Las horas pasaban y apenas habían superado una crisis, cuando debían enfrentarse a otra, por lo que, el director no se atrevía a salir y darle tan mala noticia a una persona que no podía atreverse a ofender.
Por ello, caminaba de un lado al otro, suplicando que pronto tuviera una buena noticia que reportar. Pero, eso bueno aún no sucedía. Suspirando profundo, el director caminaba de un lado al otro, mientras Helmut había agotado toda su calma y por ello, se dirigía hacia donde había desaparecido el director.—Señor, no puede pasar por aquí. Esta es un área restringida— dice uno de los vigilantes del área.—¡Me importa poco si es restringida, mi mujer está allí dentro y nadie ha salido a darme información de ella! ¡Ya no voy a esperar más! ¡Buscaré respuestas ahora mismo! — grita Helmut con tanta fSabía que, si ellos no le daban más opciones, era porque solo podía limitarse a estas. Por lo que, respiró profundo y confiando que aún no era el final de su relación con Aitana, salió de la galería.Deseaba quedarse a observar que era lo que pasaba, pero, sabía que no tendría el valor para soportar algún problema, además, no quería presionar tanto a los doctores, al punto que se concentren más en su presencia, que en lo que hacían en el cerebro de Aitana.Por ello, miró a la mujer en la camilla y visualizándola dormida y cerca de él, le susurró:—Mantente con vida, Aitana. Tus hijos te necesitan, yo te necesito—Después de eso, se marchó derrotado hasta la sala de espera donde se desplomó en una silla. Helmut, había durado días enteros enfrentando una guerra y no se había visto
Albert había mostrado porque era tan frio y distante con su padre. Él había visto como su madre se esforzaba con ellos desde que tenía memoria y todos los que habían trabajado con ella, contaba esas historias cuando ellos apenas eran unos bebés.Siempre había tenido el hábito de escuchar conversaciones ajenas y por eso, se hacia el dormido en los brazos de su madre, solo para escuchar a sus excompañeros que iban a visitarla a veces para saber de nosotros.Por eso, sabia todo lo que su madre había sufrido por tenerlos donde estaban y por ello, los dos se habían esforzado en tener becas para que su madre no pensara en el valor de las matrículas e incluso, vendían dulces en las escuelas para pagar lo que necesitaran en la escuela.Fue cuando se enteró Albert del dinero que tenía su madre que comenzó a invertir y estudiar sobre cómo hacer crecer mejor su
Los tres quedaron en silencio. No sabían que decir o hacer para poder calmar la impotencia y dolor que sentían por lo que acababan de escuchar. Se sentían como en una carrera que por más que corrieran, no avanzaban en lo absoluto. Era como si hubiesen agotado todos sus esfuerzos para obtener un resultado demasiado deprimente.Aitana salió de la cirugía con su cabeza vendada y tan pálida que no parecía de este mundo. Los tres se acercaron, pero, no se atrevieron a tocarla, porque parecía que iba a romperse si se atrevían a tocarla.—Estas horas son cruciales. — Informa el doctor.—Entonces, ¿si no despierta en tres días todo acabará? — pregunta Helmut angustiado.—No, la cirugía que tuvo, fue el cerebro, sería demasiado pedirle que despierte en tres días. Solo si no se declara con muerte cerebral en los pró
Una semana después—¡Quiero a mi madre! ¡No me importa si no comemos por un mes, yo quiero ver a mi mamá! — dice Ariana en medio de su llanto.Su piel se ha mostrado cada vez más opaca mientras los episodios de fiebres, solo han afectado sus órganos. Lo que creían que era un problema de la leucemia, ahora estaban confirmando que se habían equivocados.Sus riñones estaban molestando hace varios días y era ese el motivo de sus fiebres, además, había empezado a experimentar una gripa que le causaba dolor en la herida de la cirugía y dolor en el resto del cuerpo.Por lo que, quería que su madre la consolara y le dijera que todo iba a estar bien. eso era lo que más le importaba a Ariana, quien ya no podía recibir consuelo por Eugene, porque este ya no sabía que más decirle a Ariana para que siguiera esperando a su madre.—P
Todos corrían mientras los dos hombres esperaban una explicación de lo que sucedía, pero, los médicos estaban tan concentrados en controlar la condición de Aitana que no escuchaban las preguntas que Eugene y Helmut hacían, si no, en cómo responder ante la crisis que estaba viviendo Aitana.Solo cuando comenzaron a moverla de la cama, fue que Helmut no pudo soportar más que nadie le diera una respuesta y perdiendo la cordura, tomó al doctor que no dejaba de hablarle a los enfermeros, por el cuello.—Señor…——¿Qué le pasa a mi esposa? ¿Por qué se la llevan sin decirme algo? — pregunta Helmut con voz temblorosa.—Lo siento por no haberle informado. Está mostrando una disminución en su respuesta cerebral, como también, está presentando bajas en su sistema inmune y sus riñones no están trabajan
Dos semanas despuésLas cosas seguían sin salir como ellos tanto habían deseado. Aitana había superado la crisis, pero, seguía sin despertar, Ariana, no había rechazado el trasplante, pero, su estado aún era delicado.Sin embargo, no importaba cuanto sufría, ella siempre se quedaba con su madre, le acariciaba el rostro como su madre le hacía cuando ella estaba enferma y suplicaba que pronto despertara.—Mamá, no he llorado. Mi hermano tampoco lo ha hecho, despierta, por favor. Nos hemos portado bien— pide Ariana y es en ese momento que su hermano entra.—Hermana, tenemos noticias— dice Albert entrando con su padre.—Dime que sabes cuando mamá va a despertar— pide Ariana.—No, eso no lo sabemos. Ya te he hablado de eso, Ariana— dice Albert. Un poco frustrado.—¿Qué tienes que decirme? —
El viaje por fortuna ocurre sin problemas, aunque los tres hombres y Ariana, miraban a cada rato cualquier mínimo detalle en Aitana y el helicóptero. Es como si no confiaran en los profesionales, pero, ellos estaban transportando algo demasiado preciado para cada uno, para dejarle todo a personas extrañas.—Estamos llegando— anuncia el piloto y de inmediato, Ariana toma la mano de su madre, temiendo que el aterrizaje le cause miedo.Siempre hacia ello, cuando tenía que enfrentar algo, tomaba la mano de su madre o hermano y eso la tranquilizaba, como ahora. El aterrizaje ocurre sin algún problema y apenas tocan el suelo, los doctores a cargo a partir de ahora de Aitana, corren hacia el helicóptero donde reciben a sus pacientes.Porque Helmut también se aseguró de tener doctores para Ariana. No quería dejar a la suerte, la salud de ninguna de las dos mujeres más importantes en su vida. Por
Tres meses despuésLa condición de Ariana había mejorado, aunque recibía tratamiento para que no hubiese un nuevo problema y seguía recibiendo tratamiento para que sus órganos volvieran a funcionar como antes, ya podía ir a la escuela.La herida de su cirugía y los dolores que había sentido, habían quedado en el olvido, al igual que los días donde siempre dormía o se quejaba del dolor. Pero, ahora tenía un nuevo dolor y era, que su madre aun no despertaba.—Rápido, Ariana. Debemos ir a las clases— dice Albert y Ariana limpia sus mejillas humedecidas por el llanto.—No quiero separarme de ella— dice Ariana gimoteando.—Debemos seguir con nuestros estudios, si no lo hacemos, cuando mamá despierte, se enojará mucho y eso no es bueno para ella. — Explica Albert y su hermana asiente.—Pero, yo no quiero sep