Estoy muy contento de haber vuelto a unir las navieras. Ellas se complementan una a la otra. Papá tenía razón en eso cuando me lo dijo. Menos mal que me estoy sintiendo mucho mejor. El doctor Alfonso tenía razón en todo lo que me explicó. No entiendo cómo Eva fue capaz de hacerme eso, es cierto que no la amaba, pero siempre la traté muy bien. Le di todo el dinero que quería, le compré todo lo que se quiso comprar. Y aun así no le bastó, tenía que vender a nuestra hija.Ya sabía yo, que Bella no podía estar enamorada de ese tipo. Si Luis cree que se me va a escapar de mis manos por lo que le hizo a mi hija, está muy equivocado. Le haré pagar muy caro lo que se atrevió hacerle. Parece que todo el mundo se olvidó quién soy yo. Tengo que recordárselo a todos. Está bueno ya de estarme lamentando por perder a Susan. Han pasado muchos años desde eso. Y aunque no creo en lo que me dijo Eva, sé que algo le hicieron a mi Susan, me lo dice el corazón, ella no me abandonaría como lo hizo. Si f
—Porque aunque no te acuerdas de mí, yo, en cambio, no pude olvidar tu hermoso cabello. Me prometí a mí mismo, venir por ti cuando fuera un adulto. Acabo de cumplir mi mayoría de edad, y he venido por ti.—Siento decirte que hiciste un viaje por gusto. Mi único amor, siempre, fue Santiago, y lo seguirá siendo el resto de mi vida. Santi, vine a buscarte para que me acompañes a pedir permiso a mis padres, para eso que me pediste. ¿Vamos?No se me había escapado, la mirada de odio que me dirigió Thompson. Como tampoco la de deseos sobre Susan. Estaba seguro de que tendría serios problemas con él por mi novia. Pues cuando íbamos saliendo lo escuché decir.—No voy a desistir, vine por tí y no me iré con las manos vacías.—Deja las bromas Thompson, creo que debes saber que Susan es mi prometida, la mujer con quien me voy a casar, así que más respeto —le llamé la atención muy serio.—Vamos Santi —me pidió Susan. —Sabes que yo no tengo ojos para nadie más que no seas tú.—Eso lo dices porque
Christian se apresura, a ayudar a Marta, con la caja llena de expedientes. Para luego colocarla encima de una mesa. Isabella lo mira, sin comprender, qué es lo que quiere. Su cuñada, Christie, se pone también ayudarla a acomodar todo.—¿No dijimos que íbamos a organizar todo? —pregunta Isabella sin dejar de trabajar.—Lo dijimos cariño, pero ahora es más importante mi tratamiento —contesta Christian sonriente.—¿Qué tratamiento?—¿Cuál va a ser Bella? El de la felicidad —dice Christie, qué ríe ante la cara de sorpresa de su cuñada. —La empresa es nuestra, y podemos hacer las cosas cuando queramos. Sobre todo eso que están haciendo ustedes, podemos llevarlo para la casa y hacerlo entre todos.—No es mala idea —está de acuerdo, Christian. —Lo haremos así como dice mi hermana. Ahora dejen todo cómo está y vámonos. Vamos a ir todos viaje familiar.—¿Qué quieres decir con todos? —preguntó Isabella.—Eso mismo, que iremos toda la familia a dar un paseo.—¿Toda, toda? —volvió a preguntar Isa
—Haces bien, en salir de eso. Daré la orden ahora mismo. ¿Y con Reginaldo que es lo que vamos a hacer?—Déjalo por el momento. Vamos a ver qué es lo que están planeando esos dos.—Por la manera que se fue, yo creo que esta vez no va a ayudarla, y escuché claramente como la amenazaba. Eva lo llamaba a gritos, y él no giró. Me dio la pequeña sensación por lo que escuché, que él sabe muchos secretos de tu mujer. Quizás al fin podremos saber dónde está Susan. A mí no hay quien me quite de la cabeza, que fue Eva quien la secuestró, quizás con ayuda del Thompson.—Llevamos tanto tiempo buscándola sin resultado, que ya perdí toda esperanza. Solamente quiero saber si es feliz. Si está viva, si no la mataron por mi culpa. Y mira ahora lo que sucedió que no lo esperábamos. Christian es hijo de Thompson, se casó con Isabella y tuvieron dos niños.—Eso es verdad, pero ese muchacho salió a su abuelo. No a su padre. Es un degenerado y no ha cambiado todavía. Me puse a investigarlo un poco, y sigu
Isabella vuelve a abrazar a Santiago, que le devuelve el abrazo sintiendo una inmensa felicidad. ¿Cómo pudo privarse de esto por veintitrés años? Se pregunta en lo que con disimulo limpia una lágrima. Luego se separa de su hija que le contesta sonriente con una enorme expresión de dicha que lo satisface y le dice.—Está bien papá, te voy a ir a ayudar, pero no te acostumbres. Ja, ja, ja… Sabes muy bien que no me gusta los números —luego sin soltarlo lo mira fijamente como si pensara lo que quiere decir, él le sonríe, y es entonces que se decide a hablar.—¿Puedo preguntarte algo en privado?—Claro que si hija, acompáñame al puente, para dar esa vuelta y anclar. Luego hablaremos de todo lo que tú quieras. Isabella hace como le pide, lo sigue al puente, se detiene su lado para observarlo. Escucha el alboroto de sus hijos que se acercan con Christian, los recibe emocionada y va a su encuentro. Todo se quedan observando la maniobra de anclaje, en un pequeño muelle que hay en el mismo. Su
Después que terminamos de dormir a los niños, que se han empeñado en dormir con su tía Christie, volvemos a subir al bar. No tenemos sueño, estamos solos. Christian pone una música suave y me invita a bailar, lo miro sin poder creerlo.—¿En serio?—Ven —dice extendiendo su mano.—Ja, ja, ja… No lo puedo creer.Tira de mí suavemente hasta atraparme por la cintura, y me estrecha fuerte. Hunde su cabeza en mi cuello estremeciéndome completa, hace que suelte un suspiro.—Eres tan bella, has hecho que me enamore de ti completamente. No importa que no recuerde mi amor del pasado Bella. Te amo tanto ahora, que no me hace falta nada más. Te amo, mi linda esposa, gracias por aceptarme —y me separa de su cuerpo para poder mirarme a los ojos al tiempo que me pregunta. —¿Eres feliz?—Mucho Chris, yo también te amo demasiado y me da miedo que pase algo y nos separe —contesta volviendo a estrecharlo fuertemente.—Eso no va a suceder, defenderemos nuestro amor contra todo lo que pueda venir, si esta
El doctor mira sonriente a las tres personas que tiene sentada delante. Dos más viejos y una más joven que sonríe, con las manos de sus padres en las suyas.—¿Y dice que a partir de hoy solo tengo que tomar esas pastillas cuando las necesite? —pregunta emocionada—Sí, pero tienes que seguir muy tranquila, nada de emociones fuertes, hasta que salgan los resultados de las pruebas que le hicimos a tu corazón. ¿De acuerdo?—De acuerdo, doctor —responde ella con una dulce y melodiosa voz, al tiempo que sonríe feliz. —No sabe lo bien que me siento, si hasta mi aspecto ha cambiado.—Claro que tenías que cambiar, al dejar todos los medicamentos que te mantenían dormida, tu cuerpo se despertó y se recuperó. —Explica el doctor y luego le recomienda. —Bravo, pero nada de excederte.—Muy bien doctor, haré todo lo que me dices. Vamos mamá y papá, celebraremos los tres, vayamos a comer a algún lugar hermoso —sugiere la más joven pudiendo de pie y haciendo que ellos lo hagan también.—¿Hermoso? —pre
—Eres fácil de leer, ¿qué es eso que no quieres que se entere tu mujer? Thompson se le queda mirando nervioso. Había pensado decirle toda la verdad al abuelo, no a Santiago, porque sabe que eso abrirá viejas heridas, por lo que nerviosamente mira al abuelo, que aunque entiende no le pide a su hijo que se marche. Todo lo contrario, quiere que ese asunto entre ellos se acabe de resolver, y esta es una gran oportunidad de hacerlo hablar.—¿Se trata del asunto entre ustedes por lo que veo? —pregunta el abuelo para iniciar la conversación directo al punto.—¿Qué asunto? —pregunta Santiago mirando a su padre que le susurra el nombre de Susan. —¿Susan? ¿Qué tiene que ver ella en esto? ¿Sabes dónde está? —se gira para Thompson muy serio.—¡Te juro una vez más que yo no la tengo, Santiago! ¡No la tengo! ¡No tengo ni idea dónde la metieron!—¿Qué quieres decir con eso? ¿Quiénes la metieron? ¿Qué pasó realmente con ella? Porque esa historia de que se fue con otro tipo, no hay nadie en el mundo