Otro más porque los amo XD manitas arriba si les está gustando :3
-Me has perdido.Ella suspiró y se sentó en la cama.-El clan Capell no solo son los que han reinado el continente Norte por algunas generaciones. ¿Sabías que, de hecho, tu familia proviene del continente perdido?Ahora fue mi turno de mirarla con incredulidad.Antiguamente existían seis continentes. Hasta donde se sabe, en el continente perdido hubo una especie de plaga que hizo que todos los lobos que lo poblaban murieran. No había ningún tipo de registro sobre el número de lobos o cómo era la civilización, ya que eso había pasado hace casi un milenio. Los pocos libros que hacían referencia de ello eran tan viejos que se encontraban en colecciones privadas o deshaciéndose en los estómagos de las polillas y otros insectos a los que les gustaba el polvo, supongo.-No lo sabía.-Bueno, no es como si haya encontrado mucha información. Únicamente sé que de alguna forma la familia real del continente perdido desarrolló inmunidad. No mencionan que la plaga a la que se refieren sean los salv
Alguien gritó a mi espalda pero lo ignoré. Esta loba estaba en una misión.Corrimos hasta un pasillo conocido y Mateo se detuvo en la puerta haciéndose a un lado. Yo abrí y me encontré con la secretaria de Karel. Ella me dio una inclinación de cabeza y señaló hacia la puerta del idiota.La abrí y algunos pares de ojos me observaron en tensión tocando sus armas.-Fuera. No me obliguen a hacerlo yo misma. - Dije con voz mortal.-Hagan lo que dice. - Dijo Karel sin inmutarse desde su escritorio.Cuando la puerta se cerró, me dirigí a su escritorio. Sin palabras comencé a tomar sus papeles y los arrojé al aire. Luego agarré una pequeña lámpara de aspecto caro y la arrojé a la ventana. Esta, obviamente, se rompió aunque no lo suficiente.Seguí tomando objetos de su oficina y arrojándolos a cualquier parte por un rato. Karel me observaba calmado, el maldito.Hice una pausa porque estaba pensando en la mejor manera de incendiar el lugar y Karel aprovechó para hablar.-¿Has terminado?- Dijo e
Me miró furioso.-¡No le harás ningún daño!-Para empezar, gracias por confirmar su ubicación. Y haré lo que yo m****a quiera porque soy una hembra emocional y no puedes juzgarme por ello... no sin enemistarte con Cole, y en este momento necesitas a tu General mucho más de lo que necesitas a la familia de Elizabeth.Comenzó a ponerse púrpura y en otra ocasión le hubiera hecho burla por ello.-Te haré un pequeño favor ya que somos familia. - Dije con una sonrisa inocente que no creía ni yo. - La retaré a un duelo; así cuando la mate, su familia no podrá reclamar nada a la corona. Negarse a ayudarte te daría el derecho de exterminar a su familia.Los duelos eran una cosa seria en este continente. No importaba tu color de pelaje o clase social; durante un duelo se seguían las mismas normas:1° Solo podía solicitarse cuando se haya cometido un crimen en contra de tu persona, tu pareja o de tu descendencia y la autoridad competente se niegue a resolver el conflicto. Se necesitaban pruebas c
Algunas lobas corrían en círculos mientras salían de la casa de la manada.Me parecía estúpido, pero si su sentido atrofiado de supervivencia les decía lo contrario, no discutiría con ellas.Parecía ser que el fuego había comenzado en el salón de costura y que avanzaba a un ritmo muy anormal; a menos que fuera provocado y planeado. Quizá lo alimentaron con alguna sustancia inflamable.Como sea, no podía dejar que las lobas se hicieran daño y los guardias de la casa de la manada seguían sin reaccionar.Algunos incluso miraban boquiabiertos las llamas cada vez más altas.—¡Lobos! —Grité haciéndome oír. — ¡Guíen a las lobas hacia allá! — Dije señalando la salida. — ¡Es peligroso salir de la protección de la muralla, solo reúnanse en ese rincón y protéjanlas!Por suerte, sus mentes militares por costumbre de recibir órdenes comenzaron a movilizarse.—Debemos buscar una fuente de agua. —Dijo Savanah recorriendo el jardín en caos.—Eso será inútil. Quien sea que haya provocado el fuego sabí
Los dormitorios de la casa de la manada estaban diseñados de forma en que pudieran albergar a más de quinientas lobas al mismo tiempo. Eran cuatro pisos de chillidos femeninos y hormonas locas con los que lidiar; con los años el número de lobas blancas comenzó a decaer y en los dormitorios actualmente solo se alojaban alrededor de cien lobas o menos. Las habitaciones contenían dos camas así que mi teoría para no darnos un cuarto individual a todas era para ahorrar en gastos de limpieza. Teniendo en cuenta de que estaba segura de que las lobas nobles habían estado evacuando en los últimos días debido al asunto de rebeldes y salvajes, ahora solo quedaban un puñado de lobas que salvar porque el primer y segundo piso no estaban habitados desde mucho antes del ataque. Me detuve en las escaleras del segundo piso a retomar el aliento. En este momento me encontraba tan mareada que dudaba poder bajar las escaleras sin rodar por ellas. —¡Lily! — Gritó Savanah más abajo. —¡¿Necesitas ayuda?
Se congeló y estrechó sus ojos. Yo continué.—Los guardias no la encontraron, pero en su habitación había señales de una lucha. La única posibilidad de encontrar pistas de su paradero era buscar rastros con su esencia o rastros del lobo o lobos que se llevaron. ¿Ahora? — Dije mirando a sus guardias circulando por todo el lugar. — Te deseo suerte encontrando algo. Claro que no es mi maldito asunto porque yo seré juzgada y decapitada por tratar de detener a la loba que quería armar una partida de búsqueda y hacer lo mismo que tus guardias siguen haciendo.Me zafé del agarre de Karel y me dirigí a la salida.Mi partida fue celebrada por Elizabeth y su séquito de lobas con gritos sobre la felicidad que les causaría cuando una pueblerina conozca su lugar debajo del filo de la espada del rey.La imagen mental que tuve sobre Karel intentando decapitarme casi fue suficiente para sacarme una sonrisa. Casi.Estaba bastante cabreada. ¿No podía llegar el inútil rey unos cinco minutos después? Quiz
—¡¿Dónde están, pequeños demonios?!— Dije corriendo descalza por los pasillos de mi mansión.Habíamos regresado hace casi dos semanas a casa y desarrollamos una rutina: Tío Chad se levantaba temprano para abrir mi puerta y asegurarse de que no era una salvaje; cuando comprobaba que no lo era, quitaba el candado y las cadenas de mi puerta. Gisselle pensaba que estaba exagerando, pero me gustaba ser precavida.Una vez despierta, me daba un largo baño y luego salía a desayunar con todos en la mesa de la cocina. Después tío Chad, Mateo y yo pasábamos el resto del día explorando la biblioteca en busca de información sobre los salvajes.Las cosas habían estado tranquilas; no habíamos tenido noticias del castillo ni de la desaparición de la Luna. Después del incidente en la Casa de la manada, los rebeldes y los salvajes se habían vuelto a esconder.Tampoco supe nada del bastardo de Cole; estaba haciendo un pésimo trabajo como pareja y aun así mi corazoncito se alegraba cuando contemplaba mi p
Volteé para encarar al bastardo sexy.—No me avergüenzo. Tengo un lindo trasero. — Dije porque era cierto. — Ahora, si me disculpas, estoy lidiando con un problema aquí.—¡Primo Cole! — Gritaron los cachorros y treparon por su cuerpo.—Prima Lily nos tortura. — Dijo uno de ellos poniendo ojitos tiernos.Incluso Dania comenzó a gemir lastimeramente mientras seguía sosteniéndola en el aire por el pelaje de su cuello.Cole se acercó hasta que quedamos a poco menos de un metro. Estiró la mano y me quitó a la cachorra para sostenerla en sus brazos y se inclinó hacia mí. Sus labios tocaron mi mejilla tiernamente y mis partes de chica se derritieron.—Hola, cariño.Yo me crucé de brazos.—¿Dónde has estado? He estado lidiando con los cachorros yo sola ¿Qué clase de pareja desobligada eres tú? — Dije con falsa molestia.—Mis disculpas. — Dijo acariciando la lobuna cabeza de Dania. — He estado buscando quiénes de los Alfas están financiando a la rebelión.—Eso oí. — Dije sin dar mi brazo a torc