Irina diariamente recibe la visita de sus padres, sus pequeños reciben educación en casa, a pesar de que ellos se negaron, Irina se ha hecho cargo del cuidado de aquellas personas mayores, su padre necesita cuidados especiales, y a pesar de que Elena se ha mostrado como una mujer fuerte y saludable, una enfermedad silenciosa la consume.

Dmitriy luego de haber recuperado el cargo de cabecilla de la mafia, mantiene ocupado haciendo negocios, su vida familiar se ha reducido en calidad y tiempo, Irina en lugar de reclamarle lo apoya, su amor es verdadero y eterno, se aman con todas sus fuerzas.

Dmitriy abrió los ojos y lo primero que vio fue que su esposa, quien se encontraba sentada frente al tocador, llevó la mirada al reloj, frunció el ceño sin comprender lo que estaba sucediendo.

—Hola cariño, ¿a dónde vas a estas horas? —Irina giró su cuerpo y le brindó una sonrisa.

—Lo siento, no quería despertarte, últimamente has llegado demasiado tarde y mereces descansar —Irina se levantó y fu