Iris estaba muy aburrida encerrada en su habitación leyendo un libro al azar que sacó de la biblioteca recién reinstalada, solo esperando que sea la hora de la cena.Las vacaciones no eran tan divertidas cuando tu padre sobreprotector te había prohibido salir de casa. Ni siquiera tenía clases de artes marciales u otras actividades desde que se mudaron porque aún tenía que reorganizar su agenda, aunque a este punto no es como sí le quedara mucho por aprender pero al menos ayudaba a no aburrirse. Había estado practicando kendo por su cuenta antes pero se cansó y decidió ponerse a leer algo, así que se llevó cinco libros al azar de la biblioteca y ya iba por el cuarto después de tres horas.Era todo tan aburrido.Y pensar que sus amigos traidores la abandonaron para ir al cine con su tía Serena y la dejaron allí tan solita y aburrida. Ni siquiera su tía Marie y su tía abuela Rachel estaban allí por estar trabajando. Su padre también probablemente se quedaría hasta tarde en la oficina, y
Para cuando llegaron a la casa, Kitt ya se había quedado dormido.Se veía como todo un angelito, y muy tranquilo, casi en paz, pero su respiración era algo irregular, clara señal de que su enfermedad seguía ahí, y a Kate le daba miedo de que empeorará por todo el estrés que había pasado, aunque por suerte no había inhalado mucho humo del incendio, así que no fue necesario llevarlo de regreso a la clínica.Al llegar, los dos adultos salieron del auto y se acercaron a hablar con los dos policías vigilando la casa desde su auto. Una vez los policías les aseguraron que no hubo ningún problema, Ethan se quedó hablando con ellos mientras ella iba a buscar las cosas que necesitaba llevar a su nueva estadía temporal.—Asegúrate de tener cuidado.—le dijo él tomando su muñeca antes de que se alejara. –Puede que la estructura haya sido dañada así que es peligroso estar en el segundo piso, toma lo que necesites y baja rápidamente. —Sí, lo sé.—¿Segura que no quieres que yo vaya? —Tú no sabes lo
Cuando sus padres regresaron, Iris acompañó a su madre para llevar a las mascotas de Kitt a la habitación de este, riendo cuando sus padres parecieron bastante impresionados porque la gata y los gatitos no le hayan hecho ni un rasguño y se acurrucaran felizmente en sus brazos.Siempre le gustaron los animales, pero cuando le preguntó a sus padres sí podía tener un gatito su papá le dijo las razones lógicas de porque eso era mala idea y ella desistió y no volvió a pedir ninguna otra mascota como niña buena y obediente. Ahora que lo pensaba, tal vez debería haberle insistido más a su madre, viendo todas las mascotas que ella no pudo negarle a Kitt… o tal vez simplemente eso de que consentían más a los hijos menores era cierto.Una vez le entregaron sus mascotas, Kitt pareció menos tenso e incluso sonrió al abrazar a sus tres cachorros. Y luego de acariciar a todas sus mascotas, miró a su madre con desconfianza y finamente habló.—¿Dónde está mi serpiente Fiona? La quiero ¿dónde está? —p
—Bien, entonces… —Kate bajó la flama a la salsa que estaba haciendo y se recargó contra el mostrador. Pensó un poco en qué decir, antes de tomar aire y comenzar a hablar con voz al principio dudosa, pero cada vez más y más decidida.—Todo empezó con una estafa realizada a la editorial principal de Ethan en Bella Cruz antes del divorcio, solo que yo nunca lo supe hasta que… bueno, hasta que todo se fue al mismo maldito infierno. Perdón por mi lenguaje. —Rodó los ojos cuando Marie jadeó escandalizada ante la palabrota, aunque luego soltó una risita divertida, para luego volver a ponerse seria. –Imaginó que ustedes lo sabían ¿o no? Lo de la estafa. —¿Acerca de la estafa de ese tiempo? Sí, lo sabía, el jefe me pidió que no te lo dijera. Dijo que no quería preocuparte innecesariamente —murmuró Rachel curiosa, seguramente preguntándose a dónde iba. –No obstante, no se lo dije a Marie hasta mucho más tarde, cuando estábamos a punto de resolver el problema —aclaró mientras su sobrina mayor
Ethan nunca antes había adorado y odiado tanto el dinero en la misma medida como lo hacía ahora.Por un lado, era probablemente la razón por la que alguien o algunos estaban detrás de sus hijos, y por otro lado era una ayuda invaluable para conseguir los medios para protegerlos adecuadamente.Después de muchas llamadas y de plasmar varios planes que armó en su mente en notas y contratos, derrochó una cantidad de dinero increíble, pero le parecía poco sí era el precio por la seguridad de sus hijos. Todavía quería hacer más, pero sabía que estaba limitado no por sus recursos, sino por lo mucho que permitirían sus hijos que los protegiera. Los dos tenían la sangre de su madre, tercos hasta la muerte. Su hija podría ser más racional, pero también la más terca de todos ellos. Y Kitt… bueno, él era un niño pequeño, pero con un enorme carácter. Y Kate tampoco dudaría en ponerle un freno.No podía mantenerlos encerrados en una pequeña jaula de oro, por más que le gustaría garantizar su segu
Después de un largo día en el trabajo aguantando las miradas picaras de su jefa Mirian porque sabía exactamente la razón por la cual había llegado tarde, y luego los regaños cuando Kate maldijo porque había olvidado por completo que tenía esa cajita de condones en su chaqueta, finalmente pudo volver a la mansión Di Castro, aunque solo sería por un tiempo antes de tener que ir a trabajar al restaurante.Kitt todavía estaba lidiando con la pérdida de su perro Kev, pero tener a sus otras mascotas lo ayudaba muchísimo a sentirse mejor, o lo mejor posible incluso aunque tenía que estar encerrado en su habitación por su enfermedad, pero al menos tenía sus videojuegos y demás aparatos para entretenerse, aparte de a su hermana siempre dispuesta a hacerle compañía. Kate se aseguró de que estuviera bien cuidado y tomando sus medicinas a tiempo, lo hizo prometer que intentaría comer lo más posible y luego se cambió de uniforme para ir al restaurante.Al salir de la mansión, se encontró con Et
Kate llegó a la mansión Di Castro que por desgracia ahora era su hogar temporal y de inmediato fue a ver a sus hijos. Iris estaba haciéndole compañía a Kitt, incluso si él todavía conservaba cierta animosidad hacia ella, cosa que hizo sonreír a Kate, aliviada de que su niña tuviera tanta paciencia y tantas ganas de llevarse bien con su gruñón hermano menor. —Hola, Iris, Kitt, mamá ya volvió de trabajar —los saludó alegremente y sus dos hijos de inmediato le sonrieron al mismo tiempo, aligerando su corazón de inmediato y haciendo que sus hombros se sintieran de alguna forma mucho más ligeros con solo verlos. Fue como si todo el estrés de aquel largo, largo día (estrés que fue mayormente causado por su ex marido) se hubiera evaporado con solo ver las lindas sonrisas de sus hijos. —Hola, mamá —la saludaron los dos al mismo tiempo, para luego mirarse con sorpresa, aunque a los pocos segundos Iris sonrió y Kitt, contrario a ella, bufó y frunció el ceño. —Bueno, mamá ya está aquí, así
Era el último día del año, un año que quizás habría llamado relativamente normal hasta que sus últimas dos semanas se volvieron una completa locura, reflexionó Kate mientras ayudaba a Marie y su esposo a inflar globos para decorar la fiesta que celebrarían.Era irónico que en esos doce meses no hubiera pasado gran cosa, fue un año bastante tranquilo, en realidad, pero de golpe ¡zaz! En solo dos semanas su vida se puso completamente de cabeza, en las dos últimas semanas del año, para colmo.Y habían pasado tanto cosas malas como cosas buenas. Cosas muy, muy buenas, como reencontrarse con su amada hija. Y cosas, muy, muy malas, como que su casa se quemara y que intentarán secuestrar a sus dos hijos y que casi se llevarán a su hijo pequeño que de paso perdió a su perro favorito y...Wow, en realidad habían pasado más cosas malas que cosas buenas, y eran cosas realmente muy, muy malas... Por fortuna, el tener de regreso a su hija era tan maravilloso que ya compensaba todo, pero aún así n