Kate llegó a la mansión Di Castro que por desgracia ahora era su hogar temporal y de inmediato fue a ver a sus hijos. Iris estaba haciéndole compañía a Kitt, incluso si él todavía conservaba cierta animosidad hacia ella, cosa que hizo sonreír a Kate, aliviada de que su niña tuviera tanta paciencia y tantas ganas de llevarse bien con su gruñón hermano menor. —Hola, Iris, Kitt, mamá ya volvió de trabajar —los saludó alegremente y sus dos hijos de inmediato le sonrieron al mismo tiempo, aligerando su corazón de inmediato y haciendo que sus hombros se sintieran de alguna forma mucho más ligeros con solo verlos. Fue como si todo el estrés de aquel largo, largo día (estrés que fue mayormente causado por su ex marido) se hubiera evaporado con solo ver las lindas sonrisas de sus hijos. —Hola, mamá —la saludaron los dos al mismo tiempo, para luego mirarse con sorpresa, aunque a los pocos segundos Iris sonrió y Kitt, contrario a ella, bufó y frunció el ceño. —Bueno, mamá ya está aquí, así
Era el último día del año, un año que quizás habría llamado relativamente normal hasta que sus últimas dos semanas se volvieron una completa locura, reflexionó Kate mientras ayudaba a Marie y su esposo a inflar globos para decorar la fiesta que celebrarían.Era irónico que en esos doce meses no hubiera pasado gran cosa, fue un año bastante tranquilo, en realidad, pero de golpe ¡zaz! En solo dos semanas su vida se puso completamente de cabeza, en las dos últimas semanas del año, para colmo.Y habían pasado tanto cosas malas como cosas buenas. Cosas muy, muy buenas, como reencontrarse con su amada hija. Y cosas, muy, muy malas, como que su casa se quemara y que intentarán secuestrar a sus dos hijos y que casi se llevarán a su hijo pequeño que de paso perdió a su perro favorito y...Wow, en realidad habían pasado más cosas malas que cosas buenas, y eran cosas realmente muy, muy malas... Por fortuna, el tener de regreso a su hija era tan maravilloso que ya compensaba todo, pero aún así n
Kate sentía que ya estaba sobre pensando demasiado las cosas de su hijo y sus futuras relaciones, así que decidió mejor intentar apartar esos pensamientos y concentrarse en ayudar con la casa. —¡Mamá! —Hablando de su hijo, él estaba bajando por las escaleras ahogando un bostezo. —¿Por qué no me despertaste antes? La tía Marie dijo que me haría más de esas galletas con chispas de chocolate.— hizo una mueca, frotándose los ojos para borrar los rastros de sueño.—Son las diez de la mañana, mi vida, aún es temprano, todavía estás a tiempo de desayunar, y te guarde galletas —aseguró sonriente la ex cuñada de Kaye. —¿Quieres que te haga un té para acompañar? ¿Te gusta el té negro, verde, de manzanilla o algún otro? —Umm… ¿mejor chocolatada caliente… por favor? —Kitt agregó el por favor solo al ver la mala mirada de su madre.—Oh, creo que se nos acabó el chocolate… ¿Podrías esperar a que vaya a comprar más para ti?— antes de que Kitt pudiera responder, Kate intervino al pensar en algo.
Kitt estaba un poco emocionado de poder celebrar el año nuevo ahora que no estaba tan enfermo, pero sería a la noche así que por mientras se sentía bastante aburrido teniendo que esperar a que pasarán las horas.Nada era lo mismo desde que su perro Kev murió por salvar su vida de aquel secuestrador malvado. Sus cachorritos estaban tristes ya que perdieron a su compañero de juegos número uno, incluso los gatitos también estaban tristes aunque en menor medida, ya que también solían amar jugar con Kev, la mamá gata y el gato gordo no eran de los juguetones y ni hablar de la tortuga, pero Kitt igual sentía que todos extrañaban a Kev.Su serpiente Fiona estaba cómoda en su nueva pecera que le trajeron allí a su cuarto (eso gracias a su pa... al papá de Iris) así que eso al menos lo reconfortaba, pero de verdad extrañaba mucho a su perro Kev, él era el mejor perro que tuvo, el más agradecido por el cariño que le dió, aunque hubiera estado algo viejito, todavía le quedaba mucho por delante.
Kitt había decidido que dejaría que su padre se quedara en su habitación, que no le diría nada para que se fuera como acostumbraba a hacer normalmente, pero la verdad tampoco quería hacer ningún esfuerzo para llevarse bien con él, así que en su mente pensó que de seguro él se iría solo pronto y siguió jugando tranquilo a su videojuego. Sin embargo, extrañamente su padre se quedó, mirando como jugaba sin decir nada hasta que Kitt soltó un gruñido molesto al perder otra vida en su videojuego favorito.—¿Qué juego es este?— finalmente rompió el silencio.—Uh, “Skater Warriors”, es el juego más popular de este año. —Se había convertido en su juego favorito en poco tiempo, ya que estaba hecho por la compañía de su tonto tío David, si no mal recordaba, y a Rich (que era muy genial pese a ser hijo el tonto tío David) le gustaba mucho que jugaran juntos ese juego. —Ah, no lo conozco. ¿Cómo se juega? —preguntó el hombre, viéndose intrigado, y como Kitt amaba hablar de videojuegos decidió exp
Después de terminar de ayudar a su tía Marie y su tía Serena (aunque solo era tía de cariño ya que consideraba a Kim como su hermana y ella era la madre biológica de Kim y adoptiva de Erick) con la comida, Iris estaba en camino a su habitación para buscar qué se pondría para la noche cuando su madre la tomó del brazo haciéndola brincar en su lugar por la sorpresa.—¡Ma-mamá!— tartamudeó llevándose una mano al pecho. –No me asustes así.— infló una mejilla.—Lo siento, lo siento.— rió. —¿Vas a buscar qué ponerte?— ella asintió. –Perfecto, porque tengo un regalo para ti.—¿Eh?— pestañeó.—Ven a mi habitación.— comenzó a jalarla por las escaleras hasta llegar a su cuarto. —¿Recuerdas la vez que fuimos al templo Mashiba en el barrio japonés cuando tenías seis?—Oh, sí.— sonrió ante el recuerdo. –Habían muchas escaleras, papá me cargó casi todo el camino y también te cargó aunque contra tu voluntad cuando comenzaste a cansarte.— rió.—Sí…— sonrió nostálgica mientras abría su armario. —¿Recu
—Por cierto, mamá… Hay algo de lo que quería hablar contigo —recordó la adolescente de pronto. —¿Recuerdas a Rich Vogelsberg? Mi compañero de clases, nos topamos frente a tu casa hace una semana cuando fue a buscar a su madre. —Iris no podía verla, pero sintió las manos de su madre detenerse por un momento mientras la peinaba antes de reanudar su labor con claros nervios. —Oh, s… sí. Lo recuerdo. ¿Qué hay con él?—Solo me da curiosidad… ¿Vogelsberg no era el apellido del hombre que…?...— tragó saliva. —¿Era su apellido, verdad? El apellido del hombre que arruinó nuestra familia… Y, necesito saber, de verdad que necesito saber… ¿Cuál es tu relación con la ex esposa y el hijo de ese hombre horrible? Su madre pareció muy nerviosa, terriblemente nerviosa, e Iris volteó a verla con ojos suplicantes, rogándole con la mirada que fuera sincera, que necesitaba saber la verdad por que ese secreto bien podría amenazar todo lo que creía respecto a ella. Su madre guardó silencio por un momento
Ethan permaneció en silencio mayormente entre la alergia y charlas de los demás, solo escuchando a sus hijos hablar con sus primos y la ruidosa conversación entre Rachel, Marie y Serena. Kate hablaba de vez en cuando con su cuñado y su amigo James, y con sus hijos y sobrinos claro, pero también estaba bastante callada, tal como él.Luego de cenar, Ethan simplemente fue a sentarse a su sillón observando a los demás beber gaseosas o alcohol en caso de Rachel que como siempre quería emborracharse, aunque Serena y su ex concuñado también estaban bebiendo bastante con ella, pero no más que ella, claro, nadie le ganaba a la reina de la bebida, su tía Rachel.Kitt estaba devorándose los bocadillos a dos manos, y cuando sirvieron el helado de chocolate de postre prácticamente estaba brincando por todas partes.—¿No se volverá hiperactivo por tanta azúcar, verdad?— preguntó temerosa Marie, que estaba cerca de él hablando con Kate, Rachel y Shiky.—Nah, solo está emocionado… tal vez.— dijo su e