—No es necesario que hagas eso, yo puedo cuidar de mí misma.
Traté de apartar mis pies una vez más pero él no me dejó.
Me incomodaba lo delicado que estaba siendo conmigo.
Eso no es algo propio de alguien como él.
—Tú... ¿Lo amas?
Su pregunta logró hacer que me fijara en su rostro.
No me estaba mirado pero evidentemente estaba a la espera de mi respuesta.
Algo me dijo que hizo esa pregunta como si realmente le doliera mi respuesta.
Aunque eso era estúpido.
—¿De qué estás hablando?
—De ese bastardo que te dejó sola en el bosque ¿De quién más sino?
—En primer lugar no es tu problema si lo amo o no. Y en segundo lugar, el bastardo eres tú. Leif es...
—Claro que es mi maldito problema —rugió de forma letal—. ¿Lo amas o no?
—Es mi novio ¿Por qué crees que estoy con él si no es así?
—No lo sé, esperaba que me lo respondieras tú. Una mujer enamorada es evidente y tú no pareces una de ellas.
—¡No creas saber todo de mí! ¡No me conoces!
—Terminé.
Se levantó tomando el botiquín sin mirarme y yo me alarmé.
No podía dejarlo ir porque debo llevar a cabo mi plan.
Cueste lo que cueste debo volver con mi familia.
—Duerme conmigo.
Detuve su muñeca con rapidez y las palabras que recién salieron de mi boca no solo lo paralizaron a él.
Sino que causaron un extraño estrago en mi organismo.
Sus ojos se clavaron en mí con intensidad mientras que mi respiración se aceleraba bajo la especulación de sus orbes.
Era como si tuviera un poder extraño sobre mí.
Como si nos conociéramos de hace años.
—¿Por qué?
Yo dejé ir su muñeca con vergüenza apartando los ojos hasta la ventana justo cuando un relámpago brillaba en el cielo.
—Porque... le temo a las tormentas.
No estaba mintiendo en esta ocasión pero por más miedo que sintiera jamás le pediría a él que se quedara.
A menos que tuviera un plan como ahora.
—No lo parecía hace segundos.
Quizás él tenía razón en eso.
Antes no lo había notado hasta que había decidido buscar una excusa para que se quedara y eso es porque de alguna manera retorcida... me siento segura a su lado.
—¿Sabes qué? Si quieres puedes irte.
Él no dijo nada.
Se quedó mirándome fijamente antes de sentarse sobre la cama justo a mi lado.
—No me iré a ningún lado pequeña. Pero no te tocaré.
Si no quieres que lo haga.
Esto último lo dijo con sorna aunque su cara seguía seria cuando me volteé para mirarlo indignada.
—¡Nunca voy a querer que lo hagas!
—Ya lo veremos.
Guardó el botiquín dentro del baño y volvió con la misma rapidez que había entrado.
—¡No te burles de mí!
—Basta ya, descansa un poco, yo también voy a hacerlo.
La verdad es que había notado que se veía cansado.
Lo fulminé con mis ojos de todos modos al ver que se acostaba sobre la cama dándome la espalda.
Me recosté sobre la cama sintiéndome ansiosa y me crucé de brazos.
Las luces se apagaron de repente sobresaltándome pero él ni siquiera se inmutó por lo que yo tampoco dije nada y me quedé viendo al techo esperando que se durmiera.
Solo esperaba que mi plan diera resultados.
No sé cuánto tiempo transcurrió hasta que noté que él estaba dormido al fin.
—Vamos, no puede ser tan difícil.
Le eché una mirada para comprobar que siguiera durmiendo.
—Tienes que tener las llaves en algún lado —susurré.
Mientras había estado durmiendo se había movido y ahora estaba de frente.
Su pecho subía y bajaba con cada respiración.
—¿Por qué es tan guapo?
No pude evitar susurrar mientras observaba su rostro dormido.
Maldije entre dientes y comencé a buscar la llave en el bolsillo derecho de su pantalón aunque no la encontré.
Enseguida metí mi mano en el otro pero justo en ese momento haciendo que gritara un par de manos se posaron sobre mi cintura tirándome de esta.
—¡Ah! ¡¿Qué haces?!
Con el corazón latiendo de prisa noté que él me había colocado encima de él con mis piernas alrededor de su cintura y aún no me había soltado.
—Eso es lo mismo que me estaba preguntando yo ¿Qué haces, pequeña?
Enseguida alcé mi mirada a la suya.
Él parecía relajado pero yo sabía que no lo estaba.
Nuestra tensión sexual era obvia.
—Yo...
—Tú estabas buscando la llave, ¿De verdad crees que soy tan estúpido como para dejarla donde puedas encontrarla?
Su burla me irritó de inmediato.
—¿Dónde está la m*****a llave?
—¿De verdad quieres saberlo?
Una de sus cejas se arqueó esperando mi respuesta y yo alcé mi cara de forma retadora.
—Sí, ¿Dónde está?
Antes de que pudiera prevenir su siguiente movimiento.
Él tomó una de mis manos y la dejó sobre el bulto entre sus piernas horrorizándome.
No pude evitar gemir.
Más aún cuando vi que... creció.
Y aún peor, yo seguía encima de él.
—¡¿Cómo te atreves?!
No tardé en golpear su cara con una fuerte cachetada como instinto y al ver esto me quité de encima con rapidez cuando vi que sus ojos volvieron a ese color que me daba miedo.
No me dejó salir de la cama deteniéndome.
Posicionándose sobre mí.
—Tú me preguntaste dónde estaba mi llave. No vuelvas a golpearme Selene.
Solo Verona y yo tenemos una así que no hay escapatoria.
Respondí a donde estaba la mía.
—Eres despreciable.
—No me importa lo que digas.
Deja de usar artimañas porque de todas maneras no podrás escapar.
Los chicos de la manada están entrenados y no te dejarán ir así que espero que te des por vencida de una vez por todas.
—¡Nunca! Eso nunca va a pasar a menos que me mates.
Él se apartó de mi cuerpo levantándose de la cama aunque yo aún estaba un poco aturdida por lo que su cercanía causaba en mi interior.
—Ni siquiera la muerte te liberará de mí, pequeña.
Sus palabras causaron algo extraño dentro de mí por lo que me llevé una mano al corazón y solo me puse a llorar cuando él salió de la habitación dejándome sola otra vez.
Después de ese día he perdido la cuenta de cuantos llevo encerrada aquí.He visto el sol salir y caer un montón de veces.Esto solo logra que me sienta mucho más desesperada.He estado encerrada en esta habitación desde entonces.—¿Dónde estará ese bastardo engreído? ¿Cuándo me liberará?Caminé de un lado al otro en la habitación ya que eso era lo único que puedo hacer... por ahora.—No entiendo porqué no me ha hecho lo que planeó.Según mis padres él quiere hacerme daño. ¿Entonces por qué no lo ha hecho aún? ¿Está esperando algo? ¡Dios mío, voy a volver loca aquí encerrada!Desde ese día que me dejó encerrada en la habitación tampoco he vuelto a verlo.Verona me trae la comida siempre, con un montón de hombres cubriendo la puerta evidentemente para que yo no intente escaparme otra vez.—Buenos días, pequeña Luna. Aquí traigo su desayuno.Verona me sacó de mis pensamientos haciéndome mirarla.Ella es a la única persona que conozco aparte de ese imbécil que me secuestró de quien además
Sus labios se aferraron a los míos con dulzura y posesividad al mismo tiempo despertando algo que yo jamás había sentido.Ni siquiera con Leif.Sus manos tiraron de mi cintura aferrándose a mi piel y yo casi estuve derretida ante su toque. Perdida en el sabor de sus enigmáticos labios que sabían a gloria.Él me exploró y yo dejé que lo hiciera.Mi corazón latía salvajemente bajo mi pecho por esta intimidad divina hasta que llegó la racionalidad de golpe y supe que estaba cometiendo una locura.—¡¿Cómo te atreves a besarme?!Alcé mi mano para golpear su mejilla avergonzada por mi propio comportamiento aunque él fue más rápido.—No me desafíes pequeña.Estás en mis manos.Sus ojos brillaba intimidantemente sin embargo yo no di un paso atrás.Alcé mi cabeza con firmeza fulminándolo con la mirada.—No por mucho tiempo.Mi respuesta lo hizo endurecer el ceño sin embargo terminó por soltarme antes de darse la vuelta.—Camina.Se hace tarde.En silencio los dos avanzamos por los pasillos del
Él no me había presentado propiamente como su... luna, pero ahora esto era obvio incluso para mí. Una novata que no sabe nada de la vida de los lobos. —Luna, es un placer conocerla. Llevábamos muchos años esperando porque usted apareciera. Desde que mi secuestrador se había alejado de mí un grupo de chicas lobo me habían rodeado para presentarse. —¿Cómo es eso? —pregunté con curiosidad. No soy una traidora. Quizás cuando mi familia venga por mí podré darles información importante sobre los lobos. Después de todos ellos me trajeron contra de mi voluntad y si en mi familia somos cazadores yo también lo soy. —Oh, es que ha pasado siglos para que el Alfa volviera de nuevo y es gracias a usted... Pero antes de que ella terminara de hablar la cortó abruptamente la chica que se veía como una líder. Seria, serena e imperturbable. —Nos dijeron que no hablaramos demasiado Beauty. —Oh, es cierto. Lo siento mucho Luna. —Alaska es tu nombre ¿Cierto? La aludida asintió como respuesta
Mi corazón empezó a latir con rapidez.El tamaño de cada uno era intimidante, ellos parecían de verdad unas bestias.Ahora entiendo el porqué mis padres le llamaban de ese modo a Aidan.—¿Dónde está Aidan, Verona?—No sé a dónde fue Luna, la acompañaré a su habitación.No podía rendirme así de fácil.Tengo que echar un vistazo a los alrededores para ver si encuentro una manera de escapar.Sin embargo debo hacerlo con sutileza para que Verona no lo note.—Antes de eso ¿Podrías llevarme por favor a ver el exterior? Aiden nunca me ha dejado salir de la casa.La mujer parecía renuente pero a pesar de eso asintió a regañadientes.—Está bien Luna, pero después de eso debemos volver.Con satisfacción la seguí hasta un jardín inmenso dejando los lobos atrás.Paneé el lugar dándome cuenta que detrás del jardín estaba el bosque.Solo que no sabía a dónde saldría de irme por allí.—Por lo menos he conseguido ver algo.—¿Dijo algo, luna?—No, estoy mirando las flores.En esta ocasión no mentí.Me
Su rostro estaba a solo centímetros de distancia mientras que sentía como mi corazón latía apresurado bajo mi pecho gracias a su cercanía y a su mirada penetrante.Y es que no era solo eso.Yo estaba manteniendo una batalla conmigo misma.—Sé que no fue la mejor manera en la que te traje aquí, pero no cambia el hecho de que eres mía.Su voz masculina y la posesividad de sus palabras hizo que intentara cerrar mis piernas al sentir la vergonzosa humedad que acababa de aparecer entre ellas.—Cada parte de ti lo es...En el momento en el que Aidan mordisqueó mi cuello y se frotó contra mis piernas sentí que perdí el control.Cada parte de mi cuerpo se excitó a tal punto que me asustó.Ni siquiera con Leif me había sentido de este modo y este hombre conseguía seducirme después de haberme secuestrado.Su boca no se limitó a quedarse en mi cuello sino que comenzó a dejar húmedos besos a lo largo de mi pecho hasta llegar a mis senos.Mis mejillas estaban completamente sonrojadas y tuve que mor
Toda mi cabeza daba vueltas en este momento.Pronto los recuerdos comenzaron a llegar tal y como las voces de las personas a mi alrededor.—¡Maldita sea Aleix, te dije que la cuidaras!—¡Yo tampoco lo vi venir, papá! Ya me siento lo suficientemente culpable.—¡¿Encontraron al maldito que le hizo esto a mi compañera?!Yo estaba atontada aún sin abrir los ojos pero mi estado de estupefacción se incrementó considerablemente al escucharlos.¿Aleix de verdad le había llamado a Aidan papá o yo estoy alucinando?No parecen padre e hijo en absoluto gracias a la edad porque él al igual que Isakar son casi el clon pero supongo que los lobos pueden ser longevos.¿Qué edad tendrá Aidan?Mi respiración se detiene al escucharlo llamarme su compañera porque de alguna manera me sentí... inenarrablemente atraída a él.¿A causa de qué?No entiendo nada.—Alfa, están perturbando a la Luna que comienza a despertar.Ups.Acababa de ser descubierta por lo que no podía seguir fingiendo que seguía dormida par
Cada centímetro de mi cuerpo tembló por su cercanía.Sus ojos, esos ojos poseían una mirada sombría, escalofriante, misteriosa, detallaban mi rostro con tanta profundidad quemándome.Poniéndome nerviosa.Era como si él supiera cosas que yo no tenía ni la menor idea.Su toque enviaba descargas eléctricas por todo mi ser y no entiendo el porqué estoy sintiendo esto.Es como si cada vez que me tocaba las emociones dentro de mí crecían a un punto inimaginable.—¿Por qué estás aquí? —le pregunté temblorosa.Me mordí el labio inferior cuando sentí una parte de su anatomía crecer volviéndose más dura.Me horroricé en el momento que yo misma moví mis caderas en torno a él de manera involuntaria y él me respondiera con un gruñido sumamente sexy mientras me devoraba con esa mirada oscura.Mi cuerpo reaccionó distinto a todo lo que he experimentado antes.Flashes de mis sueños con él hacen que me maree un poco y por ello me aferro a sus hombros con mis manos.Y aquí está él.Confundiéndome.No me
No sé cuánto tiempo pasó pero yo me encontraba atontada todavía.Las palabras leídas se repetían una y otra vez en mi cabeza.—¿Quiere esto decir que "El destino" es quien hace que los lobos tengan compañeras? No son escogidas por ellos. No fui escogida por Aidan.¿Acaso no puede rechazarme?Apreté los labios inquieta sintiendo mi corazón latir rápidamente.Algo en mi pecho se apretó pero no entendí qué.Mis ojos se alzaron hasta un lugar específico en la habitación donde me encontré con una sombra que me asustó.—¿Tienes algo que preguntarme?Él salió de la oscuridad haciéndose notar mientras que yo cerraba el libro que estaba leyendo y lo colocaba boca abajo.—No.¿Desde cuando estás ahí?Se encogió en hombros restándole importancia guardándose las manos en los bolsillos mientras que su mirada no se apartó de mí.Me inquietaba con esa fijeza que lo hacía.—Acabo de llegar.No lo discutí pero sabía que eso no era cierto, él me había escuchado. Lo que lo hace más vergonzoso.—¿Qué quie