—Ethan…— luego de varios minutos estando abrazados en silencio, la voz de su ex mujer salió más calmada, señal de que su llanto por fin había cesado. –Deberías irte ahora.— esa declaración dolió, pero él sabía muy bien que tenía sus razones para pedirle aquello, que él no merecía rebatir sus deseos. No tenía derecho a pedirle quedarse a su lado esa noche. No después de lo mucho que ella sufrió por su culpa, por que él no fue lo suficiente hombre para cuidarla, para cuidar de su hijo, para estar allí cuando ella… cuando él… cuando ambos lo necesitaron. Era un fracaso, una excusa de hombre que no merecía siquiera estar a su lado en sus momentos más tristes. Ahora que ella necesitaba un hombro para llorar, ese hombro no podía ser el suyo, él perdió ese derecho hace mucho tiempo, cuando le ganó su orgullo antes que su amor por su familia, antes que la fe, antes incluso que el sentido común y el razonamiento lógico que siempre se jactaba de tener en los negocios. Se merecía todo el su
Kitt podía ver que algo andaba mal con sus padres… en especial con su padre, aunque su madre se veía tranquila, pero igual un poco decaída. No entendía por qué parecía tan deprimida, ella siempre solía alegrarse mucho cuando él se recuperaba de sus enfermedades y hasta lo llevaba a pasear para celebrar, pero ya pasados varios días desde año nuevo, estaba totalmente curado y su madre aun así no daba señales de querer hacer algo juntos los dos solos… aunque a este punto a Kitt no le importaría incluir a Iris, la verdad. En los últimos días, ya que ahora vivía en la mansión Di Castro, estuvo conviviendo más y más con Iris, y la verdad ella le caía bien, porque era bastante buena en los videojuegos y además ¡sabía karate! Y empezó a enseñarle unos movimientos geniales que Kitt estaba muy emocionado por perfeccionar, por lo que ahora le estaba cayendo mejor. Su padre… agh, todavía no quería perdonarlo, y la verdad no quería llamarlo papá, menos después de saber que él lo rechazó a
Kate llegó al baño justo a tiempo para vomitar todo su desayuno, sin preocuparse mucho por su cabello, pero alguien pronto llegó para sujetarlo por ella. Una vez acabó de vomitar, tomó un par de respiraciones para no sentirse tan miserable y volteó con una sonrisa cansada y agradecida a la persona tras ella, quedando sorprendida al ver que era Serena, la amiga de Ethan con quien su hija trató de darle celos una vez. —Gra… gracias —dijo sinceramente, parándose con lentitud, casi cayéndose cuando la invadió un repentino mareo, pero Serena sujetó su mano y luego su codo, ayudando a que se mantuviera estable en sus dos pies, aunque aún tambaleándose un poco.—¿Estás bien? —La miró preocupada, sujetando con firmeza pero suavidad su brazo. —S… sí, lo siento, y gracias. —Se sujeto del lavabo y comenzó a lavarse la boca, intentando sentirse un poco menos miserable de esa forma, por que de verdad que vomitar era sumamente asqueroso y desagradable, odiaba cuando le pasaba, aunque no le
Kate rodó los ojos al ver a su ex marido desmayarse por la noticia, se inclinó sobre él, lo hizo sentarse y le dio una buena bofetada que lo hizo despertarse de inmediato. —Ka… Kate… E… estás… De ve... verdad e… e... estás… De verdad estás... estás...—Embarazada, sí, sí, ya deja de tartamudear, Dios santo. —Negó con la cabeza, sentándose en su cama con un profundo suspiro—. También me tomó por sorpresa, parece que mi periodo vino de adorno la última vez. Necesitamos un término que sea lo contrario a falsa alarma, eso más bien fue un falso alivio...—Es… Es… ines... inespera… inesperado. —Ethan seguía tartamudeando pese al pedido de su ex esposa de dejar de hacerlo—. Me tomaste por sorpresa, creí que… que... Bueno, ya no importa lo que creía. —Lanzó un largo suspiro—. Es… Wow… ¿Y cómo te sientes? —La miró inseguro, claramente sin saber qué decir o qué hacer ante esta situación tan sorpresiva para ambos, que se habían preparado para ello antes pero ante el "falso alivio" bajaron la
Las vacaciones de invierno terminaron, el Dr. Quincy y su esposa regresaron de las vacaciones, trayendo a Kelly, para gran alegría de Kitt, y los niños también volvieron a la escuela, aunque, desconocido para ellos, varios guardaespaldas los estaban siguiendo en todo momento, cuidándolos desde las sombras. Ethan dijo que era lo mejor por el momento, para no llamar la atención y también para que los niños no sintieran que podrían estar en peligro, aunque sería una medida solo temporal, por supuesto. Kate no estaba del todo contenta, pero lo aceptó, sin embargo, Ethan también le propuso ponerle sus propios guardaespaldas, y ahí ella le dijo que mejor ni lo soñara. —Pero estás embarazada de mi hijo, por Dios, Katherine. Piensa bien las cosas y no te guíes por tu enojo hacia mí.—Sí, mira quién habla... Digo, entiendo tu punto, pero el embarazo aún no se nota… Mira, cuando se empiece a notar volveremos a discutirlo, pero por ahora no quiero, y ni se te ocurra mandarlos a escondidas
Iris estaba de nuevo en la escuela luego de las vacaciones de invierno, y no podía evitar que su mirada se desviara de vez en cuando a Rich Vogelsberg, el hijo de David Volgelsberg, el hombre que destruyó a su familia… y no podía evitar preguntarse por qué su madre conocía a este chico, por qué el iba a su casa, al igual que su madre y quizás su hermana también. Su mamá no quiso decirle todavía por qué convivía tan tranquila con la ex esposa de David Vogelsberg y con sus hijos, y como no se lo dijo Iris no dejaba de preguntarse por qué, no podía evitar imaginar muchas cosas… muchas cosas malas, por que no lograba entender por qué su madre convivía con la familia de ese hombre, un hombre al que debería odiar si lo que le dijo de que nunca tuvo intención de estar con él era cierto. Suspiró perpleja y decidió mejor concentrarse en la clase, pero, al faltar unos diez minutos para que terminara, la profesora dijo que terminaba su clase temprano porque los delegados querían hacer un anun
—No sé qué hacer… ¿Cómo puedo convencer a esa mujer de casarse conmigo? —susurró Ethan para sí mismo mientras bebía solo en su oficina a medianoche. Necesitaba convencer a Kate de casarse por el bien de su familia, que más o menos en unos ocho meses se volvería más grande, ¡pero vaya que esa mujer era terca! ¿Por qué no entendía que esto era lo mejor para la familia? Los dos necesitaban hacerse cargo de las consecuencias de sus acciones. Pero ¿cómo lograba convencerla? Ya usó sus mejores cartas en su conversación de antes y ella no consideró escucharlo ni por un momento… ¿Qué podía hacer ahora? Decidió no beber más y se fue a dormir con desgano, arrojándose a la cama y pasando varios minutos dando vueltas sobre las mantas, hasta que por fin el sueño lo consumió. Ethan se sumergió en un profundo sueño, o más bien una pesadilla que lo arrastró a un laberinto oscuro de incertidumbre y desesperación. En ese sueño, se encontraba parado frente a Kate, pero algo había cambiado en su mi
Cuando Kate despertó, lenta y aletargadamente, su conciencia le fue volviendo poco a poco mientras se encontraba acostada en una cama de hospital. Sus ojos se abrieron con lentitud, parpadeando varias veces para adaptarse a la tenue luz que iluminaba la habitación. Se sentía débil y confundida, tratando de recordar cómo era que había llegado a ese lugar. Cansada y confundida, comenzó a examinar bien su entorno apenas sus ojos por fin se ajustaron a la tenue iluminación de aquel lugar desconocido.La habitación estaba tranquila y ordenada, con paredes pintadas de un tono suave de azul claro parecido al del cielo mismo, lo que le dio la pista de que no estaba en la clínica de sus jefes, por que en la clínica Quincy todas las paredes de las habitaciones eran blancas. Una luz tenue provenía de una lámpara en una esquina, proyectando una luz cálida y reconfortante. Junto a su cama, había una pequeña mesa con un vaso de agua y una jarra, lista para calmar su sed, lo cual era genial por q