No pasó mucho tiempo antes de que Michael entrara a la habitación, trepara en la cama y luego se pusiera a su lado con cara triste. Supuso que su padre tuvo mucho que ver en eso, puesto que el pobre estaba que de la nada se iba a poner a llorar.
— Papá me dijo que no serás mi mamá después que lleguemos a casa —Michael la abrazó—. Dijo que te irás a tu casa y que…
— Tu papá solo está bromeando —besó su cabello—. Al igual que tú, tengo que ir a estudiar, no puedo estar todo el tiempo en casa sin hacer nada. ¿Me entiendes?
— Entonces estudia en la casa conmigo —pidió el menor con voz triste—. No seas tan mala, y ven a vivir con nosotros, por favor.
Damián temió lo peor cuando vio que su madre se llevaba a la humana a algún lado de la casa. Tenía a su hijo en brazos, y ese desgraciado no se quejó cuando fue apartado de su mamá de mentiras. Algo sabía Michael que no movió ni un solamente dedo para tener a esas dos mujeres. Lo más gracioso de todo fue verla caminar como un pato detrás de su madre, y que por suerte nadie más que él se dio cuenta de eso. La pobre chica después de perder su virginidad con él a duras penas y podía con su vida, y él se reía de su desgracia como si fuera la cosa más fácil de todas. — Ahora que tus hermanas no están aquí —dijo su padre en voz baja—. ¿No sabes nada de tu ex? — Esa mujer quiere que yo le dé a mi hijo para que se vaya con su amante, algo que no haré ni ahora ni nunca —miró a su padre—. Me dejó con Michael cuando era un recién nacido prácticamente. Esa mujer no merece ser llamada madre. — ¿No tienes miedo de que esa humana te haga lo mismo? —Damián se quedó en silencio—. Los humanos se van
— Que si quieres a mi mamá —volvió a decir—. Para que dos personas estén juntas, deben quererse mucho y tú ayer te llevaste a mi mamá por todo el día y en la noche también la tuviste para ti —Michael jugó con sus dedos—. Me dijiste que es temporal, que se irá luego y no quiero que ella lo haga todavía. — Si todo sale bien, ella no se irá en mucho tiempo —dijo mirando a su hijo con una pequeña sonrisa—. Al menos eso es lo que quiero que pase. — ¿Y si ella no quiere quedarse? —preguntó Michael, y luego levantó los brazos para que el alfa lo cargara—. Arriba de los hombros, papá. — ¿Por qué no se quedaría con nosotros? —hizo lo pedido por su hijo—. Haré todo lo posible para que se quede contigo. ¿Estamos? — Bien —Michael tuvo que sostenerse de los hombros de su padre—. Mamá me dijo que tú eres un hombre malo. Que la dejaste sin caminar porque se había portado mal. ¿A mí me harás lo mismo? — ¿Qué? —la voz del alfa sonó aguda—. No te haré eso. — Gracias, estaba asustado. Quiso reírs
Damián miraba cada cierto tiempo su reloj en la muñeca para ir en busca de Charlotte a la universidad. Les dijo a todos los presentes que debía salir antes de las doce porque tenía una junta urgente en otro lado y que se quedaba algo a medias, pues se resolvería al día siguiente. Charlotte le envió un mensaje, diciéndole que la llamara cuando fuera por ella, puesto que iba a dormir un rato en lo que él esperaba. — Vamos a la universidad principal de esta ciudad, por favor —dijo el alfa hacia su chofer—. Iremos a buscar a la niñera de mi hijo. — Pensé que era su novia, señor —dijo el chofer—. La prensa dice que usted y esa señorita tienen un romance. — ¿Qué? — Aquí tienen —le pasó su celular para que viera las fotos de la prensa—. Alguien dijo hacia dónde
En media hora, llegaron al hospital y tuvieron que entrar por la puerta del estacionamiento. Era el mismo hospital en el que el padre de la humana estaba antes hospitalizada, por lo que para él era todo igual que antes.La guio a través de las personas, en el hospital y luego dio su nombre para que los guiaran al consultorio de la doctora.Charlotte se encontraba nerviosa, por lo visto y hecho llamaba mucho la atención por la forma en la que el vestido se acoplaba a su cuerpo y las curvas dejaban mucho a la imaginación.— Buenos días, señor Walter —saludó la doctora—. ¿Está todo en orden?— Sí, vine para lo que hablamos por teléfono previamente —dijo el alfa l
No tenía derecho a enojarse con el alfa, este tenía razón. Solo era una de sus amantes ocasionales que después iba a dejar en el olvido. Todo se debió a que esa mujer le dijo lo que pasó entre ellos años atrás. Se sintió molesta, enojada y quiso morirse en ese momento tan decepcionante para ella. No entendía cómo algo como eso podía ser tan malo.Damián no le dijo nada acerca de lo ocurrido, sin embargo, se veía molesto y ella no le habló durante el camino. Podían ser amantes, conocidos, pero llevarla al consultorio de su ex amante, ya sobrepasaba los límites del descaro.— Hola, mamá —dijo Michael subiendo al auto—. ¿Por qué papá está aquí? ¿Sucedió algo?<
— ¿Hijo? ¿De qué está hablando, Charlotte?— Puedo explicarlo —trató de hablar, sin embargo, Damián se metió.— Es mi novia y nos vamos a casar —dijo Damián, tomando por sorpresa a la humana—. Vine con ella porque se enojó conmigo por algo que dije, tuvimos que decirle a mi hijo que no le dijera nada y cómo ve; él no sabe guardar secretos.— Es mentira, no somos nada —miró al alfa con enojo—. Es mi jefe, lo único que hago es pagarle la deuda que tengo con él y…— ¿Cómo vas a explicar que ya conociste a mi familia y te dieron la bienvenida?— S&
Durante el resto de la semana, Damián tuvo que estar siempre con la mirada de odio por parte de la chica. Sin lugar a dudas, ella estaba muy enojada y con mucha razón. Él no entendía del porqué se atrevió a tanto, el amor no estaba en sus planes y mucho tener que darle explicaciones a alguien acerca de esa chica. Si le decía algo de lo que estaba a James, este se iba a burlar de él.¿Por qué diablos dijo que era su novio? La edad era demasiado grande, y tal vez ella se podía enamorar de un chico mucho más joven que él.Pasaron las horas, y él terminó su trabajo. Tuvo que decirle a James que no hiciera planes durante el fin de semana, por si lo necesitaba para algo.Llegó a su casa, encontrándo
Estaba nervioso, ella esa chica le estaba poniendo los pelos de punta. Primero le quita la virginidad, luego la tiene amarrada y dispuesta a hacer todo lo que él le ordene para poder pagar la deuda de su padre. — Te voy a dar diez con esta fusta y tú vas a contar —avisó, y se posicionó detrás de ella—. Como es la primera vez que experimentas algo nuevo, lo haremos lento. Dio un paso hacia atrás y colocó una de sus piernas delante de la otra antes de soltar el primer golpe en el trasero de la humana. — Uno —contó Charlotte, cuando sintió un ardor en su trasero. — ¿Uno qué? —subió una ceja y detuvo su mano en el aire. —Uno, señor —contestó la humana en un susurro, y esa palabra le encantaba a Damián. La chica, de sol