Vi como Shirley huía con miedo, odiando a Adric por ser tan impulsivo porque se había terminado de romper el plan. Ahora me encontraba en peligro, porque no sabría qué consecuencias tendría en contra mía al pensar que los estaba traicionando cuando quería era una situación diferente entre todos. Salí de mis pensamientos, cuando sentí el sonido de quejido de Adric logrando quitarle la flecha para observar cómo sangraba, así que le coloqué una manta sobre la herida esperando que no fuera tan profunda dándome cuenta del verdadero daño que causaba las flechas, al igual que sus garras siendo los dos objetos enemigos en medio de nuestra venganza entre cazadores y hombres lobos.— ¿Qué crees que vaya a hacer? — Preguntó de repente, sacándome de mis pensamientos —, Perdón, solo quería defenderte, pero creo que la he embarrado más — Manifestó donde negué con la cabeza, viendo su inocencia y caballerosidad en el momento.— Debo ir al instituto para esperar mi castigo, porque no me van a permiti
Me fui hacia la manada con nervios, no sabía exactamente qué sucedería con Clarisse después de que nos hubieran descubierto, no tenía ese propósito cuando nos vimos más que pasar un buen momento juntos, pero terminó siendo, al contrario. Volví a mi hogar sin ella, esperando a ver qué sucedería porque tenía demasiados nervios con esta situación. Al llegar, estaba buscando a Alerick, pero me habían manifestado que había salido con Aly un rato, donde resignado me fui al lago mágico observando mi imagen pensando en cómo la vida me había cambiado, esperando que todo sacrificio tuviera su consecuencia. Al rato, sentí una sombra detrás mío volteando con precaución a punto de convertirme en mi lobo para defenderme cuando vi que se trataba de mi hermano.— Hemos tomado una decisión referente a la alianza — Mencionó, donde me tranquilice —, ¿Que tan seguro es que las cazadoras dejen de atacarnos? — Pregunto dándome en el corazón, porque con lo que había sucedido con Clarisse no teníamos la meno
Era duro e irreal para mí, el tener que abandonar el instituto porque nunca estuvo dentro de mis ideales ese destino, pero estaba satisfecha en el sentido que había logrado escalar hasta directora, no solo eso, sino que había dado lo mejor de mí, mis experiencias, mis enseñanzas para que cada una de ellas se sienta orgullosa de la gran cazadora que se había convertido. Camine hasta la lavandería, donde salude a mi amigo quien se encontraba sorprendido al verme con maletas pensando en lo peor, más porque no sabía si habíamos logrado arreglarnos Aly y yo tal como lo había pedido, porque sabía la gran conexión que teníamos ambas.— ¿Qué sucede? ¿a dónde iras? — Pregunto de una, después de ofrecerme un vaso de agua —, Cualquier cosa puedes quedarte aquí conmigo, sabes que somos amigos — Susurro con alegría, mientras le sonrió entendiendo que a pesar que no sabía nuestro origen y trabajo igual desde el primer día nos había brindado su amistad leal.— Iré a donde Aly, simplemente abandoné m
Amaba cada parte de su cuerpo, cada lunar, cada imperfección, todo encajaba perfectamente conmigo incluso la cicatriz de su cuello debido a que la marque más que la que tenía en el pecho gracias a mi padre. Amaba cuando sudaba en mis brazos, terminando de desvestirla para poder pasar el roce de mis manos por todo su cuerpo; cuando abrí sus piernas para adentrarme dentro de ella sintiendo su calor interno; dónde ambos empezamos a gemir de placer el cual aumentaba cada vez más y más cuando aumentaba el ritmo de cada movimiento en su interior como si tuviéramos una sincronía perfecta. Tuvimos por lo menos cinco poses, donde cada uno se satisfacía a su forma, tenerla encima mío manejando el ritmo mientras observaba el bello reflejo de su cuerpo agarrando sus pechos, mientras ella lo hacía con su cabello concentrándose en el momento; tenerla en cuatro donde podía darle nalgadas en medio de cada movimiento, además de jalar su cabello sintiéndome intocable y el hombre más feliz del mundo, ha
— Esa es la historia por quinta vez, ¿cuántas veces debo repetirla para que me crean? — Manifesté con fastidio, queriendo moverme —, Existen, al igual que soy una cazadora y no, no estoy loca como piensan — Exclamé alterándome, pero dos enfermeros se acercaron para calmarme. — Como le manifieste médico, ella está diagnosticada con esquizofrenia debido a las alucinaciones que tiene — Sentenció el director mientras rodaba los ojos —, Por eso mismo, su cambio de actitud además las incoherencias que menciona una y otra vez, aunque lo creíble es que no cambia ni una palabra desde hace siete meses que se encuentra retenida acá — Manifestó, mientras el doctor tomaba nota. — ¿Por qué Clarisse? puedes ser sincera y así salimos de todo esto — Dijo el doctor mirando con lástima, esperando que les hiciera caso —, Debes calmarte, porque estando estable podríamos ver para cambiarte a otro cuarto — Afirmó con seguridad, creyendo que me había convencido porque le sonreí. — ¿En serio? si me dijera
La fría brisa del invierno feroz azotaba mi rostro con dureza, el sol estaba posicionándose en lo más alto como de costumbre, brindándonos una cálida pizca de calor. Correr todos los días a la misma hora, era sin duda la mayor disciplina de las cazadoras de la orden del dragón dorado. Mantenernos en forma era como nuestro pan de cada día, como líder, era responsable del entrenamiento constante de las nuevas y antiguas integrantes. me seguían en fila, mientras aprovechamos el espeso bosque como una especie de campo de entrenamiento. La cuesta arriba hasta la cascada era el camino con más dificultad, pero valía la pena por la increíble vista que ofrecía. —¿Clarisse? —me llamo una de mis novatas, me giré a verla y elevé mi ceja a modo de interrogación. —, ¿Falta mucho? Estoy muy agotada, comienzo a marearme. —¿Agotada? No llevamos ni la mitad del camino, Mónica. —respondo—, ¿Cómo es que quieres ser cazadora? Con esa condición fí
Soy el mayor de dos hermanos, donde vivimos siempre nuestra infancia en armonía y tranquilidad al lado de nuestros padres; donde mi padre era el Alpha supremo de la manada de lobos negros por parte de él y blancos por parte de mi madre. Mi madre Minerva siempre ha sido una lobo muy noble, llena de amor en su corazón donde parece un diamante; debido a que cualquier situación o dolor lo rompe cayendo en depresión ocasionando que su hijo menor Andrew esté pendiente de ella; siendo el beta de la manada actualmente. Por otro lado, mi padre Cerberus siempre ha sido el típico Alpha dominante, frío, insensible y sin corazón, aunque lo clasificó como un hombre con corazón de piedra donde es capaz de matar a su propia familia si con eso salva a su manada; ya que es lo primordial para él.
Termine mi jornada como líder, después de haberme cerciorado de que las novatas cumplieran su entrenamiento intensivo. Eran una burla para nuestro linaje, ¿Como es que se habían congelado ante esa bestia en el bosque? pudo ocurrir una desgracia, afortunadamente mis instintos son muy desarrollados. Y actúe a tiempo, cazando a la bestia y sumándola a mi repertorio de lobos asesinados. Caminé orgullosa por los pasillos hasta mi habitación, la directora me había felicitado por mi hallazgo y nada me llenaba más de dicha que ser reconocida por buen mérito. Estaba agotada y algo estresada, pronto vendrían las competencias de destrezas y mi equipo era una verdadera vergüenza. Suspirando, entre a la ducha y alivie mi estrés con agua fría como el hielo. Me vestí con ropa cómoda y escuché como la puerta se abre y entra Garrett, lo miró perpleja para luego fulminarlo con la mirada. —¿Qué se supone que haces aquí? —le reclamo, me da una sonrisita traviesa y me apega a su c