—No vine aquí a pelear contigo, David Hans Vogelsberg. Solo quiero hablar. Solo eso. David lo miro desconfiado, pero final mente encogió los hombros, como si ni si quiera le importa en lo más mínimo, y fue a sentarse a su escritorio, invitando lo a que se sentara también en la silla frente a este.Ethan volvió a suspirar antes de marchar a sentar se frente al hombre que más odiaba en el mundo, dispuesto a comenzar de una buena vez la que tenía pinta de ser la conversación más difícil de toda su vida, pero muy necesaria para seguir adelante.No obstante, ya no había marcha atrás. Iba a hacer esto, iba a tener una conversación con el mismo demonio en la Tierra y lo iba a soportar, por el bien de su familia, de su ex mujer que era, es y siempre sería la mujer de su vida, de su pobre hija Iris que estaba en coma ahora mismo, de su hijo Kitt que lucho toda su vida con una enfermedad, y de su bebé que estaba viniendo en camino ahora mismo.Por más que este era el último lugar en la tierra
Pasaron dos semanas e Iris permaneció en coma, lastimosamente para toda su familia, amigos y gente que la quería. Kitt la visitaba constantemente, muchas veces acompañado de Kelly, con la que tenía mucho tema de conversación últimamente ya que ahora ambos sabían lo que se sentía que una hermana mayor o un hermano mayor se te apareciera de la nada y cambiara tu vida. —Yo muchas veces dije que quería un hermano —le comentó Kelly con un puchero mientras peinaba el largo cabello pelirrojo de Iris—, pero ahora que lo tengo es muy raro… Dios, en verdad muy, muy raro. Pero él es agradable, ¿sabes? Toca música y canta bonito, pero es que… tiene una historia complicada, ya que su mamá fue muy mentirosa con mucha gente. —Sí que es complicada, ya me la has contado tres veces y sigo sin entenderla… —murmuró Kitt ya un poco aburrido del tema, pero admitía que se sentía identificado y en parte era agradable que su mejor amiga ya supiera mejor cómo se había sentido él. —Ay, ni que fuera tan co
Los meses pasaron, Iris cumplió diecisiete y Kitt cumplió nueve. Iris se recuperó por completo y se la veía muy feliz con Erick como su novio (aun que Ethan no estaba nada feliz al respecto) mientras que Kitt se convirtió en el nuevo capitán de su equipo y estaba demasiado feliz ya que ahora se tomaba mucho más en serio sus protocolos y rutinas para mantener se higiénico y con todas las vitaminas y demás cosas que le compraba su padre ya parecía enfermar se a un ritmo cada vez menos y menos frecuente. Ethan y Kate habían decidido volver a casarse después de que naciera su bebé, pero mientras tanto igual parecían vivir en una perpetua luna de miel que siempre los instaba a jugar como si fueran adolescentes enamorados, y es que ellos se sentían así, como si el tiempo no hubiera pasado para sus corazones enamorados. Un día, mientras Kate estaba en el cuarto de aguas termales que Ethan había mandado a hacer con el propósito de ayudarla a superar su estrés, él la sorprendió de pronto
Si en algo tenía razón Ethan, eso era que en los días en los que él estaba ocupado con el caso de Iris ella lo extrañaba demasiado… y en muchas formas… Y pronto él la descubrió con las manos en la masa… literalmente. Se paró frente a la puerta de su habitación llegando muy tarde una noche (aun que por supuesto que ya le había avisado previa mente y ella le dio todo su apoyo y comprensión por que esto era para vengar a su hija y además prevenir otros ataques a sus niños) y cuando Ethan alzó una mano para tocar, sin querer despertar la y dispuesto a dormir en el sofá, creyó que ella estaba dormida… no obstante un pequeño ruido sospechoso lo hizo desistir de sus intenciones. ¿Fue eso… un gemido?Apoyó el oído con cautela sobre la madera, escuchando otro gemido ahogado, seguido de un profundo jadeo.Como si no hubiera tenido el mejor orgasmo de su vida hace menos de veinte cuatro horas atrás, su miembro comenzó a endurecerse otra vez.Tenía una idea de lo que Kate estaba haciendo detrá
Los meses siguieron pasando. Finalmente se descubrió a la persona responsable de atropellar a Iris. Resultó ser Magda, una chica joven que en el pasado intentó convertir se en esposa de Ethan por un arreglo empresarial y que fue varias veces a su oficina, una vez incluso después de que se hubieran mudado de regreso a ciudad Bella Cruz, ya que al parecer esta ba tan loca que fue capaz de seguirlo hasta allí desde ciudad Greenbell. Magda fue criada con una mentalidad machista y siempre quiso convencer a Ethan de casar se con ella con el argumento de que no tenía hijos varones (lo cual resultó falso) y como siempre hacía comentarios despectivos hacia Iris solo logró que Ethan, que al principio sentía agrado y lastima hacia Magda, comenzara a detestarla un poco. Eso hizo que terminara de enloquecer y, como ya llevaba meses acechando a su familia, ¡como ella fue la responsable de quemar la casa de Kate por medio de sus secuaces! Un día se atrevió a ir más allá y atropelló a Iris.
Los meses pasaron y pasaron. Ganaron el juicio contra Magda bastante rápido y pudieron tener la paz mental de que esa loca ya no volvería a lastimar a sus hijos, y ahora solo se concentraron en darles vidas buenas y felices a Iris y Kitt mientras seguían esperando al nuevo bebé. Ese día en el que ganaron fue un día de celebración.Era una tarde suave y tranquila en el parque, el sol se ponía lentamente pintando el cielo con tonos cálidos y dorados. Ethan y Kate estaban sentados en un banco, compartiendo un momento íntimo en medio de la naturaleza. El aire llevaba consigo un aroma a flores y libertad, creando un ambiente mágico para su encuentro.Kate miraba a Ethan con admiración y amor en sus ojos, él le devolvía la mirada con ternura y afecto. Sus manos se encontraron, entrelazando los dedos con suavidad. Esa conexión, esa sencilla unión de sus manos, representaba toda una vida juntos.Ethan acarició la mano de Kate con su pulgar, sintiendo la suavidad de su piel. Cada caricia er
Kate sentía la cabeza darle vueltas, no debió tomar ese trago que le ofreció David, solo tomó un sorbo, pero se sentía extraña.Ella miró nerviosamente al hombre sentado en su cama junto a ella y su mente comenzó a correr con pensamientos frenéticos.Este hombre no era su marido, entonces… ¿por qué no le impidió entrar en su habitación? ¿Por qué estaba dejándolo sostener sus manos y mirarla de forma que la ponía muy incómoda? —Lamento haber venido a tu casa sin avisar antes, Kate. —David le sonrió con amabilidad—. Es que desde la última vez que nos vimos no pude dejar de pensar en ti. —Soltó una de sus manos solo para llevar su mano enguantada con guante de seda a acariciar su mejilla. Kate se sonrojó sin poder evitarlo. Oh sí, recordó, este hombre era David Hans Vogelsberg,CEO de una empresa rival a la de su marido.La última vez que se vieron fue en un bar, y ella estaba llorando debido a lo deprimida que se sentía por el hecho de que su matrimonio parecía estarse desmorona
—Ethan… —La voz le tembló.–P-por favor, Ethan… Dé-déjame explicarte —suplicó irguiéndose torpemente.Intentó acercarse a él, pero Ethan se alejó pasándola de largo e internándose más en la habitación.Jadeó horrorizada al verlo tomar una maleta. —Tienes hasta que terminé. —Lo miró confundida y esperanzada al oírlo hablar—. Tienes hasta que termine de empacar mis cosas para dar tus explicaciones. —Fue al baño adjunto a la habitación y estuvo ahí un par de minutos, saliendo con una bolsa seguramente con todo lo suyo empacado allí dentro—. ¿Y bien? Estoy esperando, Katherine. Ella se estremeció al escucharlo llamarla por su nombre completo de forma tan fría, otra vez. Nunca había sido así, ni siquiera en el peor momento de su matrimonio. Hace un mes, ellos cumplieron ocho años de casados y ella había tenido la esperanza de que su aniversario mejorara un poco las cosas que habían estado tan tensas entre ellos últimamente, pero… él jamás llegó. Había estado al borde de las lá