Holaaa, espero que estén bien. Paso a decirles que esta historia se actualizará de lunes a viernes con 2 a 3 capítulos en el día, así que atentos. Los capítulos serán subidos durante el día, así que estaré esperando sus comentarios. Si les gusta la historia, cometen, voten y compartan. :)
Damián miraba cada cierto tiempo su reloj en la muñeca para ir en busca de Charlotte a la universidad. Les dijo a todos los presentes que debía salir antes de las doce porque tenía una junta urgente en otro lado y que se quedaba algo a medias, pues se resolvería al día siguiente. Charlotte le envió un mensaje, diciéndole que la llamara cuando fuera por ella, puesto que iba a dormir un rato en lo que él esperaba. — Vamos a la universidad principal de esta ciudad, por favor —dijo el alfa hacia su chofer—. Iremos a buscar a la niñera de mi hijo. — Pensé que era su novia, señor —dijo el chofer—. La prensa dice que usted y esa señorita tienen un romance. — ¿Qué? — Aquí tienen —le pasó su celular para que viera las fotos de la prensa—. Alguien dijo hacia dónde
En media hora, llegaron al hospital y tuvieron que entrar por la puerta del estacionamiento. Era el mismo hospital en el que el padre de la humana estaba antes hospitalizada, por lo que para él era todo igual que antes.La guio a través de las personas, en el hospital y luego dio su nombre para que los guiaran al consultorio de la doctora.Charlotte se encontraba nerviosa, por lo visto y hecho llamaba mucho la atención por la forma en la que el vestido se acoplaba a su cuerpo y las curvas dejaban mucho a la imaginación.— Buenos días, señor Walter —saludó la doctora—. ¿Está todo en orden?— Sí, vine para lo que hablamos por teléfono previamente —dijo el alfa l
No tenía derecho a enojarse con el alfa, este tenía razón. Solo era una de sus amantes ocasionales que después iba a dejar en el olvido. Todo se debió a que esa mujer le dijo lo que pasó entre ellos años atrás. Se sintió molesta, enojada y quiso morirse en ese momento tan decepcionante para ella. No entendía cómo algo como eso podía ser tan malo.Damián no le dijo nada acerca de lo ocurrido, sin embargo, se veía molesto y ella no le habló durante el camino. Podían ser amantes, conocidos, pero llevarla al consultorio de su ex amante, ya sobrepasaba los límites del descaro.— Hola, mamá —dijo Michael subiendo al auto—. ¿Por qué papá está aquí? ¿Sucedió algo?<
— ¿Hijo? ¿De qué está hablando, Charlotte?— Puedo explicarlo —trató de hablar, sin embargo, Damián se metió.— Es mi novia y nos vamos a casar —dijo Damián, tomando por sorpresa a la humana—. Vine con ella porque se enojó conmigo por algo que dije, tuvimos que decirle a mi hijo que no le dijera nada y cómo ve; él no sabe guardar secretos.— Es mentira, no somos nada —miró al alfa con enojo—. Es mi jefe, lo único que hago es pagarle la deuda que tengo con él y…— ¿Cómo vas a explicar que ya conociste a mi familia y te dieron la bienvenida?— S&
Durante el resto de la semana, Damián tuvo que estar siempre con la mirada de odio por parte de la chica. Sin lugar a dudas, ella estaba muy enojada y con mucha razón. Él no entendía del porqué se atrevió a tanto, el amor no estaba en sus planes y mucho tener que darle explicaciones a alguien acerca de esa chica. Si le decía algo de lo que estaba a James, este se iba a burlar de él.¿Por qué diablos dijo que era su novio? La edad era demasiado grande, y tal vez ella se podía enamorar de un chico mucho más joven que él.Pasaron las horas, y él terminó su trabajo. Tuvo que decirle a James que no hiciera planes durante el fin de semana, por si lo necesitaba para algo.Llegó a su casa, encontrándo
Estaba nervioso, ella esa chica le estaba poniendo los pelos de punta. Primero le quita la virginidad, luego la tiene amarrada y dispuesta a hacer todo lo que él le ordene para poder pagar la deuda de su padre. — Te voy a dar diez con esta fusta y tú vas a contar —avisó, y se posicionó detrás de ella—. Como es la primera vez que experimentas algo nuevo, lo haremos lento. Dio un paso hacia atrás y colocó una de sus piernas delante de la otra antes de soltar el primer golpe en el trasero de la humana. — Uno —contó Charlotte, cuando sintió un ardor en su trasero. — ¿Uno qué? —subió una ceja y detuvo su mano en el aire. —Uno, señor —contestó la humana en un susurro, y esa palabra le encantaba a Damián. La chica, de sol
Charlotte fue la primera en despertar, por los rayos de sol que entraban por la ventana. Estaba recostada sobre algo duro que no era precisamente el colchón, miró hacia arriba, y vio a Damián durmiendo plácidamente como si no tuviese nada más que hacer en el día. Pero no fue el sol que la despertó, sino que sintió algo duro rozar entre sus piernas y eso le pareció algo extraño. Levantó la delgada sábana que los cubría a ambos y miró cómo el pene de Damián estaba totalmente erecto. Se sorprendió demasiado para su gusto, al ver el tamaño de este, era bastante grande. Se desprendió del agarre que ejercía en ella, se movió delicadamente en la cama para no despertarlo y también porque se sentía adolorida. Buscó una buena posición en la que su trasero no saliera perjudicado en el proceso. Como toda una curiosa chica de su edad, acercó sus dedos al miembro del alfa donde pudo observar mejor como de este salía líquido pre-seminal. Se llevó los dedos a la boca y sonrió al darse cuenta de qu
— Dios Santos — gritó, cuando Damián le dio una mordida a su parte íntima. Charlotte tenía ganas de agarrar el cabello de él para que fuera más rápido, pero se contuvo. Damián separó los muslos de la humana para tener un mejor acceso y así conseguir un mejor ritmo con sus lamidas para excitarla de placer. Quitó sus manos de los muslos de Charlotte, tomó una almohada y la colocó debajo de ella. Y usando la humedad de ella unto dos de sus dedos. La humana veía cada uno de los movimientos que él hacía, y esto provocaba que se pusiera más nerviosa. Damián siguió lamiendo su clítoris y metió uno de los dedos lubricados dentro de ella. El cuerpo debajo de él se tensó otra vez por la intromisión. — No quiero que te corras hasta que yo te lo ordene, si lo haces antes me veré obligado a castigarte y tú no quieres eso —le dijo, con voz ronca, y sería a la vez. — Sí, señor —respondió, asintiendo. Volvió con lo que estaba haciendo, pero más rápido que la vez anterior. Movía su dedo con la mi