Aidan:

No solo mi lobo se encontraba furioso conmigo sino que yo también lo estaba.

Me sentí inquieto al ver la negación de Selene.

Y aunque sé que para ella no es fácil estar conmigo por como se dieron las cosas entre nosotros, mi parte animal no lo entiende.

Todo lo que mi lobo quiere es correr hacia ella, marcarla y hacerla mía.

Pero nunca voy a lastimarla.

La seguridad de Selene estaba incluso por encima de la mía.

—¿Qué estás haciendo?

Esa pregunta vino de la persona detrás de mí.

Había estado tan sumido en mis pensamientos que ni siquiera capté el aroma de mi hijo hasta ahora.

—¡¿Por qué estás aquí, Isakar?! ¡Te dije que te quedaras con ella!

Estábamos hablando por nuestro enlace lobuno ya que él también se había convertido.

Mi hijo no se acobardó.

Tampoco dio un paso atrás.

Isakar sabía que a pesar de lo molesto que estuviera jamás voy a lastimar a mi familia.

Primero lo hacía conmigo mismo.

—Nuestra madre tiene a Aleix, él siempre supo conectar con ella. Eres tú el que me preoc