Tenía que encontrar la manera de hacer que ella entendiera que lo que los separaba no existía. —Hemos ubicado y encontrado a esa persona, señor — murmuro el hombre de confianza de Michael a su oído, interrumpiendo el momento que pasaba entre Fleur, el hijo de su jefe, y este.—¿Qué es lo que ocurre?— le pregunto Michael a su hombre, al verlo dubitativo y como si no supiera como explicarse.—El hombre se encuentra en medio de una gran pelea con una banda rival— respondió el hombre de Michael — hay muchas posibilidades de que no salga con vida.Esas noticias no hicieron más que enfurecerlo. Ese hombre era la clave para que Fleur y él por fin fueran felices juntos. No podía perderlo, no ahora.—Prepara a los hombres, entraremos a ayudarle— ordenó Michael a su mano derecha.—¿Está seguro?— le pregunto el hombre tratando de saber si lo que le había pedido su jefe era correcto. ¿Acaso ellos tomarían parte en ese conflicto?—Sí, lo estoy. Pobre de ustedes cómo no logren salvarlo.Con esas
Fleur se dijo que no perdonaría a Michael sin importar sus intenciones, todos los meses ella planeaba su plan de escape, pero él siempre lograba frustrarlo, se encontraba desesperada.Lo único que deseaba era saber dónde se encontraba su abuela, liberarla y escapar antes de que su hijo naciera.Michael no entendía como era que ella no entendía que sin importar que él jamás la dejaría marchar y como hacerlo cuando su hijo seguía creciendo en su vientre y siempre le había mostrado que sin importar qué ella no se mantendría a salvo.Era una mujer inteligente su Fleur, pero al mismo tiempo no podía estarse tranquila, no podía pensar más allá de lo que deseaba.Por eso no podía complacerla sobre el dejarla marchar y tomar sus propias decisiones. —Te odio, Michael. Esto jamás lo voy a olvidar— mencionaba ella todos los días.—Puedes odiarme todo lo que quieras, pero no podrá evitar permanecer aquí bajo mi techo— le respondía él.No importaba lo mucho que a él le doliera decirle esas palabr
Fleur no podía estar más feliz por esa cosita a su control de maternidad el día de hoy.Es más, la sola idea de que Michael se arrepintiera, de que ella saliera le angustiaba. No es que Michael no tomara en serio sus controles, todo lo contrario. El que ella no saliera a hacérselos, no significaba que no se los haría ese día. Por supuesto que se los haría pero en casa.Sin embargo, esta vez Fleur no quería que nada pudiera impedir que ella saliera de casa a esa revisión. La razón era porque vería a su mejor amiga Míriam y ambas pasarían un buen momento a solas como en los buenos tiempos.—Hoy tengo mi cita de control de maternidad— mencionó Fleur a Michael en el desayuno.—Si lo sé, en esta ocasión no podré acompañarte. Estaba pensando que tal vez deberías…—No, yo no quiero quedarme en casa, ya que no puedes acompañarme, estaba suponiendo que tal vez pueda hacerlo Míriam— Fleur trató de que su voz no sonara ansiosa, y nerviosa.Pero es que realmente necesitaba hablar con su amiga, y
Fleur estuvo preocupada un por de días, las ansias no la dejaban en paz.Sobre todo la constante incertidumbre de sí, Míriam había ido a la policía y cuando actuarían ellos.Michael parecía estar tranquilo, es más, estos días parecía muy ocupado en el trabajo, por lo que eso la hacía estar cada vez más ansiosa. Era como si algo fuera a pasar de pronto.Por eso ya deseaba que fuera la siguiente consulta de su chequeo de maternidad, así podría preguntarle a su amiga si algo había pasado, lo que no deseaba Fleur era causarle algún tipo de problemas a su amiga.¿Qué tal y Michael se había enterado de lo que ella le pidió? No eso no podía ser posible, se negaba a creerlo. Además, si eso hubiera ocurrido, Michael ya le hubiera dicho algo, pero no solo no le dijo nada, sino que le dijo que le pidiera a Míriam que la acompañara a la cita de maternidad.Todo estaba tranquilo y tal vez eso era lo que la tenía ansiosa, el no ver movimiento alguno. Fleur llevo su mano hasta su vientre acariciánd
El tiempo pasaba muy lento para Fleur y aunque últimamente adoraba cada uno de los momentos que pasaba con Michael, todavía seguía persistiendo ciertas dudas que llegaban a ella para atormentarla, para hacerla temer por las noches. Aunque en cada una de esas pesadillas se encontraba Michael abrazándola y atrayéndola contra su pecho para que ella se calmara. Ella solo sonreía cada que eso pasaba y se dejaba mimar, en silencio. No podía contestar las preguntas que Michael le hacía sobre el porqué de estas.¿Cómo explicarle que sus pesadillas se trataban de él siendo sometido por la policía o él muriendo a manos de la policía por su causa? Por supuesto que ella no podía decirle algo así.Cada semana que veía a Míriam esta le decía lo mismo, no había semana que no le dijera lo mismo.Lo que la mantenía serena era que pro fin Michael había accedido a que ella viera a su abuela, cada semana iban tanto ella como él a verla.Fleur no podía dejar de sonreír la primera vez que Barbara, su abu
Fleur se encontraba tras regresar de su consulta de maternidad molesta. Las cosas que le dijo Míriam que le había hecho ver Michael la tenían horrorizada.Sin embargo, era con esa misma con quién estaba molesta como se había atrevido a poner ella en riesgo a su amiga pidiéndole algo así.¿Acaso Michael no le había demostrado ya en varias ocasiones que era un maldito mafioso?Que haría lo que estuviera en sus manos para salirse con la suya.—Fleur eres una tonta— se dijo a sí misma tras ya encontrarse a solas en su recámara tras la cena y haber arropado al hijo de Michael.Porque ella podría estar enojada con el padre, pero jamás dañaría o haría algo que perjudicará al pequeño Michael.Ella jamás se perdonaría eso. No obstante, el enojo que sentía contra el padre de su hijo en ese momento la estaba envenenando por completo. Fleur no podía de idear y de pensar en cada una de las cosas que le diría a ese hombre.Ella deseaba dañarlo, hacerle sentir dolor. Su mal humor y sus hormonas toda
Michael devolvió a Fleur de vuelta a la casa que compartían. Por más que lograba entender las razones que ella le daba, simplemente no podía creer que ella hubiera atentado no sólo contra ella, sino también contra el bebé que crecía en su vientre y que era hijo de ambos.—Realmente quiero entenderte Fleur. Deseo hacerlo, te he dado la oportunidad muchas veces de permanecer a mi lado hasta que nuestro hijo naciera y así poder irte.Fleur no paraba de llorar, todo el peso de tomar esa decisión tan precipitada le caía de golpe.El dolor que sentía en el pecho era tan grande que le ahogaba.—¡Todo es tu culpa! ¡Todo esto es tu culpa! — le recriminó ella con los ojos rojos.Pero no fue, solo le gritó, Fleur se aventó a Michael golpeando con sus puños su torso con todas sus fuerzas—¿Mi culpa? ¿Acaso yo he sido quien te ha puesto en tantos peligros? Michael no se quedaría callado y no tendría ningún tipo de consideración con ella.Aunque eso lo mataba, porque amaba a esa mujer, así hubier
Michael era consciente de que debía de hacer algo para hacer que Fleur cuidara de ella misma y del bebé que crecía en su vientre.Todo sería más fácil si Fleur no fuera tan obstinada. Pero no importaba lo que hiciera o lo mucho, que él tratara de hablar con ella y hacerle entender que no era que quisiera controlarla, solo protegerla. Michael todavía moría de miedo, de solo pensar que hubiera pasado de él no haber llegado a tiempo o de haberle pedido a algunos de sus hombres que la mantuviera vigilada días atrás cuando esos sujetos trataron de violarla.Solo recordar ese incidente hacía que Michael se pusiera tenso y aún más cuando veía que Fleur parecía no entender o ver el peligro que corría al alejarse de él.En el último incidente, los responsables eran un grupo de hombres que deseaban divertirse.¿Pero qué hubiera pasado si hubiera sido uno de sus enemigos?Sus enemigos no dudarían en hacerle daño, para herirlo a él, sino que también podrían matarla como una maldita muestra de su