Madie estuvo toda la tarde del domingo disfrutando de la piscina en el Club con su padre, sin embargo, Matt aparecía en sus pensamientos cuando menos lo esperaba, era la primera vez que no lo veía durante todo el día y lo peor aún, lo comenzaba a extrañar.Regresaron al anochecer, ella fue hasta la cocina para tomar un poco de agua y ver si se topaba con él, no lo vio, no estaba allí. ¿Dónde podía estar si se suponía que él estaba quedándose en su casa.¿Acaso tenía novia o mujer? Se preguntó y la respuesta fue inminente, como no va a tener, si es un hombre apuesto, sensual y muy inteligente. Aquello la hizo rabiar, pero ¿por qué sentirse enojada? Matt era apenas su guardaespaldas, no tenía porqué actuar de esa manera.Regresó a su habitación, cada vez que oía un auto detenerse, se asomaba desde la ventana, para ver si era él quien llegaba. Mas, las tres veces que lo hizo, terminó más ansiosa que al comienzo.—¿Y si le ocurrió algo? —Se dijo a sí misma, se levantó apresuradamente, tom
La mañana siguiente, Madie esperó ansiosa el momento de ir a clases; mas lo que realmente la mantenía motivada, era el hecho de poder estar cerca de su guardaespaldas. Matt la esperaba al pie de la escalera de la mansión, ella bajó con extrema coquetería. Él le abrió la puerta del auto y ella sonrió por primera vez al gesto caballeroso de su escolta.—Buenos días señorita —la saluda él, mientras ella se acomoda el cabello, él la mira desde el retrovisor y ella eleva la mirada.—Buen día Matt. —respondió ella con cierta picardía en la mirada.El guardaespaldas conduce hasta el colegio, durante el trayecto, ella no deja de observar la amplia espalda del apuesto hombre. Quisiera poder tocarlo, sentir la suavidad de su piel, sus musculosos brazos, apretarla con fuerza y besar aquellos labios perfectamente dibujados.—Hoy necesito que pases por mí, más temprano de lo normal. Tengo cita con la estilista. —le comenta.—Como usted ordene, señorita.—Ayer estuviste todo el día afuera.—Sí, es
Los pensamientos de Matt fueron detenidos brevemente cuando vio a Madie bajar las escaleras con aquel vestido rojo que se adhería perfectamente a su cuerpo, un pronunciado escote en V que deja ver el encuentro de sus dos senos, y cuyos tiros se enlazaban en la parte trasera de su esbelto cuello. La abertura que iniciaba en la parte alta de su muslo izquierdo le permitían movilizarse sinuosamente al descender peldaño por peldaño.Matt no pudo evitar quedar atónito ante la belleza inigualable de Madison Carter, le ofreció su mano y la recibió al pie de la escalera, al sentir la tibieza de su mano, la adolescente sintió que su cuerpo ardía de pie a cabeza, cuyo incendio nacía del centro de sus entrepiernas irradiándose a cada centímetro de su piel.—¡Gracias! —respondió amablemente. John escuchó su voz y salió a su encuentro.—Princesa mía, que radiante te ves. —los ojos del orgulloso padre se llenaron de lágrimas que intentó no dejar salir.—Gracias papi —lo abrazó con fuerza.—Estoy mu
Sus labios se entrelazan en aquel ardiente beso, aunque ambos saben que no deben dejarse llevar por las emociones, tanto Matt como Madison necesitan huir de su realidad. Nada mejor que un beso para olvidar por segundos sus tristezas y angustias.—No —la aparta, de él— Lo siento señorita, esto no debió pasar.—Lo sé, pero no pude evitarlo. Necesitaba sentirme protegida y eso lo puedo lograr solo entre tus brazos.Matt la sostiene de ambos brazos y lentamente la suelta.—Disculpe por haberla... —ella coloca su dedo índice sobre los labios de él.—¡Shhhh! No tienes que disculparte. Yo también me dejé llevar. Creo que es mejor volver a... —ahora es él quien la interrumpe, la sujeta de la cintura la jala contra su cuerpo, ella siente la fuerza y el calor de aquel abrazo.Nuevamente sus labios se buscan y se encuentran, ahora también Matt recorreus con sus manos cada tramo de sus curvas. Nunca antes Madie sintió tanto deseo por alguien, su vagina comenzaba a palpitar al unísono con su coraz
El día transcurre y tanto para madie como para Matt se vuelve eterno, a pesar de que él deseaba poner distancia entre ellos, no logra sacarla de su mente y de su piel. Finalmente escuchó el auto detenerse y su corazón dio un salto dentro de su pecho. Se arregló el cabello y la franelilla que dejaba ver la redondez de sus senos y la punta erguida de sus pezones. Fue al encuentro con su padre.—Papi, ¿donde te metiste todo el día? —se colgó en el cuello de su padre, mientras veía a Matt parado detrás de John con las manos entrelazadas a la altura de su pelvis.—Fui al club un rato mi princesa, pensé en invitarte pero Imaginé que estabas estrasnochadas.—Sí, bueno un poco —miró por segunda vez a Matt y lo saludó— Hola Matt.—Buenas noches, señorita.—Querida Matt va a estar acompañándome estos días, pero el día que necesites de él, me avisas.—Sí, papá. De hecho mañana debo resolver algunos asuntos. —observa a su guardaespaldas, quien evita mirarla fijamente.Ella se suelta del cuello de
La fecha del cumpleaños de Madie se acerca, aquella fiesta le permitiría como siempre hacer gala de todo el dinero de su padre. El mejor salón de fiesta está dispuesto para la celebración, por todos lados se habla del cumpleaños de la hija del CEO de AVE, John Carter. Esa mañana despertó feliz y radiante, el primer obsequio que recibe es de su padre, quien todos los años acostumbra a entrar sigilosamente a su habitación y dejarle algún obsequio sobre la mesa de noche. Toma la delicada caja de terciopelo violeta, la abre y sus ojos brillan con el resplandor de aquel diamante color rosa, con forma octogonal incrustado en una elegante gargantilla de oro blanco, acompañado por un par de zarcillos de igual material y contorno. —¡Papá! —se levanta, se mira al espejo, toma el collar de diamante y lo coloca sobre su cuello. Realmente era hermoso aquel obsequio. Lo regresa a la caja y sale de la habitación. Al verla, Teresa extiende sus brazos para recibirla con un fuerte abrazo y un beso en
La noche transcurrió lentamente, Janet se convirtió en el centro de atención de las miradas, era innegable que a pesar de sus más de cuarenta años, se conservaba muy bien, su silueta era esbelta y su rostro bastante cuidado para su edad. —¡Te sorprendió verme de regreso querido! —Sí, no pensé que vendrías ¿a qué has venido? —A ver a mi hija. —Vamos, eso no te lo crees ni tú misma. —Realmente no. Vine a ver a quien pensabas poner en mi lugar. Y veo que sigues tomando pésimas elecciones, claro excepto por mí, cabe destacar. —Anette es mi mujer, no pienso dejarla porque hayas decidido volver. Te lo advierto. —¿Me adviertes? A ver querido, te recuerdo que todo lo que posees es un 50% mío. Te divorcias y pierdes la mitad de todo. —Ya perdí la mitad de mi juventud creyendo que algún día sería suficiente lo que hacía por ti. —Deja el drama y sonríe que el fotógrafo nos está viendo. —enlaza sus manos en su cuello y sonríe plenamente. En tanto, Madie trata de escapar del asedio de
Tal como lo imaginó, luego de dejar a Patty en su casa, Robert conduce a la mansión Carter. —Ese bronceado se te espectacular, me gusta imaginar como te verías desnuda. —Pues será lo único que tengas, imaginación. No me verás desnuda, querido Bob. —¿Estás jugando conmigo Madie? Durante todo el dia estuviste coqueteándome y ahora te la das de digna conmigo. —No te estaba coqueteando, estás enfermo. —No quieras verme la cara de tonto. Cuando me pediste que te colocara el bronceador, vi como te erizabas y luego en la piscina qué, también vas a decir que lo Imaginé. —Bob tú me gustas, pero no estoy enamorada de ti. —Yo tampoco estoy enamorado de ti. Solo tenemos que coger como un par de amigos con derecho y ya. —¿Qué? Estás mal. Yo no soy de ese tipo de chicas. —¿Me vas a salir con que eres virgen? —Sí, Bob. Soy virgen, ¿Cuál es el problema? —¡Jajajaja! De verdad no te creo. —ríe a carcajadas. Madie lo mira con repulsión. —¿Por qué te ríes de mí? No veo lo gracioso de esto. —N