Kate sentía que ya estaba sobre pensando demasiado las cosas de su hijo y sus futuras relaciones, así que decidió mejor intentar apartar esos pensamientos y concentrarse en ayudar con la casa. —¡Mamá! —Hablando de su hijo, él estaba bajando por las escaleras ahogando un bostezo. —¿Por qué no me despertaste antes? La tía Marie dijo que me haría más de esas galletas con chispas de chocolate.— hizo una mueca, frotándose los ojos para borrar los rastros de sueño.—Son las diez de la mañana, mi vida, aún es temprano, todavía estás a tiempo de desayunar, y te guarde galletas —aseguró sonriente la ex cuñada de Kaye. —¿Quieres que te haga un té para acompañar? ¿Te gusta el té negro, verde, de manzanilla o algún otro? —Umm… ¿mejor chocolatada caliente… por favor? —Kitt agregó el por favor solo al ver la mala mirada de su madre.—Oh, creo que se nos acabó el chocolate… ¿Podrías esperar a que vaya a comprar más para ti?— antes de que Kitt pudiera responder, Kate intervino al pensar en algo.
Kitt estaba un poco emocionado de poder celebrar el año nuevo ahora que no estaba tan enfermo, pero sería a la noche así que por mientras se sentía bastante aburrido teniendo que esperar a que pasarán las horas.Nada era lo mismo desde que su perro Kev murió por salvar su vida de aquel secuestrador malvado. Sus cachorritos estaban tristes ya que perdieron a su compañero de juegos número uno, incluso los gatitos también estaban tristes aunque en menor medida, ya que también solían amar jugar con Kev, la mamá gata y el gato gordo no eran de los juguetones y ni hablar de la tortuga, pero Kitt igual sentía que todos extrañaban a Kev.Su serpiente Fiona estaba cómoda en su nueva pecera que le trajeron allí a su cuarto (eso gracias a su pa... al papá de Iris) así que eso al menos lo reconfortaba, pero de verdad extrañaba mucho a su perro Kev, él era el mejor perro que tuvo, el más agradecido por el cariño que le dió, aunque hubiera estado algo viejito, todavía le quedaba mucho por delante.
Kitt había decidido que dejaría que su padre se quedara en su habitación, que no le diría nada para que se fuera como acostumbraba a hacer normalmente, pero la verdad tampoco quería hacer ningún esfuerzo para llevarse bien con él, así que en su mente pensó que de seguro él se iría solo pronto y siguió jugando tranquilo a su videojuego. Sin embargo, extrañamente su padre se quedó, mirando como jugaba sin decir nada hasta que Kitt soltó un gruñido molesto al perder otra vida en su videojuego favorito.—¿Qué juego es este?— finalmente rompió el silencio.—Uh, “Skater Warriors”, es el juego más popular de este año. —Se había convertido en su juego favorito en poco tiempo, ya que estaba hecho por la compañía de su tonto tío David, si no mal recordaba, y a Rich (que era muy genial pese a ser hijo el tonto tío David) le gustaba mucho que jugaran juntos ese juego. —Ah, no lo conozco. ¿Cómo se juega? —preguntó el hombre, viéndose intrigado, y como Kitt amaba hablar de videojuegos decidió exp
Después de terminar de ayudar a su tía Marie y su tía Serena (aunque solo era tía de cariño ya que consideraba a Kim como su hermana y ella era la madre biológica de Kim y adoptiva de Erick) con la comida, Iris estaba en camino a su habitación para buscar qué se pondría para la noche cuando su madre la tomó del brazo haciéndola brincar en su lugar por la sorpresa.—¡Ma-mamá!— tartamudeó llevándose una mano al pecho. –No me asustes así.— infló una mejilla.—Lo siento, lo siento.— rió. —¿Vas a buscar qué ponerte?— ella asintió. –Perfecto, porque tengo un regalo para ti.—¿Eh?— pestañeó.—Ven a mi habitación.— comenzó a jalarla por las escaleras hasta llegar a su cuarto. —¿Recuerdas la vez que fuimos al templo Mashiba en el barrio japonés cuando tenías seis?—Oh, sí.— sonrió ante el recuerdo. –Habían muchas escaleras, papá me cargó casi todo el camino y también te cargó aunque contra tu voluntad cuando comenzaste a cansarte.— rió.—Sí…— sonrió nostálgica mientras abría su armario. —¿Recu
—Por cierto, mamá… Hay algo de lo que quería hablar contigo —recordó la adolescente de pronto. —¿Recuerdas a Rich Vogelsberg? Mi compañero de clases, nos topamos frente a tu casa hace una semana cuando fue a buscar a su madre. —Iris no podía verla, pero sintió las manos de su madre detenerse por un momento mientras la peinaba antes de reanudar su labor con claros nervios. —Oh, s… sí. Lo recuerdo. ¿Qué hay con él?—Solo me da curiosidad… ¿Vogelsberg no era el apellido del hombre que…?...— tragó saliva. —¿Era su apellido, verdad? El apellido del hombre que arruinó nuestra familia… Y, necesito saber, de verdad que necesito saber… ¿Cuál es tu relación con la ex esposa y el hijo de ese hombre horrible? Su madre pareció muy nerviosa, terriblemente nerviosa, e Iris volteó a verla con ojos suplicantes, rogándole con la mirada que fuera sincera, que necesitaba saber la verdad por que ese secreto bien podría amenazar todo lo que creía respecto a ella. Su madre guardó silencio por un momento
Ethan permaneció en silencio mayormente entre la alergia y charlas de los demás, solo escuchando a sus hijos hablar con sus primos y la ruidosa conversación entre Rachel, Marie y Serena. Kate hablaba de vez en cuando con su cuñado y su amigo James, y con sus hijos y sobrinos claro, pero también estaba bastante callada, tal como él.Luego de cenar, Ethan simplemente fue a sentarse a su sillón observando a los demás beber gaseosas o alcohol en caso de Rachel que como siempre quería emborracharse, aunque Serena y su ex concuñado también estaban bebiendo bastante con ella, pero no más que ella, claro, nadie le ganaba a la reina de la bebida, su tía Rachel.Kitt estaba devorándose los bocadillos a dos manos, y cuando sirvieron el helado de chocolate de postre prácticamente estaba brincando por todas partes.—¿No se volverá hiperactivo por tanta azúcar, verdad?— preguntó temerosa Marie, que estaba cerca de él hablando con Kate, Rachel y Shiky.—Nah, solo está emocionado… tal vez.— dijo su e
—¿Y de qué quieres hablar?— preguntó Kate mientras juntaba las manos sobre su regazo, claramente nerviosa.—Sobre el pasado, nuestros hijos, nuestros errores, todo. —Ethan suspiró profundamente, pasándose las manos por el cabello.No estaba seguro de sí quería lidiar con eso en este momento, pero sabía que los demás estaban demasiado centrados en la fiesta como para venir a interrumpirlos y Kitt estaba demasiado dormido, además que debería haber pasado el suficiente tiempo para que sus temperamentos se hayan enfriado un poco y sean capaces de tener una conversación civilizada, o al menos eso era lo que esperaba.—Oh.— Kate se tensó de inmediato ante sus palabras, poniéndose aún más nerviosa de lo que ya estaba. –Bueno, también he querido tener esta conversación desde hace tiempo, pero tienes que prometer controlar tu temperamento, no gritar y sobre todo escuchar lo que tengo que decir, de lo contrario mejor ni hablamos, todavía estamos a tiempo de arruinar año nuevo con nuestras maldi
—Ethan…— luego de varios minutos estando abrazados en silencio, la voz de su ex mujer salió más calmada, señal de que su llanto por fin había cesado. –Deberías irte ahora.— esa declaración dolió, pero él sabía muy bien que tenía sus razones para pedirle aquello, que él no merecía rebatir sus deseos. No tenía derecho a pedirle quedarse a su lado esa noche. No después de lo mucho que ella sufrió por su culpa, por que él no fue lo suficiente hombre para cuidarla, para cuidar de su hijo, para estar allí cuando ella… cuando él… cuando ambos lo necesitaron. Era un fracaso, una excusa de hombre que no merecía siquiera estar a su lado en sus momentos más tristes. Ahora que ella necesitaba un hombro para llorar, ese hombro no podía ser el suyo, él perdió ese derecho hace mucho tiempo, cuando le ganó su orgullo antes que su amor por su familia, antes que la fe, antes incluso que el sentido común y el razonamiento lógico que siempre se jactaba de tener en los negocios. Se merecía todo el su