Esa mujer lo desesperaba y al mismo tiempo lo hacía suspirar cómo nadie, simplemente Michael no sabía cómo hacer frente a lo que sentía.Se encontraba en una constante montaña rusa llamada Fleur Lombardi.Lo peor es que no podía evitar mostrarse enojado.No solo su secretaria padecía del mal humor de su jefe recientemente, también sus hombres en la organización lo padecían.No había día que no temieran cometer un error y que hiciera que su jefe descargara su frustración en ellos. Sin embargo, no había necesidad de que alguien preguntara ¿qué o quién? Era la causante de que el gran Michael se encontrará en ese estado.Más de uno había sido testigo de lo que su jefe podía ser capaz si la señorita Lombardi la ex niñera de su hijo, estaba incluida en la ecuación. Por lo que sin duda algo había pasado.Uno de los hombres se encargó de averiguarlo y no porque deseara saber por el mismo, sino por qué había perdido en el sorteo que se había llevado a cabo entre todos los hombres.Fue así como
—¡Bien, entonces empecemos, con el entrenamiento!— les llegó gritando Michael a sus hombres, quienes solo se vieron a los ojos, sabiendo que en cualquier momento alguno de ellos moriría tras acabarse el entrenamiento.El padre de la amiga de Fleur llamó a todos sus empleados ese día, tras días donde casi no hubo nada de trabajo, era momento de ponerse serios, por lo que tomaría por fin cartas en el asunto.—Bien, es hora de traer nuevos clientes, si los clientes no vienen al “Guarache Veloz” nosotros los traeremos hasta aquí.Todos los empleados empezaron a ver preguntando si su jefe no se habría vuelto loco ¿Qué es lo que pretendía?—Calma, calma chicos, no os preocupéis porque vuestro trabajo tendrá una buena recompensa.Bueno, eso era diferente, una vez ante la mención de recompensa y dinero, no había nadie que se quejara, todo lo contrario. Parecía que todos estaban atentos y con ganas de saber que era lo que su jefe traía entre manos.—Vamos, jefe, no se haga del rogar— pidió uno
—Fleur trata de controlarte — murmuraba, bajito mientras trataba de mostrarse amable con Michael.Pero el maldito parecía no querer enterarse de que su actitud le molestaba y es que Michael no dejaba de mostrarse frío y hostil con ella. Era como si la estuviera culpando de algo o estuviera enfadado con ella. ¿Pero qué diablos se creía, era ella quien debía de estar furiosa con él?¿Que acaso no era él quien la vigilaba a ella?Pero no, solo la vigilaba, sino que le quitaba el privilegio de sentirse enojada.El problema no era problema, el problema era que le dolía la actitud de Michael, la frialdad que este mostraba. Le importaba poco si él era así con todo, su problema era que a ella le afectaba.En pocas palabras, el enojo de Fleur o si dilema, no era si ella se había enamorado de ese hombre, sino que él parecía no estar lo ella.Era doloroso para ella tener un dolor no correspondido, todas esas veces anteriores, no se había enojado con él por lo que había hecho o dicho, sino por
Michael no podía permitir que Fleur siguiera lejos de él. No entendía como ella no moría por estar cerca de él.Los recuerdos de ambos juntos, sobre todo de manera íntima, era lo que lo tenían más ansioso al ver que la joven parecía no querer tenerlo cerca.La forma que parecía cansada después de cada turno lo mataba, pese a que era su niñera. Michael jamás permitió que ella hiciera cosas que pudieran cansarla de la manera que lo hacía en el restaurante.Dónde su cansancio se hacía cada vez más visible, día a día. Debía de haber una manera de que él pudiera hacerla volver.Llevaba más de dos horas pensando en cómo hacerlo, pero siempre llegaba a la misma conclusión y era la de hacer uno del contrato que ella había firmado con él.Amenazarla con él. Decirle que de no regresar la demandaría por mucho dinero. Sabía que no era la mejor manera para demostrarle que ella debía de estar con él.¿Pero cómo hacerlo?Maldita sea Fleur, solo reflexionar en su nombre hacía que él entrara en pánico
Michael tenía sus razones para mantener a Fleur protegida y muy pronto comprobaría si eran justificadas sus acciones o solo eran una manera de hacer que ella volviera con él y mantener en su casa.Mientras aguardaba, el rostro de Michael era sombrío, al igual que su mirada.La puerta de su despacho fue tocada, antes de abrirse, un par de hombres con de trajes y con folder en las manos aparecieron.— Jefe lo hemos verificado, sus sospechas eran ciertas.Su jefe no dijo nada; sin embargo, no tenía que decir algo para que ellos supieran el informe que ellos le habían dado, no era para nada de su gusto.Ambos hombres voltearon a verse, por un momento, algo les decía que pronto habría sangre de por medio.—¡Márchense!— les ordenó a sus hombres, tenía que pensar como debía de proceder.Necesitaba poder garantizar la seguridad de la mujer que amaba. Sabía que tarde o temprano sus enemigos sabrían que él tenía una debilidad y tratarían de usarlo en su contra.—Por favor reúna a todos los homb
Michael se encontraba cansado y lo último que le aparecía escuchar era que Fleur se estaba poniendo en peligro al no comer.¿Acaso no entendía que eso era lo que lo obligaba a actuar así de esa manera con ella, a tomar cartas en el asunto?No tenía caso enfurecer con las dos mujeres, la responsabilidad de comer era cosa de Fleur y solo de ella.—Por favor pídanle a la cocinera que por favor prepare algo sustancioso para comer.Le pidió a uno de sus hombres mientras él se dirigía a su despacho a descansar un poco.Nadie salvó sus hombres, sabían que él se encontraba herido y que era un milagro que todavía pudiera moverse y estar caminando con facilidad, sobre todo por la cantidad de sangre que había perdido, el medio solo pido reponer una unidad de las dos que había perdido.—Fleur, debes salir de aquí— se decía a ella misma mientras buscaba por toda la habitación la manera de escapar.El llamar a las mujeres y hacer que entrarán para ella, poder emboscarlas, no funcionaba. Además, lo
La forma en la que Fleur se preocupaba hacía que Michael no pudiera evitar preguntarse.¿Por qué no podían estar así todos los días?Era agradable, no pelear, Él era feliz con solo tenerla cerca de él. Ella simplemente podría solo estar leyendo como lo estaba haciendo en ese momento, la forma que ella parecía querer cuidarlo, que parecía preocuparse al verlo herido.Fleur no había dejado que sus hombres se lo llevaran, ella dijo que se haría cargo de cuidarlo.— ¿Estás incómodo?— le pregunto ella al darse cuenta de que no paraba de observarla fijamente.Él negó, no estaba incómodo, la verdad es que estaba muy a gusto con solo observarla—¿Entonces tengo algo en el rostro? Es que me estás observando de una manera, no sé cómo explicarlo—¿Como si me gustaras?Ella se sonrojó al escuchar su pregunta, sobre todo porque si efectivamente él no negó que la veía de esa manera.—Sí, exactamente de esa manera.—Pues es precisamente por eso porque me gustas.Fleur no pudo evitar que su corazón l
Después de esa plática con Michael, Fleur no encontraba la manera de dejar de pensar en él. En su mente no había espacio que no fuera para Michael Lewis. Era solo reflexionar sobre su persona y suspirar.—Fleur no seas boba— se pegó con sus muñecas a ambos lados de la cabeza —¿Eres boba o qué? Le has dicho que no quieres nada con él, ¿y qué pasa? Te la pasas suspirando.Definitivamente, algo debía de estar mal con ella. Los días se volvían monótonos y lo peor, nadie o nada lograba hacer que ella se interesará en algo que no fuera suspirar por un hombre al que había rechazado.—Fleur, ya está lista la orden de la mesa 15— le indicó su jefe, padre de su amiga.Quien vio como ella tomó la orden de manera mecánica para dirigirse a atender la mesa.—En serio, mujer, a esa niña le pasa algo— le comentó a su esposa, quien también observó a lo lejos a Fleur.—Se le nota leguas que le pasa — le indicó su esposa, al hombre, quien le miró cómo si de pronto tuviera tres ojos o se hubiera convert