Juego de odio y amor

Después de un largo día en el trabajo aguantando las miradas picaras de su jefa Mirian porque sabía exactamente la razón por la cual había llegado tarde, y luego los regaños cuando Kate maldijo porque había olvidado por completo que tenía esa cajita de condones en su chaqueta, finalmente pudo volver a la mansión Di Castro, aunque solo sería por un tiempo antes de tener que ir a trabajar al restaurante.

Kitt todavía estaba lidiando con la pérdida de su perro Kev, pero tener a sus otras mascotas lo ayudaba muchísimo a sentirse mejor, o lo mejor posible incluso aunque tenía que estar encerrado en su habitación por su enfermedad, pero al menos tenía sus videojuegos y demás aparatos para entretenerse, aparte de a su hermana siempre dispuesta a hacerle compañía.

Kate se aseguró de que estuviera bien cuidado y tomando sus medicinas a tiempo, lo hizo prometer que intentaría comer lo más posible y luego se cambió de uniforme para ir al restaurante.

Al salir de la mansión, se encontró con Et
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