Ayse logró calmarse finalmente del ataque de ansiedad que tuvo y se atrevió a subir la mirada para observar todo alrededor, la casa no había cambiado demasiado en todos aquellos años, el tiempo parecía haberse detenido entre las cosas que estaban allí, por un momento imaginó a su madre organizando el personal en ese mismo lugar donde ella estaba parada.

De pronto se acercó a ellos tímidamente un grupo de empleados domésticos con un poco de incomodidad sin saber si era apropiado o no pero todos se colocaron en fila y uno a uno se inclinaron.

— En nombre de todo el personal queremos desearles felicidades y darle la bienvenida, estamos a su orden para lo que necesite — , de pronto la señora que había hablado observó con más detalle a Yusuf y preguntó preocupada, — ¿Qué le pasó en la cara joven?

— No se preocupe, solo por favor si es posible lleven a la habitación un poco de hielo.

— Así será, de inmediato pido que se lo dejen en la nevera.

— ¿Zeynep? — , pregunto Ayse al reconocer a