Media hora después, llegan a la casa del primo de Nahuel. —Es aquí Matt, déjame bajar yo y llamarlo. No quiero preocupar a mi tía. —Está bien, pero por favor, no tardes. El hombre baja, entra a la modesta casa, Matt aguarda angustiado su regreso. Viendo que se tarda, decide bajar del auto e ir hasta la puerta, mira a ambos lados de la calle antes de cruzar. Justo Nahuel regresa acompañado de su primo, Sergio. —Hola ¿Qué es lo que quieres brother? —Solo necesito que me digas donde vive Sam, solo eso. —No quiero broncas con los azulejos. —No te preocupes, la policía no tiene nada que ver, solo quiero preguntarle algunas cosas a Sam. —Él vive con su madre a tres casas de aquí. Pero ojo brother, cuidado con meterme en problemas porque no quiero que el primate se quede sin empleo. —Tranquilo Sergio, Matt es de los nuestros, ¿no es así, Matt? —Sí, por supuesto. Matt regresa al auto, Nahuel camina detrás de él. —Lo mejor es que te quedes aquí, no quiero meterte en problemas. —No
—El paciente presentó un paro respiratorio, la baña perforó uno de sus pulmones. —¿Matt está muerto? —Afortunadamente logramos reanimarlo, pero aún está muy delicado de salud. Está vivo de milagro. —¿Puedo verlo? —Por ahora no es aconsejable, esperemos un par de horas. Luego que salga de recuperación puede verlo pero evite que se altere, no sabemos que secuelas neurológicas pudo dejar el paro respiratorio. Madie se abraza a Clea, aunque no entendía a qué se refería el médico con “secuelas neurológicas” saber que estaba vivo, era suficiente. Ya comenzaba a amanecer, a pesar de los consejos de su padre de regresar a la casa y descansar, ella prefirió quedarse en la clínica. —No lo dejaré solo. Quiero que cuando abra los ojos, vea que estuve a su lado. Matt salvó mi vida y la de mi bebé. —¿Cómo dices? —Vamos John, en el camino te cuento. Sí, serás abuelo. —John se cubre el rostro lleno de emoción. Mientras tanto, la policía continúa con las investigaciones, interrogan al guardaes
—Bueno, Matt es hora de irte, así que en lo que entregue mi guardia, dejaré lista la ficha de egreso.—Gracias doctor. —Teresa sonríe y se acerca a Matt. Esa noche de tanto insistirle a Madie que descansara en casa, lograron convencerla.—Que bueno que estés bien, Matt —le coloca la mano en el hombro— Siempre supe que eras un buen hombre y que Madie podía enamorarse de ti, no me sorprendió en lo absoluto saber que se amaban, pero actúe impulsada por mi propia experiencia. Siempre estuve enamorada de John, desde que llegue a la mansión Carter, incluso entre él y yo hubo una noche de pasión que nunca olvidé, pero él pertenecía a una clase social diferente. Él era el CEO millonario y yo, su criada. Aunque nunca creí que volvería a estar con él, soñaba con sus besos, con su amor. Y hoy, finalmente John está a mi lado. Te pido disculpas por no dejarte soñar con Madie.—No te preocupes Tere, yo tampoco pensé que una chica como ella pudiera enamorarse de un hombre como yo, sin dinero, sin pr
Ser la hija de John Carter, uno de los empresarios más importantes New York, es un privilegio que pocos tienen, pero es también una razón para convertirte en un blanco fácil para un secuestro express.Madison es una joven hermosa, de rostro y facciones perfectas, con un largo cabello oscuro y unos ojos grandes amielados. Es bastante alta para su edad, tiene diecisiete años; sus piernas destacan por ser largas, gruesas y torneadas. Desde muy pequeña siempre practicó el ballet clásico y de adolescente, el ballet contemporáneo. Lo de ella, son las fiestas y el baile; además de sus estudios, donde suele destacarse con un índice académico de 9,9. No hay capricho que sus padres no le cumplan por más inverosímiles que parezcan.Cuando quiso que uno de los meteoritos llevara su nombre, su padre pagó en la NASA para cumplirle su deseo, o cuando arrivó a los quince años que pidió a BTS de regalo en su fiesta, allí bailó la coreografía junto a ellos y se tomó todas las selfies que quiso y pudo.
Después de aquel terrible susto, John decide que debe contratar a un guardaespaldas para su hija. Aunque Madison no está del todo de acuerdo, no puede olvidar aquel momento tan escalofriante; por unos instantes recuerda que pudo haber sido asesinada o quizás ultrajada por aquel delincuente que cuando la miraba quería devorarla. Pero por otro lado, piensa en que teniendo a un guarura cuidando de ella, no podrá divertirse como suele hacerlo con sus amistades.—Tú escoges Madie, o el guardaespaldas o te saco del país para que vayas a Londres donde está tu madre.—No, papá. Yo no quiero irme de aquí. Aquí están mis amigos y estás tú. Bien sabes que con mamá no se puede vivir. “cruza lis brazos haciendo pucheros.—No digas eso de tu madre, aunque Janeth suele ser poco demostrativa, tu madre te quiere.—Por favor, llevó más de seis meses sin verla y dos semanas sin recibir un mensaje o una llamada suya.—Entonces, no se hable más, te pondré un guardaespaldas. —le sonríe. Y la toma de ambas
Esa misma tarde, llegaron los candidatos para escoltas, uno a uno fue entrando a la oficina, con la ayuda de Anette, John entrevista a los oficiales de seguridad.El primero de ellos, es bastante joven, tiene veinte años y cumplió servicio militar, sin embargo, John no cree conveniente que por su edad sea la mejor opción.—Lo tendré muy en cuenta, se nota que es muy responsable por las referencias que trae.—Gracias señor.—Lo estaremos llamando para informarle sobre su estatus en el proceso selectivo —interviene Anette.El joven sonríe y sale de la oficina. Luego pasa el segundo de los candidatos para el cargo de escolta. El hombre de casi dos metros de altura, complexión fuerte y rostro serio, es aparentemente un buen prospecto para el puesto de guardaespaldas. A diferencia del joven anterior Math permanece de pie, con los brazos abajo y sus nanos entrecruzadas.—Buenas tardes, siéntese por favor.—Gracias, Sr. Carter —respondió con amabilidad y se sentó.—Su nombre es Mattew Cavali
Después de medirse el uniforme, Matt regresa a la oficina de su nuevo jefe.—Ten, estás son las llaves del auto en el que usted deberá llevar a mi hija. —le entrega las llaves, abre una de las gavetas con cerrojo y saca un arma— y esta es el arma con la cual usted protegerá a mi hija —Math se sorprende al ver el tipo de arma Wiebbelling32 que le entrega John.También le entrega un radio transmisor de última generación satelital y un celular con GPS que le entregó su CSO (Chief Segurity Officer) con el cual puede rastrear el lugar donde se encuentra Madison.—Ya lo demás queda por cuenta suya. Haga su trabajo y recibirá su sueldo de forma puntual, cualquier gasto extra, como el mantenimiento de la caminoneta, es solo hablar con Anette y ella gestionará los pagos. ¿Alguna duda Cavalini?—Ninguna señor.—Entonces vaya al centro comercial donde está mi hija, yo le avisaré que ud irá por ella.—Como ordene jefe.Matt sale de la oficina, va hasta el estacionamiento subterráneo de la empresa
La mañana siguiente cuando Madie despertó para tomar su café de costumbre, se sorprendió de ver que ya Matt estaba en la cocina. Fingió no importarle su presencia y fue a los brazos de su nana.—Tere, buen día —la besa con efusividad en ambas mejillas, incluso parecían madre e hija.—Buenos días mi princesa, ¿saludaste a Matt? —ella voltea a verlo con displicente actitud.—Buenos días guarura. —El rostro de Matt, cambia rápidamente de facciones, de serio a enfadado, arquea su ceja mucho más.—Buenos días Srta Madie, no soy guarura, soy su guardaespaldas.—¡Uyy que genio traes! —sonríe. Toma su taza de café para terminar de alistarse.Matt se levanta y sale hasta el auto, para preparar la salida. John baja en ese momento y se topa con Madie, ella se queda esperando el sermón que le correspondía por jugar con su guardaespaldas, pero por el contrario, su padre al verla la recibe con mucha alegría.—¡Princesa! ¿Cómo amaneciste?—Bien, papi. Y tú por lo visto de muy bueb humor.—Por supues