asimilar la idea, pero no podemos seguir evitándolo por mucho tiempo. Ellos son inteligentes, y temo que sospechen algo, especialmente Axel.David asiente, sabiendo con exactitud lo que le digo, él conoce a sus hijos. Resignado, pero está de acuerdo con mi idea. Nos quedamos allí, hablando de otras
Hilda vino a mi habitación a decirme que David quiere hablar conmigo y que me espera en su despacho. Mientras me dirijo hacía allí, siento una mezcla de emociones y recuerdo la última vez que me pidió que viniera a verlo.En aquel entonces no éramos novios, pero y estaba esa atracción despierta entre nosotros, tal vez eso existía desde el día que nos vimos la primera vez. Para mí David despertó un deseo incontrolable en mí, en ese instante no supe identificar esos sentimientos, ya que era algo nuevo que estaba experimentando en mi vida. Además, en ese entonces, gano más la molestia que provocó en mí cuando me rechazó.Doy tres ligeros golpes a la puerta cuando me paro delante de ella. David tarda en decirme que pase, cuando me da luz verde para que ingrese, me doy cuenta de porque no respondió rápido. Se encuentra en una llamada telefónica, camina de un lado para el otro por la habitación con el teléfono en la mano y pegado a su oreja mientras habla de cosas de su trabajo.David me no
El silencio tenso llena la habitación mientras ambos procesamos la situación. Mi mirada fija en David, buscando respuestas en sus ojos, mientras él parece reflexionar sobre sus palabras.—Lo siento si te hice sentir así. No era mi intención. —David levanta la cabeza, sus ojos buscando los míos con sinceridad.Aunque su disculpa suena genuina, la frustración persiste en mí. Respiro hondo, intento ordenar mis pensamientos antes de hablar.—No creo que entiendas completamente lo que significa para mí estar cerca de Axel y Alexia. No es solo un trabajo, es una conexión que hemos construido. No quiero que después ellos piensen que me aleje porque estamos juntos. —Expreso mis sentimientos.La distancia entre los dos se mantiene, un reflejo de la brecha que se ha creado en este instante por esta conversación.—Lo entiendo, y no quiero que sientas que intento separarte de ellos. Solo pensé que podríamos darle otro cambio a esa parte, ahora que eres mi novia —David parece preocupado. —Como te
Me quedo de pie frente a David, esperando que me cuente exactamente lo que Samuel le comunicó por esa llamada, por la cual sigue preocupado. Mi corazón late tan rápido mientras él respira profundamente, supongo que para soltarme la gran bomba.—Martina, ha comenzado el proceso legal para obtener la custodia completa de mis hijos —revela, con su voz cargada de tristeza y frustración. —Samuel me dijo que esta vez ella tiene una gran ventaja para ganar el caso. Ha reunido evidencia en mi contra, distorsionando la realidad y presentándome como un padre inapropiado para Axel y Alexia.Mis ojos se abren de par en par por la gravedad del asunto. Sabía que la relación entre él y Martina era complicada, pero nunca imaginé que las cosas llegarían a este punto, esa mujer no se notó ser mala persona, o al menos así me hizo creerá mi.Una oleada de enojo y preocupación se apodera de mí, pero también sé que no puedo dejar llevarme por ese impulso que despierta en mí, siempre que algo me importa y e
Cuando llegamos al campo de fútbol con Axel y Alexia, las preocupaciones desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. El partido está a punto de comenzar y David sigue en silencio desde que bajamos del auto; se ha quedado contemplando el campo. Puedo notar que está ignorando algo, con seguridad puedo apostar que debe de ser lo de la custodia.Admiro esa habilidad suya para ocultar sus pensamientos, pero también me preocupa que ese esfuerzo le esté pasando factura. Él está solo con esos demonios. Desde aquel día en su despacho, ya no me ha contado nada; de hecho, muy pocas veces hemos hablado del asunto. Sé que no tiene por qué darme detalles e informarme de todo lo que está pasando. Ya hablamos de que yo seré un apoyo para él, si así lo desea, y al parecer no me requiere.—Papá, ¿por qué estás tan callado? ¿No te sientes bien? —le pregunta Alexia, mirando a su padre con sus grandes ojos llenos de inocencia. Hasta ella se da cuenta.David sonríe con ternura y le acaricia la mejilla.—E
DAVIDEl sonido de la puerta cerrándose resuena en el despacho. Los abogados encargados del caso de la custodia se encuentran reunidos en la sala de allí, esperando a que Samuel y yo nos unamos a ellos.Samuel me mira con una expresión seria, sus ojos oscuros centelleaban de curiosidad y dudas, también se siente impaciente, esperando saber qué nos dirían los abogados. Sé que no hay tiempo que perder; la batalla por la custodia de mis hijos está en el punto más crítico.—La señora Martina está diciendo que usted nunca ayudó a su hijo con su problema —comienza a hablar uno de los abogados. Me siento furioso por las mentiras que esa mujer está divulgando en mi contra. —Está pintándolo como un padre negligente que abandonó a su hijo en un momento de mayor necesidad.La rabia ardía dentro de mí ante esa injusta acusación.—¡Eso es mentira! —exclamo. Es difícil controlarse cuando se trata de mis hijos, aun así, lucho por mantener la calma. —Nunca me negué a buscar ayuda para Axel. Simplemen
ANDREAHoy la maestra se está demorando más en dejar salir a los niños. Si hubiera sabido antes, no habría salido corriendo de la última clase. Ni siquiera tuve tiempo de ir a ver al profesor de diseño para discutir algunos puntos sobre mi examen. ¿Por qué me puso una calificación baja si respondí todas las preguntas correctamente?Sigo frustrada con ese tema. Puede que mis problemas no sean tan difíciles como lo que está pasando David con lo de la custodia, pero no puedo evitar sentirme mal porque mi profesor está siendo duro conmigo. Parece como si me estuviera castigando por algo malo que hice, pero ¿qué hice?De hecho, me ha estado evitando. Cuando lo encuentro en los pasillos de la universidad, siempre saca alguna excusa de que tiene que tomar una clase o que tiene una reunión. Me di cuenta que busca cualquier pretexto para no hablar conmigo. Pero, ¿por qué?Sigo dándole vueltas a eso, pero no consigo llegar al punto exacto.El sonido del timbre del colegio anuncia que los niños