Tyler—Soy Tyler, Tyler Brown; me faltan un par de semestres para terminar mi carrera de Finanzas y Marketing, no pude seguir porque mi hija enfermó y necesitaba trabajar para cumplir los costos de su tratamiento; me casé hace unos años, pero enviudé un año después… tengo una hija de seis, se llama Mia y una hermana de nombre Megan, es un dolor en el trasero, pero la amo, ella y mi hija son todo lo que soy, son todo lo que tengo. He sido mesero, mecánico, he trabajado en construcción y en la biblioteca del pueblo donde crecí, también lo hice en McDonald’s, ahora suplanto al cabrón más grande del planeta y me enamoré de la mujer que, aunque por ley no es mi esposa, yo siento que lo es… —Su mirada nunca se apartó de la mía.—Yo soy….—Tú eres Isabella Stewart, la única hija de un matrimonio que murió joven y en extrañas condiciones, tu tío Anthony tomó tu custodia cuando tenías quince años. Eres un centauro, sagitario, cumples años el día de Noche Buena y creo que Santa no pudo entrega
Jameson¡Mierda!Tiré el pedazo de papel arrugado sobre el escritorio. Esto no podía ser cierto.Me tomó casi dos semanas volver a América, desde ahí, me encerré en mi departamento en Las Vegas.Faltaban cuatro meses para reclamar mi herencia, finiquitar el maldito matrimonio y por fin hacerme cargo del patrimonio que me pertenecía por derecho.Markus me sirvió una copa y la bebí de golpe antes de pedirle otra.—Maldito seas, Domenico Shields...—Me rei, como un maldito maniatico.—Perdon Domenico Di Marco.Nunca había odiado tanto a mi jodido padre, ni siquiera cuando me obligó a ir a la puta escuela militar que se convirtió en mi martirio.Bebí el trago nuevo, el whisky quemando en mi garganta.—¿Malas noticias, señor? —preguntó el imbécil.—¿Tengo cara de tener buenas noticias, Markus?— satiricé.—No, señor. ¿Quiere que regrese a Nueva York?—Te necesito coordinando el empaque y envío de la droga que será embarcada a Sicilia, me han pagado por adelantado y, si esa droga no llega a ti
TylerEstaba enamorado.Cuatro semanas habían transcurrido desde que lo aclaramos todo y, aunque sabía que ella tenía dudas, notaba cómo día tras día se sentía más cómoda conmigo, cómo volvía a ganarme su confianza, incluso logramos calmar a Anthony entregándole el dinero que necesitaba, él insistía con la propiedad de Long Island, sin embargo, había perdido el factor sorpresa sobre la verdad de Darcy, así que se quedó tranquilo con el dinero; sabía que en algún momento volvería atacar, sobre todo porque yo no estaba demandando mi paternidad.Isabella tuvo razón cuando dijo que, hacerlo, era darle a Jameson una bala más para atacarla.Habíamos pasado la Noche Buena y el cumpleaños de Isabella junto con Domenico en una pomposa y exuberante fiesta en la casa de uno de sus amigos, pero una vez en la mansión en la intimidad de nuestra habitación susurré el happy birthday para ella mientras nuestros cuerpos bailaban recostados en los azulejos del baño. para Año Nuevo fui tajante en decir
TylerLuego de una cena rápida con mi hermana e hija, mi pequeña y yo nos fuimos a la cama, estaba quedándome dormido cuando mi celular empezó a vibrar en la mesa de noche, estiré el brazo, tomándolo y dejándolo sobre mi pecho antes de acomodar mejor a Mia sin despertarla, el ronquido de su nariz tapada me hizo cubrirla un poco más, llevaba varios días resfriada, esperaba que estuviera mejor para el fin de semana.El móvil volvió a vibrar, por lo que recordé que aún lo tenía sobre mis abdominales, era poco más de media noche y tenía un mensaje de Isabella.“¿Estás despierto? Es increíble lo mucho que me cuesta dormir sin ti, te has convertido en un mal hábito, señor Brown… :(”“Diría que lo siento, pero la verdad… No lo siento ni un poquito.”“Descarado.”“Me gusta que me extrañes.”“Claro, porque tú no me extrañas ni un poco”“Te equivocas, te extraño más de lo que te imaginas, dejaste algo inconcluso en la oficina.”“Dale las gracias a Blake mañana.”“Puede que en su expediente haya
TylerSolté el teléfono con fuerza. maldiciendo en todos los idiomas que conocia.¡Jameson Shields era un maldito bastardo!El corazón me tronaba en los oídos, la frustración de no poder tenerlo en frente y no poder decirle al hijo de puta todo lo que pensaba de él hacía que quisiera golpear algo, siempre estuvimos bajo su mira; en la empresa, en la mansión, sin necesidad que Markus estuviese detrás de mí como una jodida sombra.El tuvo el sarten por el mango todo el tiempo.Golpeé el escritorio haciendo que varios de los documentos en los que estaba trabajando se desparramaran en el suelo, las palabras de Jameson parecían estrellarse contra las paredes de mi conciencia. Quería a Isabella, a eso se refería con:“Todo lo nuevo que hay en ella”.Y no pensaba permitirlo, la puerta se abrió y Stefy me observó con los ojos abiertos.—¿Sucede algo, señor Shields?—preguntó observando el caos que había en mi oficina.—¿Sabes si mi esposa ya está en la oficina? —consulté recogiendo los documen
TylerEventualmente salimos de la bañera y nos trasladamos a la cama, al menos, yo lo hice, ella se quedó frente a mí, completamente desnuda, aplicándose crema humectante en todo el cuerpo.—Ven aquí…—Ya casi termino. —Cerró el envase y antes de ir a nuestro lecho, abrió el cajón de su tocador y sacó algo, no pude verlo, caminó hacia mí, sonriendo, se sentó a un lado de la cama.—¿Tienes algún tipo de relación con las cremas?—Cuando pesas más de cien kilos, las cremas son tu mejor aliado, pero no es por ello que las uso. —Metió un mechón de cabello detrás de su oreja—. Mi madre lo hacía después de su baño, siempre. —La atraje hacia mí y la abracé, sin ningún tipo de tensión sexual entre los dos—. Cuando era niña, quería ser a su imagen y semejanza; una buena esposa, una buena mamá… así que me hace sentir más cerca de ella y cuido mi piel. —Giró su rostro y encogió sus hombros—. Es un ganar, ganar.—Si lo ves desde ese punto de vista… Tienes un punto, Vida.—Hablando de mi madre. —Se
Tyler.Aprete el telefono con fuerza ante las palabras de mi hermana. habíamos estado esperando los resultados de Mia que el doctor hubiese llamado personalmente significaba que eran malas noticias.—Tengo que irme —repetí antes de empezar a moverme, mis pasos eran torpes, me dolía el pecho, el frío se había apoderado de mí, bajé las escaleras que conducían hasta el sótano donde los autos de Jameson parecían alineados, como en una feria de exhibición, y tomé el primer juego de llaves, encaminándome al auto que se iluminó cuando activé la alarma, subí pero no pude si quiera colocar la llave en el puerto de contacto, mis manos estaban temblando, mi vida entera se tambaleaba, lo intenté una vez más, pero las llaves cayeron, fue como si ese pequeño acto me hubiese explotado, así que me rendí, golpeé el volante y grité.Grité porque el cáncer era una gran perra que no sabía cuándo putas morirse, lloré porque ella era mi niña y sabía perfectamente que esas palabras de Megan no profetizaban
TylerEstuve todo el día en el hospital luego de los exámenes, Mia fue llevada a su habitación especial, una enfermera nos llevó a Megan y a mí hasta el lugar, luego de colocarnos la indumentaria requerida, entramos, se veía cómoda con pequeñas flores dibujadas en la pared. Un baño y una cama auxiliar para el acompañante. Mi hija estaba dormida, por lo que Owen nos dio una charla acerca de la importancia de los implementos de vestuario.No pude irme a casa esa noche, ni siquiera las dos siguientes; pero para el tercer día tuve que volver a la mansión de los Shields, tenía mucho trabajo por hacer con la inauguración del hotel tan cerca, además del contrato que cumplir.Corté el suministro de agua y tomé una toalla, deslizándola en mi cadera; Isabella estaba sentada en la cama, con Tikki en sus piernas, me había traído el gato porque Megan estaría todo el tiempo con Mia en el hospital y no quería que el animalito estuviese encerrado en el departamento.—Hola.—susurré al vela ella bajó a