Kadir de pronto se sintió abrumado, se encontraba en la cama con Elsin, era obvio que habían estado juntos y de hecho un pequeño rastro rojo en la cama era la evidencia de su virtud y él lo último que recordaba con certeza era estar ambos bebiendo en su sala para olvidar.

Elsin comenzó a llorar, ¿cómo era posible que después de tantos años de esperar para entregarse lo hiciera con alguien que acababa de conocer.

Estaba sentada de espaldas a él, sintiéndose desesperada, como si hubiese perdido lo más preciado que tenía, Kadir se sintió culpable, nunca había sido tan imprudente ni egoísta.

Se colocó detrás de ella y la abrazó con ternura, solo deseaba consolarla mientras pensaba qué hacer y los recuerdos comenzaron a llegar uno a uno, la pasión, el deseo, besos y caricias compartidas.

— Lo siento, haber perdido el control y aprovecharme de que te encontrabas bajo los efectos del alcohol es imperdonable.

— No sé cómo pude hacer algo así, ¿cómo le daré la cara a mi familia?, a mí misma.