Kate se sentía muy mal consigo misma. Como su hijo había vuelto a enfermarse otra vez por culpa de su inmunodeficiencia, otra vez dependía de los demás para ayudarla a salir adelante, pero lo que más la molestaba era depender de David. Lo odiaba, quería demandarlo, golpearlo, hasta matarlo, pero… para su desgracia, él era el único que le tendió la mano, y necesitaba de su dinero para tratar la enfermedad de su bebé. Ese día su bebé estuvo tan mal que tuvo a sus jefes trabajando en curarlo toda la noche, así que ella tuvo que dedicarse a cuidar a la hija de sus jefes, hasta que la llamaron para decirle que su bebé la necesitaba. Para su mala fortuna, en ese momento David se apareció para darle dinero para las medicinas de su hijo, y de paso insistió en llevarla a su trabajo. Como tenía a la pequeña Kelly con ella, Kate accedió a dejar que la llevara al trabajo, decidiendo además intentar no amargarse por tener que soportarlo. Ella ni siquiera se dio cuenta de la presencia de
Iris Di Castro era una joven de dieciséis años a la que muchos llamaban genio solo por sacar buenas notas en la escuela y poder recordar con facilidad todo lo que leía en libros, pero ella siempre sentía que le faltaban muchas cosas por saber. Muchas veces quería saber por qué las cosas para su familia salieron tan mal, por qué su madre prefirió a otro hombre en vez que a su familia. Y ahora estaba llena de ansias por saber por qué su madre les ocultó todos estos años que tenía un hermanito menor. No es que Iris se hubiera quedado de brazos cruzados durante esos ocho años. Una vez intentó buscar a su madre a espaldas de su padre, acompañada de sus dos mejores amigos. Su mejor amiga Kim y su mejor amigo Erick, que en secreto tal vez le gustaba un poco. Fue hasta ciudad Bella Cruz en uno de los tres autos de su padre, el que menos usaba, a los catorce años. Volvió a su antigua casa y se dio cuenta de que ahora nadie vivía allí, cosa que la decepcionó. Solo encontró una vieja
Para Ethan ese día estaba siendo tan normal como el día anterior, sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida cuando escucho gritos fuera de su oficina. Reconoció una de las voces como la de Rachel, su tía que prácticamente lo crio, y otra supo identificarla como Marie, su hermana.Más tarde supo reconocer la voz de Serena, una empleada que se volvió una amiga muy cercana desde que se divorció, pero la cuarta voz, la que hacía la mayor parte del escándalo, no lograba reconocerla por más que le parecía levemente familiar.Suspiró con fastidio y se levantó de su escritorio para ver qué demonios pasaba fuera, no obstante, sus intenciones se vieron frustradas cuando la puerta se abrió de golpe, dejando ver a una chica de estatura promedio ataviada en un elaborado vestido de buena calidad, con el cabello rizado color ocre y ojos de color verde.—¡Oye, te dije que no puedes entrar! —Rachel estaba jaloneando el brazo de la chica en un intento de sacarla fuera de la habitación, pero ella
Luego de un momento de shock, finalmente un destello de la ciudad de Bella Cruz y David y Kate con un bebé en brazos devolvió a Ethan a la realidad.Bruscamente, apartó su mano de las de su hija y se puso en pie. Caminó hasta el ventanal de su oficina y descorrió la cortina, mirando a la lejanía sin ver nada realmente. Su mente estaba en un frenesí de pensamientos, tratando de darle sentido a lo que su hija decía.—Iris… —Tragó saliva cuando llegó a una única conclusión—. Creo que estás confundida.—¿Qué quieres decir?—¿Acaso ese niño te dijo que su madre era Kate? Sadler no es un apellido tan raro. —La miró con una ceja en alto.Bien que él solía creer que no había más Sadlers en Bella Cruz, pero no era imposible. —B-bueno, no lo dijo. ¡Pero es obvio que es hijo de mamá! Se parece mucho a ella y dijo que los de rojo eran su equipo favorito y los de azul el segundo, justo como mamá.—Eso puede ser otra coincidencia. —Negó con la cabeza a la par que un poco de alivio lo inundaba.Su
—Ella me lo dijo… —susurró, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos—. Ella me lo dijo… y no quise creerle. —Se llevó una mano a la frente—. No la escuche…—¿Qué quieres decir? —Iris se tensó, mirándolo con los muy abiertos—. ¿De qué estás hablando, papá? —Todos lo miraron expectantes.—Unas pocas semanas después de divorciarnos… Kate me llamó. —Tragó saliva, sintiendo la boca seca—. Ella me dijo que estaba embarazada. —Todos jadearon, a excepción de Iris, que se tensó aún más—. Yo… no le creí. No creí que fuera mío… Le dije… La rechazó, la insultó, prácticamente la amenazó. —Le dije cosas horribles… y le ordené que no volviera a llamarme… Le dije que cambiaría mis números, yo… —Cerró los ojos dolorosamente—. No la escuché. Estaba enfadado y… —Calló abruptamente al verse interrumpido por otro sonido que retumbó como un trueno en la silenciosa habitación.Ese sonido fue provocado por su hija, cuando le volteó el rostro de una bofetada.Ella bajó la mano lentamente mientras todo
Como Kate tenía un viejo amigo de la primaria jugando en el equipo profesional de futbol, ella y Kitt se quedaron incluso después de que todos en el estadio se fueran para pedir autógrafos, y salieron bastante tarde para volver a su casa en Bella Cruz.Una vez regresaron a su hogar, fueron recibidos por Mirian y Kelly que parecían recién haber terminado de cocinar la cena. Era bastante tarde y el viaje fue muy largo, por lo que Kate estaba realmente agradecida de que su jefa fuera una amiga tan buena y haya decidido cocinarle ese día.—Kate, querida. —Mirian, haciendo gala de su sangre extranjera (aunque nunca le dijeron bien de que país venía), la tomó por los hombros y le dio dos fugaces besos en las mejillas—. Me alegra que por fin hayas vuelto. Kitt, cielo, ¿te divertiste? —Se hincó un poco para estar más a la altura del pequeño.—¡Fue genial, el mejor viaje de la vida! —Le dio un rápido abrazo a la mujer mayor antes de voltearse hacia Kelly y tomarla de la muñeca para arrastrarla
Cuando escuchó golpes enérgicos en la puerta de su oficina, Ethan se preguntó quién era la que venía a sermonearlo esta vez, pero de todos modos murmuró un "adelante" para que ingresara.Habían pasado tres semanas desde que se enteró que tenía otro hijo con Kate y todo en su vida parecía haberse dado vuelta. Su hija lo ignoraba, Rachel y Marie eran las que lo regañaban por su tontería, Serena era la que sentía pena por su situación, los amigos de su hija lo miraban mal. Y él no dejaba de pensar en Kate y su hijo.—Con permiso. —Al reconocer a Iris entrando por la puerta de su oficina, él abrió mucho los ojos y se enderezó en su escritorio.—¿Hija? —Estaba muy sorprendido. Ella lo había estado ignorando completamente estas semanas ¿y ahora venía a su oficina? —¿Pasa algo? ¿Te sientes bien? —De inmediato se preocupó, pero se mantuvo en su asiento para que ella no tuviera la necesidad de alejarlo como tanto lo había hecho estas semanas.—Eh… Estoy bien… —Se frotó la nuca incómodamente—.
Cuando Kitt comenzó a toser de camino a casa después de haber regalado a sus compañeras de clase los gatitos que había estado cuidando por dos meses, supo de inmediato que su racha de buena salud finalmente se había roto. Al menos duró casi cinco meses, eso superaba por mucho al record anterior.—¿Cómo estás tan seguro de que estás enfermo otra vez? —preguntó Kelly curiosa mientras lo acompañaba a casa—. Solo fue un poco de tos —señaló como la cerebrito que era.—Nunca es "solo un poco de tos" y lo sabes —dijo imitando su tonito de boba—. Primero es tos, luego estornudos, y antes de que lo sepas ya tengo fiebre de cuarenta grados. —Pisoteó—. Lo cual apesta porque el campeonato se acerca y no podré practicar y soy el vice-capitán del equipo. No es justo. —Frunció el ceño.¿Por qué había tenido que nacer con esta maldición? Era un chico inquieto, le gustaba correr, jugar, explorar, trepar, no pasar sus tardes enclavado en la cama con trapos mojados en la frente. Lo peor era que siempre