—Le llevaré comida, no quiero que nadie vaya cerca de su habitación. Mucho menos ningún hombre.
Aún no controlo lo que siento por tenerla tanto tiempo alejada.
Y otra cosa Isakar, encárgate de que Aleix tampoco lo haga. Puede decirle por error algo a Selene y es lo que menos quiero. ¿Entendido?
—Eso haré papá.
Fui a la cocina para tomar los alimentos que habían preparado las lobas de la manada y de inmediato me fui a la habitación donde había encerrado a mi mujer.
Se sentía tan bien llamarla de ese modo.
Solo que ahora tenía que ganarme el derecho a hacerlo.
Al entrar a la habitación capté su aroma una vez más embriagándome una vez más con este.
—Ven a comer.
Coloqué la bandeja en la mesa pero al ver que ella no se levantó se la coloqué en las rodillas.
—No quiero.
Sabía que tenía hambre, solo estaba siendo infantil al respecto.
En definitiva no se parecía a Audrey sin embargo esto me atraía aún más sin entender el motivo.
—Come o yo mismo te la daré en la boca.
No estoy mintiendo pequeña.
La escuché gruñir sin embargo tomó la bandeja y se la colocó sobre las rodillas antes de comenzar a comer.
Obviamente tenía hambre pero era tan orgullosa que no quería admitirlo.
Tuve que contener una sonrisa que quería mostrarse en mis labios.
Selene:
No sabía que tenía tanta hambre hasta que empecé a comer.
Todo estaba tan delicioso que no presté atención a mi secuestrador hasta que veo un movimiento que hace.
—¡¿Qué crees que estás haciendo?! —grité asombrada mirando su cuerpo.
Él se había quitado la camisa mostrando su torso perfectamente musculoso, ahora tenía sus manos grandes sobre el botón de su pantalón y de inmediato mis ojos se abrieron.
—¿Qué crees que hago? Me quito la ropa.
—¡Eso veo, detente!
Vi que sus ojos parecieron burlones mirándome.
—Voy a darme un baño.
Sino quieres mirar puedes cerrar los ojos pequeña.
—Obviamente no quiero mirar ¿Quién te crees que eres? —gruñí molesta y aparté la mirada de inmediato.
Sin embargo no podía evitar mirarlo de reojo.
—Con tu permiso, señorita.
Yo bufé y escuché como la puerta se cerró detrás de él.
De pronto se me había quitado el hambre.
—¿Por qué comienza a atraerme este hombre? ¿Me volví loca simplemente o ha estado utilizando la magia en mí?
Espero que sea la última.
Cerré mis ojos y me acosté sobre la cama aunque a los minutos de divagar escuché como la puerta se abría otra vez.
Instintivamente miré en su dirección y afortunadamente traía una toalla amarrada alrededor de su cintura cubriendo su desnudez.
No solo me fijé en esto sino en las gotas de agua mojando su piel, cayendo suavemente sobre esta.
¿Acaso se veía más sexy que antes?
¡¿Pero qué estoy pensando?! Este tipo es la bestia de la que mi familia me advirtió.
—¿Sabías que dices tus pensamientos en voz alta, compañera?
Miré su sonrisa socarrona y me levanté de golpe de la cama con las mejillas sonrojadas.
—¡Claro que no!
—Lo haces —afirmó él sonriendo por primera vez y mi respiración se detuvo por un momento.
Era mucho más guapo cuando sonríe.
—¿Dónde vas a dormir tú?
Necesitaba cambiar el tema cuanto antes o moriría de vergüenza.
Él arqueó una ceja evidentemente entendiéndolo pero se limitó a responderme.
—Aquí.
—¿Y… y yo? ¿Dónde?
—Evidentemente aquí. Sino te hubiera llevado a otro lado.
—¡Me niego! ¡No dormiré con un pervertido como tú! Quien sabe qué podrías hacerme.
Su cara se volvió seria de repente aunque no me importó.
—Yo jamás te lastimaría ni te tocaría contra tu voluntad, Selene.
—Pues el que yo esté aquí secuestrada no confirma tus palabras. No confío en ti.
—Pues tendrás que hacerlo porque no te irás de aquí.
No lo permitiré, te guste o no —gruñó antes de darse la vuelta.
Tomó la ropa del closet y volvió al baño en silencio.
Por mi parte caminé a la ventana para distraerme con algo que no fuera este hombre del cual no conozco ni siquiera su nombre.
—Quiero salir de aquí, por lo menos déjame salir de la habitación.
—No.
Su negativa a través de la puerta me hizo apretar los labios con molestia.
—No puedes tenerme aquí para siempre. Vendrán por mí, me encontrará y jamás volveré a verte.
La puerta de repente volvió a abrirse.
En esta ocasión él ya estaba vestido y parecía más mortífero que antes.
Sus ojos oscuros se clavaron en mi ser logrando que me asustara una vez más.
—Nadie va a alejarte de mí ¿Lo entiendes pequeña? No, no lo haces. Es por eso que dices todo eso. Pero lo harás Selene.
Algún día entenderás lo que quiero decirte.
Él comenzó a caminar hacia la salida de la habitación sin embargo yo me atravesé en su camino aún con miedo por su mirada.
—Incluso aunque no vengan por mí.
No voy a dejar de intentar escaparme.
Voy a huir de ti de una manera u otra.
Ni tú ni nadie va a detenerlo ¿Lo entiendes tú?
Él apretó la mandíbula pero no respondió.
Me rodeó para salir.
—No voy a dormir con él.
Tiré de las frazadas y tomé la más gruesa junto a un par de almohadas.
—¿Por qué demonios aquí no hay un maldito mueble? De todas maneras no voy a dormir junto a esa bestia.
Coloqué las almohadas sobre el suelo y me acosté sobre este enrollándome en la frazada para que el suelo frío no tocara mi espalda.
—¡Me duele la espalda! Ah, ¿Cómo estarán mis padres ahora?
Intenté acomodarme de diferentes maneras hasta que poco a poco fui cayendo en el sueño debido a lo cansada que estaba.
Aidan:
—¿Está toda la manada reunida?
—Están todos papá.
—Isakar, espera.
Tengo que darte las gracias porque en todo este tiempo te convertiste en el verdadero líder de nuestra manada ¿De verdad no quieres hacerte cargo?
—No papá, todos te han estado esperando y a nuestra madre. Es hora de que lo hagas tú. Somos más fuertes contigo al mando.
—Ojalá pudiera estar Selene y Genevieve aquí con nosotros pero no podemos retrasar esto por más tiempo. Estoy seguro que los cazadores deben estar creando un plan para destruirnos y debemos estar alertas.
—Lo sé.
Caminé hasta donde estaba toda la manada reunida viendo nuevas caras y a personas que ya conocía.
—Manada, estoy de vuelta.
Los aullidos no se hicieron esperar y los vítores de los niños y las mujeres no convertidas también.
—Nuestra manada es más fuerte ahora sin embargo los he reunido aquí para que sepan que los cazadores están planeando destruirnos y la pieza para hacerlo es mi compañera.
Quiero que formemos equipos de guardia para resguardar la seguridad de la manada.
Ni las mujeres humanas ni los niños participarán.
Debemos protegerlos.
Isakar organizará los grupos de guardia y los más jóvenes serán entrenados por Aleix.
Todos estuvieron de acuerdo inmediatamente aceptando a su Alfa de vuelta y eso me complació mucho.
—Papá ¿Puedo verla? Antes no me dejaste…
Aleix me interceptó después de que terminé de hablar con mi manada.
—Como ya le dije a Isakar, tienen que mantenerse lejos de ella. No quiero que nadie la perturbe ni la confunda.
—Pero yo quiero ver a mi madre, quizás si me vea…
—Sólo lograrás confundirla cachorro, los cazadores jugaron con su cabeza intentando joderme a mí.
—Está bien.
No la buscaré por ahora.
—Aleix, también me gustaría que estuvieras con Genevieve, ella está sola en Londres y no sabemos lo que son capaces de hacer los cazadores. No me gusta dejarla a la deriva.
—Voy a reunirme con mi hermana pronto.
—Aún no le cuentes sobre Selene, sabes lo impulsiva que es Genevieve y que no escucha razones.
—De acuerdo.
—Descansa hijo, es lo mejor.
Volví a la habitación y encontré a Selene durmiendo en el suelo sin poder creérmelo.
—¿De verdad lo hizo?
Intenté ver si estaba aún despierta y solo estaba fingiendo pero al ver lo relajada que estaba supe que efectivamente estaba dormida.
Una sonrisa se ladeó en mis labios enseguida.
—Audrey ya no está.
Puede que Selene tenga su rostro y el aroma ligeramente parecido, su alma es la misma, ella es mi compañera pero evidentemente no es igual que antes.
—Vas a convertirte en un dolor de cabeza para mí pequeña ¿No es así?
Me acerqué para llevarla a la cama pero al ver su hermoso rostro cerca de mí no pude evitar soñar.
—Eres tan hermosa.
Te he echado tanto de menos.
Mi mano tomó un mechón de su pelo levantándolo para verlo de cerca.
Me acerqué a su cara hipnotizado por su hermosura.
—Mi compañera, no voy a dejar que te hagan daño.
Mi nariz acarició la suya con suavidad.
Estaba tan cerca de sus labios pero no quise besarla.
—Cuando lo haga tiene que ser cuando estés despierta y sientas la conexión de nuestro ser y nuestras almas vibrando al encontrarse Selene, estamos hechos el uno para el otro pero ya lo entenderás.
Enseguida la cargué acostándola sobre la cama antes de cubrirla del frío y salir de la habitación.
Selene:Mis ojos se abrieron lentamente.—¿Dónde estoy...?Entonces el recuerdo fugaz me golpeó.—No ha sido un sueño.Realmente estoy aquí, ¡¿Por qué estoy durmiendo en la cama si me acosté a dormir en el suelo?!De prisa miré al otro lado de esta y por suerte estaba vacío, noté que nadie había dormido ahí.—Por lo menos no se acercó a mí ese tipo —gruñí quitándome la sábana de encima para levantarme—. No debería estar pensando en asearme pero lo necesito.Tengo que deshacerme de esta ansiedad que estoy sintiendo.No tardé en quitarme la ropa, bañarme y después lavarme los dientes.—Así me siento un poco mejor.Aparté la mirada del espejo para ir en busca de un poco de ropa al closet aunque evidentemente solo había ropa de hombre.—Tengo que encontrar una manera de escapar de aquí.Este tipo quiere volverme loca.No sé lo que pretende conmigo pero no va a lograrlo.Me coloqué unos boxers nuevos que encontré y una camisa que me cubría hasta los muslos pero no había nada más.—¿Cómo pue
—No es necesario que hagas eso, yo puedo cuidar de mí misma.Traté de apartar mis pies una vez más pero él no me dejó.Me incomodaba lo delicado que estaba siendo conmigo.Eso no es algo propio de alguien como él.—Tú... ¿Lo amas?Su pregunta logró hacer que me fijara en su rostro.No me estaba mirado pero evidentemente estaba a la espera de mi respuesta.Algo me dijo que hizo esa pregunta como si realmente le doliera mi respuesta.Aunque eso era estúpido.—¿De qué estás hablando?—De ese bastardo que te dejó sola en el bosque ¿De quién más sino?—En primer lugar no es tu problema si lo amo o no. Y en segundo lugar, el bastardo eres tú. Leif es...—Claro que es mi maldito problema —rugió de forma letal—. ¿Lo amas o no?—Es mi novio ¿Por qué crees que estoy con él si no es así?—No lo sé, esperaba que me lo respondieras tú. Una mujer enamorada es evidente y tú no pareces una de ellas.—¡No creas saber todo de mí! ¡No me conoces!—Terminé.Se levantó tomando el botiquín sin mirarme y yo
Después de ese día he perdido la cuenta de cuantos llevo encerrada aquí.He visto el sol salir y caer un montón de veces.Esto solo logra que me sienta mucho más desesperada.He estado encerrada en esta habitación desde entonces.—¿Dónde estará ese bastardo engreído? ¿Cuándo me liberará?Caminé de un lado al otro en la habitación ya que eso era lo único que puedo hacer... por ahora.—No entiendo porqué no me ha hecho lo que planeó.Según mis padres él quiere hacerme daño. ¿Entonces por qué no lo ha hecho aún? ¿Está esperando algo? ¡Dios mío, voy a volver loca aquí encerrada!Desde ese día que me dejó encerrada en la habitación tampoco he vuelto a verlo.Verona me trae la comida siempre, con un montón de hombres cubriendo la puerta evidentemente para que yo no intente escaparme otra vez.—Buenos días, pequeña Luna. Aquí traigo su desayuno.Verona me sacó de mis pensamientos haciéndome mirarla.Ella es a la única persona que conozco aparte de ese imbécil que me secuestró de quien además
Sus labios se aferraron a los míos con dulzura y posesividad al mismo tiempo despertando algo que yo jamás había sentido.Ni siquiera con Leif.Sus manos tiraron de mi cintura aferrándose a mi piel y yo casi estuve derretida ante su toque. Perdida en el sabor de sus enigmáticos labios que sabían a gloria.Él me exploró y yo dejé que lo hiciera.Mi corazón latía salvajemente bajo mi pecho por esta intimidad divina hasta que llegó la racionalidad de golpe y supe que estaba cometiendo una locura.—¡¿Cómo te atreves a besarme?!Alcé mi mano para golpear su mejilla avergonzada por mi propio comportamiento aunque él fue más rápido.—No me desafíes pequeña.Estás en mis manos.Sus ojos brillaba intimidantemente sin embargo yo no di un paso atrás.Alcé mi cabeza con firmeza fulminándolo con la mirada.—No por mucho tiempo.Mi respuesta lo hizo endurecer el ceño sin embargo terminó por soltarme antes de darse la vuelta.—Camina.Se hace tarde.En silencio los dos avanzamos por los pasillos del
Él no me había presentado propiamente como su... luna, pero ahora esto era obvio incluso para mí. Una novata que no sabe nada de la vida de los lobos. —Luna, es un placer conocerla. Llevábamos muchos años esperando porque usted apareciera. Desde que mi secuestrador se había alejado de mí un grupo de chicas lobo me habían rodeado para presentarse. —¿Cómo es eso? —pregunté con curiosidad. No soy una traidora. Quizás cuando mi familia venga por mí podré darles información importante sobre los lobos. Después de todos ellos me trajeron contra de mi voluntad y si en mi familia somos cazadores yo también lo soy. —Oh, es que ha pasado siglos para que el Alfa volviera de nuevo y es gracias a usted... Pero antes de que ella terminara de hablar la cortó abruptamente la chica que se veía como una líder. Seria, serena e imperturbable. —Nos dijeron que no hablaramos demasiado Beauty. —Oh, es cierto. Lo siento mucho Luna. —Alaska es tu nombre ¿Cierto? La aludida asintió como respuesta
Mi corazón empezó a latir con rapidez.El tamaño de cada uno era intimidante, ellos parecían de verdad unas bestias.Ahora entiendo el porqué mis padres le llamaban de ese modo a Aidan.—¿Dónde está Aidan, Verona?—No sé a dónde fue Luna, la acompañaré a su habitación.No podía rendirme así de fácil.Tengo que echar un vistazo a los alrededores para ver si encuentro una manera de escapar.Sin embargo debo hacerlo con sutileza para que Verona no lo note.—Antes de eso ¿Podrías llevarme por favor a ver el exterior? Aiden nunca me ha dejado salir de la casa.La mujer parecía renuente pero a pesar de eso asintió a regañadientes.—Está bien Luna, pero después de eso debemos volver.Con satisfacción la seguí hasta un jardín inmenso dejando los lobos atrás.Paneé el lugar dándome cuenta que detrás del jardín estaba el bosque.Solo que no sabía a dónde saldría de irme por allí.—Por lo menos he conseguido ver algo.—¿Dijo algo, luna?—No, estoy mirando las flores.En esta ocasión no mentí.Me
Su rostro estaba a solo centímetros de distancia mientras que sentía como mi corazón latía apresurado bajo mi pecho gracias a su cercanía y a su mirada penetrante.Y es que no era solo eso.Yo estaba manteniendo una batalla conmigo misma.—Sé que no fue la mejor manera en la que te traje aquí, pero no cambia el hecho de que eres mía.Su voz masculina y la posesividad de sus palabras hizo que intentara cerrar mis piernas al sentir la vergonzosa humedad que acababa de aparecer entre ellas.—Cada parte de ti lo es...En el momento en el que Aidan mordisqueó mi cuello y se frotó contra mis piernas sentí que perdí el control.Cada parte de mi cuerpo se excitó a tal punto que me asustó.Ni siquiera con Leif me había sentido de este modo y este hombre conseguía seducirme después de haberme secuestrado.Su boca no se limitó a quedarse en mi cuello sino que comenzó a dejar húmedos besos a lo largo de mi pecho hasta llegar a mis senos.Mis mejillas estaban completamente sonrojadas y tuve que mor
Toda mi cabeza daba vueltas en este momento.Pronto los recuerdos comenzaron a llegar tal y como las voces de las personas a mi alrededor.—¡Maldita sea Aleix, te dije que la cuidaras!—¡Yo tampoco lo vi venir, papá! Ya me siento lo suficientemente culpable.—¡¿Encontraron al maldito que le hizo esto a mi compañera?!Yo estaba atontada aún sin abrir los ojos pero mi estado de estupefacción se incrementó considerablemente al escucharlos.¿Aleix de verdad le había llamado a Aidan papá o yo estoy alucinando?No parecen padre e hijo en absoluto gracias a la edad porque él al igual que Isakar son casi el clon pero supongo que los lobos pueden ser longevos.¿Qué edad tendrá Aidan?Mi respiración se detiene al escucharlo llamarme su compañera porque de alguna manera me sentí... inenarrablemente atraída a él.¿A causa de qué?No entiendo nada.—Alfa, están perturbando a la Luna que comienza a despertar.Ups.Acababa de ser descubierta por lo que no podía seguir fingiendo que seguía dormida par