—¿¡Qué está pasando aquí?! ¿Jameson porque golpeaste al señor Stewart? —Tengo que llamar a la hermana Alegria, no va a quedarse con esto, ¡lo cobrará con mi hijo y todo sera tu culpá! —discrepó antes de salir de la habitación, iba a ir tras ella, pero Nonna me tomó del brazo. —¿Dijo hijo? —me pregunto Nonna pero no dije nada, este no era mi secreto para contar así que intenté soltarme, pero Nonna me agarró con fuerza—. No te irás de aquí, deja esa chica en paz, estas últimas dos semanas solo he visto cómo huyen el uno del otro, cómo discuten y ahora le pegas al señor Anthony Stewart, es como si estuviese viendo al propio Jameson. Si acepté toda esta locura de la falsa identidad es porque pensé que ella tendría tranquilidad, pero ustedes pasaron de escabullirse en el cuarto del otro a discutir por cada cosa… ¿Qué está pasando? quiero explicaciones —Le dije la verdad, —necesitaba ir tras ella, pero Nonna no me dejaria salir de la habitación si no le explicaba—yo no soy Jameson y me en
Tyler Isabella estaba al pie de mi cama cuando salí a la habitación, usaba el pijama de seda color chocolate, al menos, era lo que deseaba que estuviera bajo el albornoz del mismo material que llegaba hasta sus rodillas. —Yo…— tartamudeó —Queria saber donde... —Iba a enviarte un mensaje tan pronto consiguiera vestirme, dejé a Darcy con mi hermana y mi hija en Jersey en caso de que tu tio Anthony tenía alguna intención de llevarlo lejos, tendrá primero que venir y hablar con nosotros. Técnicamente, lo secuestramos, pero él no hará nada. Sabe que todo esto es un riesgo tanto para él como para ti… —Fui hacia el clóset para buscar el pantalón de un pijama. —Nada de lo que se haga por el bienestar de mi hijo es un riesgo.—sentenció con voz firme— Yo estoy dispuesta a todo por él. —Un padre siempre está dispuesto a todo por sus hijos, Isabella —resumí, dejando caer la toalla y subiendo mi pantalón, después caminé hacia ella—. Es justo lo que yo hice. —¡Esto es completamente diferente!
Isabella Supe que estaba perdida cuando su mano tomó mi cintura, obligándome a mirarlo, cuando trancó sus ojos en los míos… esos ojos que me observaban con amor, me reprendí por no haberlo notado, ¿cómo no me pude dar cuenta antes?Jameson miraba diferente, podías notar la arrogancia, la frialdad en sus iris azules, Tyler miraba con amor, con bondad, fueron sus acciones las que se clavaron fuertemente en mí corazón; Tyler no mentía cuando me decia que me amaba, podía verlo en el brillo de sus ojos, en su feroz protección y ahora que estaba tan cerca, me di cuenta de que no amaba a Jameson. Cuando Tyler me preguntó en qué se diferenciaba su actuar con el mío, supe que estaba perdiendo la batalla, porque no tenía armas para luchar, porque yo misma lo hubiese hecho mil veces, si con eso salvaba a Darcy. Y cuando su boca tocó la mía… me perdí. Porque mis barreras sí se habían roto y luego cayeron bajo el filo del alma noble de Tyler., Cedí ante el instinto carnal que me llevó a corres
Tyler—Soy Tyler, Tyler Brown; me faltan un par de semestres para terminar mi carrera de Finanzas y Marketing, no pude seguir porque mi hija enfermó y necesitaba trabajar para cumplir los costos de su tratamiento; me casé hace unos años, pero enviudé un año después… tengo una hija de seis, se llama Mia y una hermana de nombre Megan, es un dolor en el trasero, pero la amo, ella y mi hija son todo lo que soy, son todo lo que tengo. He sido mesero, mecánico, he trabajado en construcción y en la biblioteca del pueblo donde crecí, también lo hice en McDonald’s, ahora suplanto al cabrón más grande del planeta y me enamoré de la mujer que, aunque por ley no es mi esposa, yo siento que lo es… —Su mirada nunca se apartó de la mía.—Yo soy….—Tú eres Isabella Stewart, la única hija de un matrimonio que murió joven y en extrañas condiciones, tu tío Anthony tomó tu custodia cuando tenías quince años. Eres un centauro, sagitario, cumples años el día de Noche Buena y creo que Santa no pudo entrega
Jameson¡Mierda!Tiré el pedazo de papel arrugado sobre el escritorio. Esto no podía ser cierto.Me tomó casi dos semanas volver a América, desde ahí, me encerré en mi departamento en Las Vegas.Faltaban cuatro meses para reclamar mi herencia, finiquitar el maldito matrimonio y por fin hacerme cargo del patrimonio que me pertenecía por derecho.Markus me sirvió una copa y la bebí de golpe antes de pedirle otra.—Maldito seas, Domenico Shields...—Me rei, como un maldito maniatico.—Perdon Domenico Di Marco.Nunca había odiado tanto a mi jodido padre, ni siquiera cuando me obligó a ir a la puta escuela militar que se convirtió en mi martirio.Bebí el trago nuevo, el whisky quemando en mi garganta.—¿Malas noticias, señor? —preguntó el imbécil.—¿Tengo cara de tener buenas noticias, Markus?— satiricé.—No, señor. ¿Quiere que regrese a Nueva York?—Te necesito coordinando el empaque y envío de la droga que será embarcada a Sicilia, me han pagado por adelantado y, si esa droga no llega a ti
TylerEstaba enamorado.Cuatro semanas habían transcurrido desde que lo aclaramos todo y, aunque sabía que ella tenía dudas, notaba cómo día tras día se sentía más cómoda conmigo, cómo volvía a ganarme su confianza, incluso logramos calmar a Anthony entregándole el dinero que necesitaba, él insistía con la propiedad de Long Island, sin embargo, había perdido el factor sorpresa sobre la verdad de Darcy, así que se quedó tranquilo con el dinero; sabía que en algún momento volvería atacar, sobre todo porque yo no estaba demandando mi paternidad.Isabella tuvo razón cuando dijo que, hacerlo, era darle a Jameson una bala más para atacarla.Habíamos pasado la Noche Buena y el cumpleaños de Isabella junto con Domenico en una pomposa y exuberante fiesta en la casa de uno de sus amigos, pero una vez en la mansión en la intimidad de nuestra habitación susurré el happy birthday para ella mientras nuestros cuerpos bailaban recostados en los azulejos del baño. para Año Nuevo fui tajante en decir
TylerLuego de una cena rápida con mi hermana e hija, mi pequeña y yo nos fuimos a la cama, estaba quedándome dormido cuando mi celular empezó a vibrar en la mesa de noche, estiré el brazo, tomándolo y dejándolo sobre mi pecho antes de acomodar mejor a Mia sin despertarla, el ronquido de su nariz tapada me hizo cubrirla un poco más, llevaba varios días resfriada, esperaba que estuviera mejor para el fin de semana.El móvil volvió a vibrar, por lo que recordé que aún lo tenía sobre mis abdominales, era poco más de media noche y tenía un mensaje de Isabella.“¿Estás despierto? Es increíble lo mucho que me cuesta dormir sin ti, te has convertido en un mal hábito, señor Brown… :(”“Diría que lo siento, pero la verdad… No lo siento ni un poquito.”“Descarado.”“Me gusta que me extrañes.”“Claro, porque tú no me extrañas ni un poco”“Te equivocas, te extraño más de lo que te imaginas, dejaste algo inconcluso en la oficina.”“Dale las gracias a Blake mañana.”“Puede que en su expediente haya
TylerSolté el teléfono con fuerza. maldiciendo en todos los idiomas que conocia.¡Jameson Shields era un maldito bastardo!El corazón me tronaba en los oídos, la frustración de no poder tenerlo en frente y no poder decirle al hijo de puta todo lo que pensaba de él hacía que quisiera golpear algo, siempre estuvimos bajo su mira; en la empresa, en la mansión, sin necesidad que Markus estuviese detrás de mí como una jodida sombra.El tuvo el sarten por el mango todo el tiempo.Golpeé el escritorio haciendo que varios de los documentos en los que estaba trabajando se desparramaran en el suelo, las palabras de Jameson parecían estrellarse contra las paredes de mi conciencia. Quería a Isabella, a eso se refería con:“Todo lo nuevo que hay en ella”.Y no pensaba permitirlo, la puerta se abrió y Stefy me observó con los ojos abiertos.—¿Sucede algo, señor Shields?—preguntó observando el caos que había en mi oficina.—¿Sabes si mi esposa ya está en la oficina? —consulté recogiendo los documen