El tiempo transcurrió hasta que llegó el día, aquel día que hizo que todo fuera diferente, una llamada en medio de la noche hizo que Dmitriy despertara, respondió sin dar espera, con ansias esperaba que se tratara sobre noticias del paradero de su hija.—Diga —respondió él de manera fría. —Señor Dmitriy, tenemos información de aquello que pidió; el muñeco juega libremente en los alrededores de Nueva York, buscaba refugiarse, pero debido a su aspecto fácilmente fue descubierto, al terminar la llamada le enviaré la dirección exacta del edificio abandonado que logró comprar.—Muchas gracias, si la información que me estás brindando es exacta, recibirás grandes beneficios, lo aseguro —respondió Dmitriy.—Para que te encuentres seguro de que lo que te estoy diciendo es verdad, estaré contigo, podrás contar que mi apoyo y mis hombres —al escuchar aquellas palabras Dmitriy sintió gran alivio. De inmediato se levantó de la cama, sin perder tiempo se llevó sobre su cuerpo uno de sus trajes f
Dmitriy regresó junto con su pequeña hija, la felicidad era tanta que él no podía creer lo que estaba sucediendo, fue directo a la habitación de los niños en búsqueda de su amada. Al llegar allí Irina se encontraba jugando con Max, al ver su regreso se levantó a toda prisa, sostuvo en sus brazos a la pequeña Vera, beso sus mejillas y rompió en llanto ante la felicidad que se apoderaba de ella. Irina no tenía palabras, supuso lo peor y tener nuevamente a su hija era lo mejor que le había pasado, Dmitriy se acercó y se abrazaron, el hecho de tener a sus seres queridos a salvo lo hacía sentir más tranquilo. —Gracias, gracias por traerla de regreso —habló Irina con la voz entrecortada.—No tienes nada que agradecer, es mi hija, era lo mínimo que podía hacer —respondió Dmitriy besando la mejilla de su esposa.—¿Lograste acabar con su vida, verdad? —cuestionó Irina fijando la mirada en su esposo. —Luca, el hombre que me ayudó a que todo esto fuera posible ha quedado en traer a Andrei fr
Dmitriy llegó al patio trasero, Mijaíl se encontraba sentado sobre un pequeño trozo de madera, sosteniendo un cuchillo en la mano, ante la presencia de su jefe rápidamente se levantó. —Señor, todo se encuentra preparado —Dmitriy asintió levemente y camino directo aquella caja de madera.Como si se tratara de un animal con tan solo unos pocos pequeños agujeros ingresaba oxígeno hacia el interior.—Abran la caja —ordenó Dmitriy, de inmediato sus hombres con herramientas destaparon aquella sorpresa.En el interior se encontraba Andrei, atado a una silla como si se tratara de un animal salvaje, Dmitriy se retiró el saco, se recogió las mangas de la camisa y se dispuso a disfrutar del momento.—Retiren la venda de su boca —indicó Dmitriy a sus hombres, y ellos obedecieron.—Dmitriy Romanov, es un verdadero gusto estar nuevamente frente a ti —habló Andrei levantando levemente el rostro hasta conectar la mirada con su captor.—No te creas tan afortunado, porque el gusto es mío, no logras im
Dmitriy Andrei caminaron en círculo, sus miradas se cruzaron como rayos de fuego deseando lo peor para el contrincante, por un lado estaba Andrei, un psicópata, un maníaco, un hombre al cual se le debía temer por su manera de actuar de manera sigilosa como un feroz lobo merodeando en medio de las ovejas aferrado a su realidad distorsionada.Del otro costado se encontraba Dmitriy, un hombre aferrado al amor por su familia, un hombre que había puesto los intereses de los demás antes que los suyos, un hombre nuevo que finalmente supo lo que era amar y ser amado, un hombre que estaba dispuesto a destruir el mundo por su hogar y al mismo tiempo ser tan dulce y tan tierno como sus seres queridos se lo pidieran. Andrei sediento de odio se lanzó sobre Dmitriy, los primeros golpes plegaron contra los brazos, Dmitriy de manera ágil lograba cubrirse y al mismo tiempo esquivar, a través de un pequeño espacio que había entre sus antebrazos lograba visualizar los movimientos de su enemigo. Andrei
Dmitriy, el amo de la mafia.Moscú/ RusiaLuego de un largo viaje Dmitriy se encontraba de regreso en su país, estiró el cuerpo y acomodó su traje una vez que descendió del avión. Los autos al igual que sus guardaespaldas esperaban por él, debido a su oficio lo único que lo hacía feliz era estar al lado de su esposa.A la distancia su hombre de confianza se acercaba velozmente mostrando en su rostro preocupación, en la mano sostenía el móvil.—Señor...—¿Qué sucede?, ¿por qué actúas como si fueras un novato? —indagó mostrando su frialdad mientras se acercaba a uno de los autos. —He recibido una terrible noticia —Dmitriy continuó avanzando sin mostrar importancia, lo único que deseaba era estar en su casa y abrazar a su esposa—. Señor... Se trata de tu esposa —al escuchar aquellas palabras él sé detuvo.—¿Qué sucede con ella? —Dmitriy giró su cuerpo quedando frente a su hombre de confianza.—Yendo de regreso a la casa fueron interceptados, acabaron con los hombres a cargo de su segur
En cuestión de segundos en la entrada principal de la casa de Fedor se había desatado una terrible balacera; Dmitriy un experto a mano armada con sus dos pistolas derribaba hombres sin temor a morir. Dmitriy ingresó a través de la puerta principal quedando frente a unos cuantos hombres que apuntaban directo a su cabeza con armas de largo alcance. —Quietos, quietos todos —ordenó Fedor con aquel tono de voz ronca. Dmitriy con la mirada lo buscó, allí se encontraba él sentado cómodamente en el sofá disfrutando de una botella de whisky. —Maldito hijo de puta, ¿cómo pudiste acabar con mi esposa?, ¿por qué lo hiciste maldito desgraciado? —cuestionó Dmitriy mientras que su cuerpo temblaba de coraje. »Ya habíamos repartido el territorio, habíamos quedado que ninguno se pondría en el camino del otro, pero lo que has hecho ha condenado tu vida al igual que la de toda tu familia, porque juro que hasta que no vea al último integrante de tu familia tirado en el piso sin vida no me iré de
Irina siempre había admirado a su padre y siempre había querido ser como él, eso a pesar de sus rechazos y su desprecio; pero ahora todo había cambiado, el hombre perfecto que tenía como padre solo era una mentira más que tendría que soportar.Mientras que Fedor batallaba para liberarse de los hombres que estaban sosteniendo su cuerpo con fuerza, Dmitriy decidió ir aún más allá de lo que tenía planeado. —Te dije que tendrías que pagar por el daño que me causaste, y se muy bien con quien me voy a desquitar —Fedor intentó levantarse pero no lo consiguió. —Sé que mi padre cometió un grave error, pero no pienso permitir que acabes con su vida como si fuese un animal —Irina avanzó y se ubicó frente a Dmitriy impidiendo que se acercara a su padre. Dmitriy esbozó una leve sonrisa en su rostro y luego la empujó con fuerza cayendo en el sofá.—Por favor no le hagas daño, ella no tiene nada que ver, ya ha sido suficiente con la muerte de mi esposa —intervino Fedor logrando llamar la atención
Irina lamentaba lo que había sucedido, lo que pretendía que sería una visita corta había terminado en su peor pesadilla, las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras observaba fijamente al que según ella era el asesino de su madre. Nunca antes había sentido aquella sensación de querer atacar a alguien, tal y como lo estaba haciendo en aquel momento; aquel sentimiento de odio en contra de Dmitriy era tan fuerte que las uñas se enterraron en sus manos provocando que sangrara. —No importa cuanto me estas odiando, aprecio tu sinceridad al demostrar tus sentimientos, entre más crezca el desprecio en mi contra me sentiré orgulloso, porque así sabré que estoy haciendo bien mi trabajo, me encargaré de arruinar tu vida. »Tu destino a mi lado será sufrir hasta el último segundo de vida, lamentarás haber nacido en medio de aquella familia, antes de morir desearás con todas tus fuerzas no ser la hija del asesino de mi esposa —hablo Dmitriy con el tono de voz neutro mientras que con sus man