Lexie había escuchado a su abuelo decir que cuando eras intimidante para los demás eres importante para el negocio. La policía se encontraba constantemente intimidada por la forma en la que se movía el negocio de Berrocal y el de los Staton, no había pruebas pero tampoco dudas.
1k de lectores que vengan muchos más y que los que ya están comenten por todos lados qué es lo que más les gusta de la historia. ¿Qué creen que molestó a Berrocal?
Lexie vio a Berrocal de la manera que nunca había visto, enojado, furioso con ella. Todo lo que llevaba diciendo los últimos cinco minutos, eran verdad, era mandona, egoísta y la mayor parte del tiempo hacía lo que le diera la gana con su vida y la de los demás sin importar criterios, opiniones o consejos de los demás. Ella reconoció en su cabeza que él tenía razón, pero de su boca salió todo lo contrario: —¿Qué quieres que haga que me convierta en Luna para que seas feliz? —No se te ocurra volver amencionarla—Berrocal tomó una taza y la estalló contra el gabinete, Lexie bajó la cabeza y uno de los pedazos se clavó en su cráneo. Lexie vio a su esposo a los ojos. Lexie estaba enojadísima. Él se asustó cuando la sangre comenzó a salir se acercó con un trapo de cocina y lo puso en su cabeza. —Suéltame. —Lexie. —¡SUÉLTAME!—gritó y le
La doctora les dio un momento antes de acercarse, le dio a Lexie su tarjeta para controlar un poco el temperamento y atender lo que se conocía como ataques de pánico.La madre de Lexie se había preocupado demasiado pro si mal temperamento, al principio lo achacó a la edad, y la justificó. Todos los niños hacen berrinches, pero, conforme crecía entendido que su hija era tan rabiosa como ella. Entre sus listas de prioridades estaba atender ese pequeño defecto de su hija, sin embargo, la arrancaron muy temprano de sus brazos y quedó pendiente. La joven vio la tarjeta que le ofreció la doctora, era psicóloga y psiquiatra. La doctora se despidió y salió de la habitación. Berrocal se acomodó bien la ropa y tomó asiento en la silla, le envío unas indicaciones al chapas para que limpiaran el apartamento y quitaran del desayuno, pidió algo de almorzar para Lexie y la vio descansar. Pasaron unas tres horas en el hospital, Ada y Arturo entraron de fo
Antes de que Asher acelerara las cosas para ellos Berrocal había visitado a Lexie en varias ocasiones, la había investigado, incluso se tomó la molestia de seguirla personalmente. Se dio cuenta de que era precisa, inteligente, precavida y muy inteligente, cada vez que mantenía una conversación con su mujer o le veía desempeñarse en el trabajo se daba cuenta de que era la indicada para el trabajo. Un trabajo que él hubiese tomado por obligación, pero Lexie parecía disfrutar. Lexie estaba esperando una respuesta así que sirvió un poco de vino en las dos copas que estaban en la mesa. Se sirvió de comer e hizo un terrible sonido con el cubierto para traer a Berrocal de vuelta a la mesa. —¿Necesitas que repita la pregunta?—insistió Lexie. —No—respondió y se sirvió la comida en el plato y retiró las manos uy vio a su esposa. Lexie partió la pieza de pescado de si esposo
Se lo había preguntado todos los días. Era un tormento; se dormía y se despertaba pensando una solución que les beneficiara a todos. Solo fantasías, pero no había salida, pero no había una opción correcta. La vida es una ironía, antes no tenía dinero para comprar una manzana y ahora puede compararse una finca llena de manzanas. El ejemplo más evidente es su casa; preciosa, enorme y acogedora, la propiedad es preciosa, segura y privada, con un jardín gigante; excelente para que sus hijos corrieran. Cuatro niños como soñó, pero no se podía permitir tener a su niña a salvo y a su lado, menos a tres niños más, pero en el jardín de su casa no había nada y no podría haber nada más. Nunca se llenaría con niños corriendo libremente y no los habría y en ese
Mily fue por el café y le dijo a Lexie que si su gente podía entrar por el techo, la ventana o cualquier parte del edificio necesitaban entrar ahora. Estaban en el piso dieciocho y si lo hacían en orden Berrocal podía desangrarse al tiempo de que la ayuda llegase por él. Movilizarlo tampoco era una opción porque la bala podía viajar y tocar una arteria o vena y complicar las cosas. El problema era que no había salida y el hombre estaba desangrándose sin misericordia. —Lo sé, vi las heridas. —Las vio al instante, pero pensó que saldrían, que habría tiempo de llevarle a un hospital o con un médico clandestino, alguien que pudiese ayudarle. Lexie nunca se había sentido culpable por la profesión que desempeñaba, porque lo veía normal; sus abuelos eran delincuentes, su padre lo había sido, su madre era una mentira profesional y ella siempre había tenido facilidad para planear un crimen, lo que pasa es que Berrocal tiene razón,
Mily tomó la llamada de su tío y escuchó con atención todo lo que tenía que hacer para adelantar el procedimiento si estaba cociente aún podían hacer preguntas básicas.Entre Max, Mily y Lexie le llevaron una de las habitaciones. Mily se quedó inspeccionando el lugar por un par de segundos y vio a Berrocal.—No vivo aquí, pero es triste pensar que no nos conocíamos.—Porque no vives aquí.—Nosotros estábamos reposando aquí.—Nosotros estábamos conversando sobre los pros y contras del sexo prematrimonial.—Mily tú no tienes diez años y tampoco eres virgen—dijo Lexie.—Triste, pero, ¡cierto! Es culpa de Max que pone la política antes que mi muy embellecida vagina.&m
Lexie tenía en su plantilla a ex militares, pidió que se acercaran con un ataque planeado para extraer a los cuatro padres, otros que fueran por sus esposas e hijos y les sacaran de Mainvillage. Ese asalto no tenía salida, había cuatro hombres asaltando el edificio de la gente más influyente de la ciudad y su plan era el mismo que dos de sus hijas, matarse, pero antes iban a matarlo a él. En la ciudad ellos dejaron de ser padres de familia regulares o los padres de cuatro víctimas, eran cuatro hombres terroristas; para Lexie eran cuatro hombres haciendo lo que cualquier padre amoroso que no volvería a ver a su hija haría. Ellos querían d La luz se fue en las cuatro cuadras que rodeaban el perímetro, se escucharon balazos, se escucharon bombas, helicópteros y gritos. En medio de la ola de confusión todos creyeron que habían sacado por el aire a los padres, pero esos fueron extraídos por aire tierra y barco. <
Berrocal vio el auto en el cual se suponía se tenían que subir, observó los autos de quienes estaban disparando hacia el hospital y se dio cuenta de que no podían ir en esa dirección porque alguien les había traicionado. Descartaba por completo a Varo ni Chapas; el primero porque sentía que Lexie le pertenecía y no haría nada por lastimarla, había pasado semanas intentando recibirse después de que balearan su casa. El segundo porque era más léala que nadie, además el Chapas conocía la gratitud, así que quedaba la pregunta en el aire quién en su equipo querría darle información a la gente de Asher sobre los planes que hacían. Le quitó el audífono a su esposa y dijo a Varo: —Que bajen y abran fuego de defensa. —Hay dos hombres en el techo, quiere que abramos fuego ahora. —Espera a que recarguen las armas y abrimos fuego.