Madrid, 28 de marzo de 2007
Es un café sensacional, el café más delicioso que he probado, le dije. Ella sonrió con notable modestia, mientras sus mejillas se sonrojaban un poco. ¿Creen haber probado un café bueno de verdad? Antes de que me respondan que sí, que el mejor café que han probado en sus vidas lo prepara mengano o zutano, en tal o aquel famoso sitio que se llena de gente, haciendo largas colas para recibir un vaso de papel o plástico, con algún mensaje motivador escrito con marcador negro, deben primero probar el que hace Diana Vidal. Ella muele los granos por sí misma, en una máquina artesanal, pero le echa semillas de vainilla y cacao —ahí está la clave—; en echar todo junto desde un principio, y no preparar el café aparte e ir agregando lo demás. Esto, me aseguró ella, hace que el sabor sea equilibrado
Verano del año 2006.Sus ojos grises estaban fijos en el horizonte, entre ese montón de nubes que aparecían y desaparecían. Un cielo azul muy hermoso anunciaba que iba a ser un día soleado. Una voz femenina, a través de los alto parlantesdel avión, la hicieron salir del letargo en el que se encontraba. No pudo evitar sonreír al oír las palabras de la mujer.—Pasajeros con destino Madrid, os anunciamos que estaremos aterrizando en breves minutos. Por favor, permanezcan en sus asientos y abrochaos los cinturones.«¡Por fin en casa!», pensó.Aunque se sentía muy feliz por estar de vuelta en España, no podía dejar de sentirse algo contrariada por la decisión que tomó. Dejar los estudios académicos de lado, aplazados, por ir detrás de un sueño, no es algo que
Dio un golpe a la mesa y soltó un suspiro de frustración. ¿Por qué demonios nunca llega a tiempo?Se hizo la pregunta en la mente, por enésima vez. Se supone que Amanda tenía que haber llegado veinte minutos atrás, pero ni siquiera se tomó la molestia de enviarle un mensaje para explicarle el motivo de su demora.Desde que la relación de ambos terminó, Amanda se volvió más frívola de lo normal. Solo mantenían relación por asuntos laborales, debido a que ella era la hija de uno de los ganaderos más influyentes de la región. Y debido a que éste se encontraba en un viaje de negocios, su primogénita se encargaba de todo lo relacionado a la finca y la ganadería.—Bien, acabemos con esto rápido —oyó una voz femenina decir a su espalda—. A las dos en punto debo estar en el club, para mi lecci&
Lo más lógico que debíahacer era ponerse en contacto con su madre y decirle que estaba en la ciudad, pero eso significaba ponerla sobre aviso. Raquel no era tonta. Sin necesidad de pensarlo mucho, sabría el motivo por el que su hija estaba de regreso, y Diana no quería darle ni una sola oportunidad de interponerse en su camino. Luego de que ya hubiese hablado con Rafael, respecto a su deseo de estudiar en la Escuela Taurina "Armando Vidal", y ya se hubiese instalado en su propio piso, en el corazón de Madrid... Solo allí, si su madre se enteraba que estaba en España, se jugaría la carta de la emancipación para que no le montara ningún espectáculo y la dejará vivir su vidaEl camino del aeropuerto a su departamento fue rápido, casi unos quince minutos. Pagó al taxista y no perdió tiempo en mirar su alrededor. Madrid estaba igual a como lo vio por última
Despertó sobresaltada debido al sonido de una bocina proveniente del exterior. De inmediato, miró el reloj en su muñeca. Farfulló un improperio y salió de la cama a toda prisa. Faltaba quince minutos para las dos de la tarde.Tardó casi veinte minutos en vestirse, maquillarse y peinarse. Tratándose de ella, era un récord. No es que fuese banal. Todo lo contrario. Pero tenía un raro complejo con creer que su rostro era muy aniñado, y por ende, solía aparentar menos edad de la que tenía. Deseaba darle a Rafael, la impresión de que ya era toda una mujer.No perdió tiempo llamando a alguna línea de taxis. Cogió el primero que pasópor la calle.La Escuela Taurina quedaba muy cerca, a unos cinco minutos en carro, y a unos quince andando. Muy bien podría haberse ido caminando, pero iba perfumada, muy arreglada y no quería correr el
Una semana despuésSe llevó la mano a la frente, a la vez que soltaba un largo suspiro. La comida ya estaba fría, y sin darse cuenta, escribió el nombre de Rafael con la salsa, sobre la superficie blanca de su plato. No podía dejar de pensar en él, y en sus palabras. Y lo peor de todo es que aun no lograba entender qué demonios le sucedió ese día. ¿Por que actuó de esa manera? ¡Ella no es así! De hecho, no tolera a la gente que se aprovecha de su posición social, el dinero o el poder, para pasarporencima de otros. ¿Entonces por qué reaccionó como lo hizo aquel día?Tal vez fuese porque se sentía susceptible, y muy harta de que siempre le dijeran que no podía hacer algo, que ella había soñado hacer durante tantos años.—¿Te vas a comer
Las dos amigas se fueron de compras. Se hicieron con un gran montón de ropa casual masculina, así como de lociones, y artículos de uso para caballeros. Como ambas eran un tanto exigentes a la hora de fijarse en un chico, sabían a la perfección lo que hacía que un hombre fuese irresistible.Debido a que los rasgos faciales de Diana eran en extremo femeninos, Claudine optó por comprar silicón para hacer una prótesis que le hiciera la mandíbula más cuadrada a su amiga, a la vez de aportarle un mentón más propio de varón. Compraron también varios rollos de lana crepe. Clau conocía una técnica para crear barbas y bigotes falsos que se veían muy realistas, con este material. Eso sí, procuraron obtener un pegamento de muy buena calidad, que no fuese tóxico, para poder fijar el vello facial falso a la piel de Diana y no causarle ningún da&
Saludó a la mujer que yacía sentada frente al escritorio junto a la puerta y prosiguió hacia su oficina, se quitó el abrigo y lo dejó en un perchero cercano a la ventana. No era necesario abrigarse con el clima tan agradable que hacía afuera, pero la prenda era más que todo parte característica del estilo de Rafael: siempre casual y muy elegante.Sin perder tiempo, encendió su ordenador y comenzó a teclear palabras a toda velocidad. Esa mañana se sentía muy inspirado para seguir trabajando en su libro. Desde hacía unos meses atrás, él había estado muy concentrado en una historia de ficción que llegó a él, mediante un sueño.Esa era su otra pasión: la escritura.Llevaba más de sesenta mil palabras escritas, e iba a por sesenta mil más..."Cerró sus ojos con fuerza, obligando su cerebro a
A las tres de la mañana del lunes, Diana ya estaba despierta, sobre su cama, con la mirada fija en el techo. El corazón le latía como frenético. En diez minutos se levantaría para comenzar su preparación. Convertirse en Diego era algo que al principio le tomaba hasta dos horas, pero estuvo practicando junto a Claudine y ya solo le tomaba unos cuarenta minutos de su tiempo.Ser Diego Morante no era tan fácil como lo imaginó cuando se le ocurrió la alocada idea. Tenía que tratar de ser un caballero en toda regla, pero procurando ser muy natural. Y por esa razón, pasó los últimos tres días estudiando a la especie masculina. Junto a su amiga, fue a plazas, restaurantes, gimnasios, centros comerciales, y se sentaba en silencio a observar la forma en que hablaban y se expresaban, como reaccionaban ante situaciones específicas y como lidiaban con los problemas. En su poco tiempo