Después de esa plática con Michael, Fleur no encontraba la manera de dejar de pensar en él. En su mente no había espacio que no fuera para Michael Lewis. Era solo reflexionar sobre su persona y suspirar.—Fleur no seas boba— se pegó con sus muñecas a ambos lados de la cabeza —¿Eres boba o qué? Le has dicho que no quieres nada con él, ¿y qué pasa? Te la pasas suspirando.Definitivamente, algo debía de estar mal con ella. Los días se volvían monótonos y lo peor, nadie o nada lograba hacer que ella se interesará en algo que no fuera suspirar por un hombre al que había rechazado.—Fleur, ya está lista la orden de la mesa 15— le indicó su jefe, padre de su amiga.Quien vio como ella tomó la orden de manera mecánica para dirigirse a atender la mesa.—En serio, mujer, a esa niña le pasa algo— le comentó a su esposa, quien también observó a lo lejos a Fleur.—Se le nota leguas que le pasa — le indicó su esposa, al hombre, quien le miró cómo si de pronto tuviera tres ojos o se hubiera convert
Los milagros sí que existían y Fleur podría comprobarlo cada día al ver cómo su abuela salía de la crisis.Después de estar varios días sin poder despertar, su abuela, por fin, tras cuatro días, había despertado viendo por primera vez después de mucho tiempo el rostro de su querida nieta que se encontraba en ese momento llorando.—Por favor no llores Fleur — le dijo la anciana a su nieta a quien lleno de besos en el rostro al ella acercarse lo suficiente.—¿Cómo quieres que no llore? Si estoy feliz de que estés bien y por fin hayas despertado— se quejó ella limpiándose las lágrimas.—Hierba mala, nunca muere — menciono su abuela, quien acariciaba su rostro con ternura —lamento haberte asustado y sobre todo gastar tanto dinero.Fleur llevo una de las manos de su abuela a los labios, dejando un beso en el dorso de la mano.—No digas eso abuela, además aunque no lo creas, no me has dejado en banca rota.—¿Cómo que no mi niña? ¿Supones que no sé cuánto cuesta esto?— se quejó su abuela.—P
La abuela de Fleur no podía creer lo que su nieta le estaba diciendo.¿Un viaje a la playa?Era como un sueño que se hacía realidad. Hacía mucho que ella no iba a una playa, desde que su hija y su yerno habían muerto.Pensar en ellos y en ese último viaje hizo entristecer a la vieja abuela de la joven, pero tras un breve momento dejo de pensar en eso. Lo que menos quería era que su querida y hermosa nieta sintiera la pena y no disfrutará del viaje, sobre todo al verla así de feliz.—¿Entonces cuándo nos vamos? — le preguntó la abuela a su nieta.—Mañana mismo nos vamos abuelita.—Entonces ayúdame a empacar todo lo necesario.—Por supuesto que lo haré, solo estaba esperando que me lo pidieras.—Por eso es que te amo, nieta mía. Sabes que cosas decir o hacer para que esta pobre anciana no pueda negarte nada.Fleur solo le sonrió y se abrazó a la anciana con fuerza, dejando besos en sus mejillas.—No puedes culparme, lo único que deseo es verte feliz— la joven no paraba de besar a su abu
Michael se encontraba con una sonrisa en los labios, que su secretaria pensó que se encontraba tan feliz como se encontraría un gato que se acaba de comer a un ratón y puede he no hubiera mejor descripción para él que esa.Había descubierto que Fleur odiaba que él controlará sus movimientos y estaba bien, lo aceptaba, lo que no aceptaba era no poder darle ninguna clase de regalo, por lo que sé las se veía siempre a buscar como salirse con la suya y lo peor es que nada evitaría que no lo hiciera.Además, tenía sus propios motivos para salirse con la suya en esta ocasión. No le gustaba para nada que Fleur estuviera investigando «La puerta al Inframundo» o lo que antes se le conocía como «Templo Negro»Definitivamente, Fleur necesitaba enfocarse en algo más y si ese algo más, la hacía feliz.Michael haría hasta lo imposible para que así fuera.—Dame los últimos movimientos de Fleur— me ordenó a uno de los hombres que había mandado vigilar a FleurElla se encuentra en el barrio asiático d
—No dejen que nadie salga de aquí con vida— se escuchó que dijo el jefe de los terroristas.Michael no dejaría que nadie saliera de ahí con vida, todo su ser clamaba la sangre de los malditos hombres que habían puesto la vida de la mujer que amaba en peligro en los ojos de Lewis. La mayoría había escuchado de lo que era capaz, pero eran pocos los que tenían el placer o mejor dicho, la desgracia de padecer en carne viva su iraEn este momento todos esos hombres pedían piedad, más esta no llegaría, los hombres de Michael eran emisario de la muerte y esta no era otra que su jefe.El hotel entero se cimbró en el mismo instante que el piso, la entrada, un frío glacial se apoderó de todos los terroristas, más los muy insensatos no hicieron caso a su sentido de supervivencia.Todo lo contrario, incitaron más su propia desgracia, la muerte sigilosa empezó a llevarse uno a uno Los hombres de Michael sabían lo que tenían que hacer, darían la vida para salvar a la joven Lombardi y a su abuela.
Ahora ambos estaban juntos era lo único que le importaba a Michael quien se dejó arrastrar bajo la ducha, tras ambos quedarse dolor y subir al cuarto que Michael había reservado para pasar la noche ellos dos. Fleur y él necesitaban bañarse, la joven necesitaba eliminar cualquier tipo de olor a pólvora o de sangre que hubiera sobre el cuerpo de Michael.El agua que recorría sus cuerpos apenas y podían sentirla.Pero no importaba nada de eso a Michael, ya que lo único que importaba para él era la mujer que por fin tenía entre sus brazos.—¿Dime que te hacía huir de mí, Fleur?— Es porque me negaba a aceptar mis sentimientos hacia ti— confesó Fleur mientras terminaba de despojarlo de su camisa que él portaba, mientras el agua les caía encima — por eso tenía que escapar, porque no podía comprometerme con alguien como tú, tan controlador y que sentía que no me respetabas. Aunque ya no lo pienso.— No me importa si te negabas en ese momento, lo que me importa es lo que deseas ahora Fleur —p
Ella lo tenía loco con cada uno de sus gemidos, de sus gestos, de su entrega, simplemente hermosa e impaciente.— No me detendré…—murmuró Michael bajando con su boca hasta el monte de Venus de su amante.Michael no tardó en abrir sus pliegues y probar su sabor. Deslizando con destreza su lengua sobre su sexo, jugando con su lengua, hasta llegar a su botoncito, el cual tomo entre sus labios, succionándolo de manera suave. Dejando que sus manos vagaran por su cuerpo, hasta llegar a sus senos, hasta sus pezones, pequeños botones rosados, los cuales tomo entre los dedos, acariciándolos, jugando con ellos con sus dedos. —Ahhh— Fleur no pudo contener el gemido que escapó de sus labios en el momento en que sintió esa lengua entre sus piernas, se arqueó llevando una mano al cabello de Michael sin apretar pero manteniéndolo allí. Sus gemidos llenaron la habitación del cuarto del hotel donde se encontraban y es que su sexo estaba siendo estimulado de manera majestuosa.La entrepierna de Mich
—¡Aquí estamos!— Fleur movía sus manos de un lado para el otro, llamando la atención de Michael, quien en ese momento entraba a la plaza comercial.—¡Papá! — grito Michael Jr quien salió corriendo al ver a su padre aparecer por la puerta-Michael caminó hasta donde se encontraban tanto Fleur como su hijo. —Disculpen, pero no pude llegar más antesEl hijo de Michael no dijo nada, solo tras abrazar a su padre corrió a los árcades que había en la tienda, aun lado de donde los tres se encontraban,Fleur negó al ver al pequeño salir corriendo mientras ella era cobijada en los brazos de Michael.—Te extrañé— musito ella dejándose mimar por él, era una salida familiar. Un día especial que ellos usaban para pasar tiempo con el pequeño.—No más que yo, Fleur— le rebatió Michael, quien no dudó en tratar de morder el cuello de Fleur.—No lo sé. Habrá que ver qué es lo que me prepararas de cenar esta noche-—Así que yo seré quien prepara la cenaFleur giro en los brazos de Michael, para abrazars