Los rayos del sol se filtraban por la ventana de la habitación, Ana sentía los parpados pesados, lentamente fue abriendo los ojos, aún se sentía mareada por los estragos causados por los mojitos y se extrañó por no reconocer el lugar donde estaba, tenía vagos recuerdos sobre la noche anterior. Sintió un peso sobre su estómago y piernas, al girar la cabeza observo el cuerpo de aquel desconocido que la tenía apresada. Si, desconocido porque ni siquiera se habían tomado la molestia de preguntarse el nombre.
No tenía idea de cómo debía actuar, era la primera vez que tenía sexo casual de una noche. Sutilmente se fue deshaciendo de su agarre y se deslizo por la cama hasta ponerse de pie, en silencio comenzó a buscar su ropa o lo que quedaba de ella. Se miró al espejo y sonrió ante su reflejo, se veía satisfecha, se sentía plena, aunque se disgu
Ana María camino con prisa por las calles de la Habana rumbo a su hotel, se sentía diferente, nunca se imaginó que pasar la noche con un desconocido fuera tan satisfactorio. Al llegar a su destino vio que su amiga Laura salía del restaurante, quien, al verla, no pudo evitar dar un grito de emoción.Corrió hacia ella y se fundieron en un abrazo como si no se hubieran visto en años.Al separase Laura se asombró al ver de cerca a su amiga.¡Joder tía! Pero qué guapa te miras recién follada, ¿y estos chupetes?, que te han dejado marcada como a una vaca— Ana comenzó a sonrojarse al ver qué las personas se estaban fijando en ellas dos.Shhh Quieres dejar de gritar y de exponer mi vida sexual, vamos a la habitación ahí te contaré todo.Comenzaron su trayecto mientras platicaban y reían. En el camino se encontraron a Rod
Ana estaba sorprendida del valor que había surgido en ella para pedirle que viajara con ellos a Varadero. Hugo por su parte estaba encantado de que ella fuera quien formulara la pregunta.—Me encantaría poder acompañarles, pero estoy de viaje familiar. Supe que conociste a mi hermano y mi cuñada esta mañana — Ana afirmo con la cabeza, al mismo tiempo que sintió como si le dieran un golpe en el estómago y la dejaran sin aire pensando que era una negativa— Aunque, por otro lado, no creo que a mi familia le importe prescindir unos días de mi presencia. —Ahora sentía que le volvía el alma al cuerpo. —Te propongo algo, acompáñame adentro, te presentaré ante el resto de mi familia, recogeré mis cosas y me ire con ustedes a Varadero.Ana se sentía aterrada, una cosa era pasar unos días con él y otra muy diferente que le presentar
Después de la breve charla con su padre, Hugo subió a su habitación. Dio un par de golpes a la puerta y no fue abierta. Se intranquilizó por que Ana hubiera cambiado de opinión y se haya ido, así que bajo por una copia de la llave a recepción.Al regresar a la habitación entro con cautela y vio a su amada profundamente dormida, tal como la noche anterior. Aprovecho para revisar su bolsa y tomar una foto de su identificación para enviársela a su padre. No quería que se sintiera ofendida si se lo pedía directamente. Tomó la foto y dejo sus cosas tal como las encontró.Se acostó junto a ella en la cama, le envió un mensaje de texto a su papa acompañado de la foto para que iniciara su investigación. Comenzó a acariciar el cabello de Ana, al ver que no se movía opto por dormirse un rato también.Un par de horas más
El viaje a Santiago estaba lleno de sorpresas para ambos, ya que cada uno era encargado de sorprender a su pareja con la elección de alguna actividad. El reto estaba en que apenas se conocían, por lo que tenían que adivinar cuales eran sus gustos, pasiones o hobbies. Hugo fue el primero en elegir, aprovechando que la noche anterior supo sobre su pasión por la arquitectura y las obras de arte, primero la llevo a visitar el museo Diego Velázquez, una de las casas más antiguas en Latinoamérica, donde pudieron ser testigos de la morada que sirvió al colonizador español durante su residencia en Cuba. Se comportaban c
A la mañana siguiente, Ana se levantó muy temprano para reservar un original tour gastronómico por la Ciudad de Santiago, en el cual visitarían el museo del ron, la Casa de la Trova y terminarían la noche disfrutando un show en el Club Tropicana.Al regresar a su habitación se percató de que Hugo seguía dormido. Se quitó la ropa y se acostó junto a él para que no sospechara que había salido. En cuanto se había recostado, Hugo se despertó y se subió sobre su cuerpo.—¿Intentabas escapar nuevamente de mí princesa? —Comenzó a hacerle cosquillas y Ana comenzó a reír y a negar. —eso espero que la próxima vez será peor. —La atrapo con un beso que le arrebató el aliento.Ambos se encontraban completamente desnudos, ella con su respiración entre cortada comenzó a recorrer el
Al llegar al aeropuerto, se dirigieron a la sala exclusiva donde les revisarían su documentación antes de tomar el vuelo particular que los llevaría a Varadero. Hugo esperaba que Ana realizara algún gesto o hiciera algún comentario por el hecho de viajar en un avión privado, pero este nunca llego. Ella estaba acostumbrada a realizar viajes privados durante sus reuniones de negocios.Al abordar el avión, ambos se percataron que el único tripulante del vuelo sería el piloto.— Buenos días señores, espero que no les incomode viajar sin sobrecargo. El cambio de hora nos tomó desprevenidos y el Sr. Mateo nos confirmó que no habría problema.—No hay problema, y te agradezco por hacernos el favor de venir por nosotros con tan poco tiempo de anticipación.—No es ningún problema. Les pido que tomen asiento y partiremos enseguida.<
Hugo llego al hotel donde se hospedaba su familia sintiéndose derrotado, no entendía la pronta negativa de su chica para quedarse con él unos días más. Al verlo llegar solo al restaurante Cassie corrió hacia él. —¿Dónde está Ana? — Ella intentaba buscarla con la mirada por todo el lugar.—Se quedó en el hotel donde se hospedaban sus amigos, mañana se va a Florencia. A la mañana siguiente la pareja bajo a desayunar, eran pasadas las 10 de la mañana y por la hora tan tarde, Hugo tenía la esperanza de no encontrarse a sus familiares, al llegar al restaurante vieron a lo lejos a toda la familia reunida. —Actúa como que no los ves y vamos a desayunar a otra parte— expreso Hugo en un susurro, mientras se escondía detrás de un poste. —¿Y crees que así los vamos a engañar? —Ana le seguía el juego escondiéndose junto a él. —Si nos unimos a ellos, no podremos separarnos el resto del día. —Hugo, Ana dejen de jugar a las escondidas, ya los vimos. —Grito Gina y la pareja no tuvo más remedio que salir de su escondite y acercarse a la mesa familiar donde se burlaban de ellos por su fallido intento por desaparecer. —Buenos días familia. — Ambos tomaron su lugar en la mesa. —Buenos días Chicos, es un gusto verte de nuevo Ana—saludo amablemente la señora Eugenia. —Buenos días señora, me alegro de verlos nue12