Dmitriy se encontraba en el interior de su oficina trabajando en la computadora, buscaba la forma de mantenerse ocupado para no pensar en el dolor de la ausencia de su esposa.

Unos cuantos golpes en la puerta interrumpieron sus labores, levemente levantó la mirada y la fijó en el reloj, el día había transcurrido demasiado rápido que ni siquiera se había dado cuenta.

—Adelante —al abrirse la puerta Mía ingresó, en su rostro mostraba una sonrisa coqueta, avanzó dando pasos cortos, meneaba la cadera intentando llamar su atención—. ¿Qué se te ofrece?

—Pasaré por alto que no sabes que hoy es mi cumpleaños, pero aún no ha terminado el día y puedes enmendarlo llevándome a algún lugar —Mía se acercó a él y colocó la mano sobre su hombro.

Dmitriy cerró la computadora y luego exhaló, levantó la mirada y la conectó con el cuerpo de su asistente.

—Por lo visto ya estás lista, no tenía conocimiento que hoy era tu cumpleaños, no suelo tener este tipo de información y acercamiento con el personal