El alfa se quedó mirando a la mujer que estaba entre sus brazos un momento, se dio cuenta de que ella era hermosa, una jodida obra de arte que necesitaba ser tocada con delicadeza. Algo con que pasar más de una noche. Ella no había estado antes con un hombre, era su primero, pero esos labios se notaban que habían dado muchos besos antes.
— ¿Qué estás haciendo? —preguntó la chica en un susurro.
— Voy a mostrarte un montón de cosas que te gustarán —besó su frente.
— Hablas tan seguro de ti mismo que me da miedo no ser lo suficiente para ti —dijo la chica con una pequeña sonrisa en sus labios—. No sé si esto está bien. No tengo experiencia en nada y tú…
Llevó su pene hasta la entrada de la chica, fue entrando lentamente en busca de la manera en la que ella no sintiera tanto dolor. Sus expresiones le daban a entender que no lo estaba disfrutando del todo, que en cualquier momento se iba a detener. Solo pudo meter hasta la mitad, se quedó quieto y estaba más asustado que otra cosa. Ella no se veía muy feliz, sin embargo, tampoco lo detenía.— ¿Quieres que me detenga?— No, por favor sigue hasta el final… voy a tratar de seguir y aguantar.Demasiado fuerte y hermosa para ser real. Comenzó con leves embestidas, no metía todo su pene para cuidarla y que su primera vez fuera buena para ella. Entrelazó sus dedos con los de ella, dándole seguridad, tranquilidad y confort antes de tomar
La humana jugó con sus dedos mientras esperaba que el alfa decidiera poner el yate de regreso en el puerto de la isla. Las palabras que él le dijo, le dejaron un sabor amargo. No enamorarse de él, sus sentimientos estaban confusos, Damián era un alfa, un hombre con mucha experiencia y ella a duras penas la estaba adquiriendo luego de salir del ala de su padre.— Ya llegamos —le dijo el alfa—. Tienes que caminar bien, caminas mal.— Es molesto, siento dolor ahí abajo —infló las mejillas hacia el alfa—. No eras tú quien tenía una polla metida hasta el fondo.— No la metí toda —ella no pudo evitar subir las cejas al escucharlo—. Tu primera vez no tenía que ser dolorosa. Char no encontró qué decirle al alfa, simplemente se quedó más tiesa que una mula. Damián se veía tan imponente desde donde se encontraba, un hombre como él que el día anterior estuvo con ella teniendo sexo en un yate.— Creo que es un error —respondió la chica sonrojada—. Mejor me voy.— No, no te irás —el alfa la tomó del brazo—. Michael, ve con tu abuela y dile que te prepare algo de comer. En un momento bajamos.— Papá, quiero quedarme con mi mamá. Es mi turno y tú dijiste que…— Sé lo que dije, ahora vete con tu abuela y no vuelvas a interrumpirme cuando hablo —habló con serenidad—. Es cosa32. ¿Estás muy enojado conmigo?
No pasó mucho tiempo antes de que Michael entrara a la habitación, trepara en la cama y luego se pusiera a su lado con cara triste. Supuso que su padre tuvo mucho que ver en eso, puesto que el pobre estaba que de la nada se iba a poner a llorar.— Papá me dijo que no serás mi mamá después que lleguemos a casa —Michael la abrazó—. Dijo que te irás a tu casa y que…— Tu papá solo está bromeando —besó su cabello—. Al igual que tú, tengo que ir a estudiar, no puedo estar todo el tiempo en casa sin hacer nada. ¿Me entiendes?— Entonces estudia en la casa conmigo —pidió el menor con voz triste—. No seas tan mala, y ven a vivir con nosotros, por favor.
Damián temió lo peor cuando vio que su madre se llevaba a la humana a algún lado de la casa. Tenía a su hijo en brazos, y ese desgraciado no se quejó cuando fue apartado de su mamá de mentiras. Algo sabía Michael que no movió ni un solamente dedo para tener a esas dos mujeres. Lo más gracioso de todo fue verla caminar como un pato detrás de su madre, y que por suerte nadie más que él se dio cuenta de eso. La pobre chica después de perder su virginidad con él a duras penas y podía con su vida, y él se reía de su desgracia como si fuera la cosa más fácil de todas. — Ahora que tus hermanas no están aquí —dijo su padre en voz baja—. ¿No sabes nada de tu ex? — Esa mujer quiere que yo le dé a mi hijo para que se vaya con su amante, algo que no haré ni ahora ni nunca —miró a su padre—. Me dejó con Michael cuando era un recién nacido prácticamente. Esa mujer no merece ser llamada madre. — ¿No tienes miedo de que esa humana te haga lo mismo? —Damián se quedó en silencio—. Los humanos se van
— Que si quieres a mi mamá —volvió a decir—. Para que dos personas estén juntas, deben quererse mucho y tú ayer te llevaste a mi mamá por todo el día y en la noche también la tuviste para ti —Michael jugó con sus dedos—. Me dijiste que es temporal, que se irá luego y no quiero que ella lo haga todavía. — Si todo sale bien, ella no se irá en mucho tiempo —dijo mirando a su hijo con una pequeña sonrisa—. Al menos eso es lo que quiero que pase. — ¿Y si ella no quiere quedarse? —preguntó Michael, y luego levantó los brazos para que el alfa lo cargara—. Arriba de los hombros, papá. — ¿Por qué no se quedaría con nosotros? —hizo lo pedido por su hijo—. Haré todo lo posible para que se quede contigo. ¿Estamos? — Bien —Michael tuvo que sostenerse de los hombros de su padre—. Mamá me dijo que tú eres un hombre malo. Que la dejaste sin caminar porque se había portado mal. ¿A mí me harás lo mismo? — ¿Qué? —la voz del alfa sonó aguda—. No te haré eso. — Gracias, estaba asustado. Quiso reírs
Damián miraba cada cierto tiempo su reloj en la muñeca para ir en busca de Charlotte a la universidad. Les dijo a todos los presentes que debía salir antes de las doce porque tenía una junta urgente en otro lado y que se quedaba algo a medias, pues se resolvería al día siguiente. Charlotte le envió un mensaje, diciéndole que la llamara cuando fuera por ella, puesto que iba a dormir un rato en lo que él esperaba. — Vamos a la universidad principal de esta ciudad, por favor —dijo el alfa hacia su chofer—. Iremos a buscar a la niñera de mi hijo. — Pensé que era su novia, señor —dijo el chofer—. La prensa dice que usted y esa señorita tienen un romance. — ¿Qué? — Aquí tienen —le pasó su celular para que viera las fotos de la prensa—. Alguien dijo hacia dónde
En media hora, llegaron al hospital y tuvieron que entrar por la puerta del estacionamiento. Era el mismo hospital en el que el padre de la humana estaba antes hospitalizada, por lo que para él era todo igual que antes.La guio a través de las personas, en el hospital y luego dio su nombre para que los guiaran al consultorio de la doctora.Charlotte se encontraba nerviosa, por lo visto y hecho llamaba mucho la atención por la forma en la que el vestido se acoplaba a su cuerpo y las curvas dejaban mucho a la imaginación.— Buenos días, señor Walter —saludó la doctora—. ¿Está todo en orden?— Sí, vine para lo que hablamos por teléfono previamente —dijo el alfa l