Michael no podía permitir que Fleur siguiera lejos de él. No entendía como ella no moría por estar cerca de él.Los recuerdos de ambos juntos, sobre todo de manera íntima, era lo que lo tenían más ansioso al ver que la joven parecía no querer tenerlo cerca.La forma que parecía cansada después de cada turno lo mataba, pese a que era su niñera. Michael jamás permitió que ella hiciera cosas que pudieran cansarla de la manera que lo hacía en el restaurante.Dónde su cansancio se hacía cada vez más visible, día a día. Debía de haber una manera de que él pudiera hacerla volver.Llevaba más de dos horas pensando en cómo hacerlo, pero siempre llegaba a la misma conclusión y era la de hacer uno del contrato que ella había firmado con él.Amenazarla con él. Decirle que de no regresar la demandaría por mucho dinero. Sabía que no era la mejor manera para demostrarle que ella debía de estar con él.¿Pero cómo hacerlo?Maldita sea Fleur, solo reflexionar en su nombre hacía que él entrara en pánico
Michael tenía sus razones para mantener a Fleur protegida y muy pronto comprobaría si eran justificadas sus acciones o solo eran una manera de hacer que ella volviera con él y mantener en su casa.Mientras aguardaba, el rostro de Michael era sombrío, al igual que su mirada.La puerta de su despacho fue tocada, antes de abrirse, un par de hombres con de trajes y con folder en las manos aparecieron.— Jefe lo hemos verificado, sus sospechas eran ciertas.Su jefe no dijo nada; sin embargo, no tenía que decir algo para que ellos supieran el informe que ellos le habían dado, no era para nada de su gusto.Ambos hombres voltearon a verse, por un momento, algo les decía que pronto habría sangre de por medio.—¡Márchense!— les ordenó a sus hombres, tenía que pensar como debía de proceder.Necesitaba poder garantizar la seguridad de la mujer que amaba. Sabía que tarde o temprano sus enemigos sabrían que él tenía una debilidad y tratarían de usarlo en su contra.—Por favor reúna a todos los homb
Michael se encontraba cansado y lo último que le aparecía escuchar era que Fleur se estaba poniendo en peligro al no comer.¿Acaso no entendía que eso era lo que lo obligaba a actuar así de esa manera con ella, a tomar cartas en el asunto?No tenía caso enfurecer con las dos mujeres, la responsabilidad de comer era cosa de Fleur y solo de ella.—Por favor pídanle a la cocinera que por favor prepare algo sustancioso para comer.Le pidió a uno de sus hombres mientras él se dirigía a su despacho a descansar un poco.Nadie salvó sus hombres, sabían que él se encontraba herido y que era un milagro que todavía pudiera moverse y estar caminando con facilidad, sobre todo por la cantidad de sangre que había perdido, el medio solo pido reponer una unidad de las dos que había perdido.—Fleur, debes salir de aquí— se decía a ella misma mientras buscaba por toda la habitación la manera de escapar.El llamar a las mujeres y hacer que entrarán para ella, poder emboscarlas, no funcionaba. Además, lo
La forma en la que Fleur se preocupaba hacía que Michael no pudiera evitar preguntarse.¿Por qué no podían estar así todos los días?Era agradable, no pelear, Él era feliz con solo tenerla cerca de él. Ella simplemente podría solo estar leyendo como lo estaba haciendo en ese momento, la forma que ella parecía querer cuidarlo, que parecía preocuparse al verlo herido.Fleur no había dejado que sus hombres se lo llevaran, ella dijo que se haría cargo de cuidarlo.— ¿Estás incómodo?— le pregunto ella al darse cuenta de que no paraba de observarla fijamente.Él negó, no estaba incómodo, la verdad es que estaba muy a gusto con solo observarla—¿Entonces tengo algo en el rostro? Es que me estás observando de una manera, no sé cómo explicarlo—¿Como si me gustaras?Ella se sonrojó al escuchar su pregunta, sobre todo porque si efectivamente él no negó que la veía de esa manera.—Sí, exactamente de esa manera.—Pues es precisamente por eso porque me gustas.Fleur no pudo evitar que su corazón l
Después de esa plática con Michael, Fleur no encontraba la manera de dejar de pensar en él. En su mente no había espacio que no fuera para Michael Lewis. Era solo reflexionar sobre su persona y suspirar.—Fleur no seas boba— se pegó con sus muñecas a ambos lados de la cabeza —¿Eres boba o qué? Le has dicho que no quieres nada con él, ¿y qué pasa? Te la pasas suspirando.Definitivamente, algo debía de estar mal con ella. Los días se volvían monótonos y lo peor, nadie o nada lograba hacer que ella se interesará en algo que no fuera suspirar por un hombre al que había rechazado.—Fleur, ya está lista la orden de la mesa 15— le indicó su jefe, padre de su amiga.Quien vio como ella tomó la orden de manera mecánica para dirigirse a atender la mesa.—En serio, mujer, a esa niña le pasa algo— le comentó a su esposa, quien también observó a lo lejos a Fleur.—Se le nota leguas que le pasa — le indicó su esposa, al hombre, quien le miró cómo si de pronto tuviera tres ojos o se hubiera convert
Los milagros sí que existían y Fleur podría comprobarlo cada día al ver cómo su abuela salía de la crisis.Después de estar varios días sin poder despertar, su abuela, por fin, tras cuatro días, había despertado viendo por primera vez después de mucho tiempo el rostro de su querida nieta que se encontraba en ese momento llorando.—Por favor no llores Fleur — le dijo la anciana a su nieta a quien lleno de besos en el rostro al ella acercarse lo suficiente.—¿Cómo quieres que no llore? Si estoy feliz de que estés bien y por fin hayas despertado— se quejó ella limpiándose las lágrimas.—Hierba mala, nunca muere — menciono su abuela, quien acariciaba su rostro con ternura —lamento haberte asustado y sobre todo gastar tanto dinero.Fleur llevo una de las manos de su abuela a los labios, dejando un beso en el dorso de la mano.—No digas eso abuela, además aunque no lo creas, no me has dejado en banca rota.—¿Cómo que no mi niña? ¿Supones que no sé cuánto cuesta esto?— se quejó su abuela.—P
La abuela de Fleur no podía creer lo que su nieta le estaba diciendo.¿Un viaje a la playa?Era como un sueño que se hacía realidad. Hacía mucho que ella no iba a una playa, desde que su hija y su yerno habían muerto.Pensar en ellos y en ese último viaje hizo entristecer a la vieja abuela de la joven, pero tras un breve momento dejo de pensar en eso. Lo que menos quería era que su querida y hermosa nieta sintiera la pena y no disfrutará del viaje, sobre todo al verla así de feliz.—¿Entonces cuándo nos vamos? — le preguntó la abuela a su nieta.—Mañana mismo nos vamos abuelita.—Entonces ayúdame a empacar todo lo necesario.—Por supuesto que lo haré, solo estaba esperando que me lo pidieras.—Por eso es que te amo, nieta mía. Sabes que cosas decir o hacer para que esta pobre anciana no pueda negarte nada.Fleur solo le sonrió y se abrazó a la anciana con fuerza, dejando besos en sus mejillas.—No puedes culparme, lo único que deseo es verte feliz— la joven no paraba de besar a su abu
Michael se encontraba con una sonrisa en los labios, que su secretaria pensó que se encontraba tan feliz como se encontraría un gato que se acaba de comer a un ratón y puede he no hubiera mejor descripción para él que esa.Había descubierto que Fleur odiaba que él controlará sus movimientos y estaba bien, lo aceptaba, lo que no aceptaba era no poder darle ninguna clase de regalo, por lo que sé las se veía siempre a buscar como salirse con la suya y lo peor es que nada evitaría que no lo hiciera.Además, tenía sus propios motivos para salirse con la suya en esta ocasión. No le gustaba para nada que Fleur estuviera investigando «La puerta al Inframundo» o lo que antes se le conocía como «Templo Negro»Definitivamente, Fleur necesitaba enfocarse en algo más y si ese algo más, la hacía feliz.Michael haría hasta lo imposible para que así fuera.—Dame los últimos movimientos de Fleur— me ordenó a uno de los hombres que había mandado vigilar a FleurElla se encuentra en el barrio asiático d