Albert había mostrado porque era tan frio y distante con su padre. Él había visto como su madre se esforzaba con ellos desde que tenía memoria y todos los que habían trabajado con ella, contaba esas historias cuando ellos apenas eran unos bebés.
Siempre había tenido el hábito de escuchar conversaciones ajenas y por eso, se hacia el dormido en los brazos de su madre, solo para escuchar a sus excompañeros que iban a visitarla a veces para saber de nosotros.Por eso, sabia todo lo que su madre había sufrido por tenerlos donde estaban y por ello, los dos se habían esforzado en tener becas para que su madre no pensara en el valor de las matrículas e incluso, vendían dulces en las escuelas para pagar lo que necesitaran en la escuela.Fue cuando se enteró Albert del dinero que tenía su madre que comenzó a invertir y estudiar sobre cómo hacer crecer mejor suLos tres quedaron en silencio. No sabían que decir o hacer para poder calmar la impotencia y dolor que sentían por lo que acababan de escuchar. Se sentían como en una carrera que por más que corrieran, no avanzaban en lo absoluto. Era como si hubiesen agotado todos sus esfuerzos para obtener un resultado demasiado deprimente.Aitana salió de la cirugía con su cabeza vendada y tan pálida que no parecía de este mundo. Los tres se acercaron, pero, no se atrevieron a tocarla, porque parecía que iba a romperse si se atrevían a tocarla.—Estas horas son cruciales. — Informa el doctor.—Entonces, ¿si no despierta en tres días todo acabará? — pregunta Helmut angustiado.—No, la cirugía que tuvo, fue el cerebro, sería demasiado pedirle que despierte en tres días. Solo si no se declara con muerte cerebral en los pró
Una semana después—¡Quiero a mi madre! ¡No me importa si no comemos por un mes, yo quiero ver a mi mamá! — dice Ariana en medio de su llanto.Su piel se ha mostrado cada vez más opaca mientras los episodios de fiebres, solo han afectado sus órganos. Lo que creían que era un problema de la leucemia, ahora estaban confirmando que se habían equivocados.Sus riñones estaban molestando hace varios días y era ese el motivo de sus fiebres, además, había empezado a experimentar una gripa que le causaba dolor en la herida de la cirugía y dolor en el resto del cuerpo.Por lo que, quería que su madre la consolara y le dijera que todo iba a estar bien. eso era lo que más le importaba a Ariana, quien ya no podía recibir consuelo por Eugene, porque este ya no sabía que más decirle a Ariana para que siguiera esperando a su madre.—P
Todos corrían mientras los dos hombres esperaban una explicación de lo que sucedía, pero, los médicos estaban tan concentrados en controlar la condición de Aitana que no escuchaban las preguntas que Eugene y Helmut hacían, si no, en cómo responder ante la crisis que estaba viviendo Aitana.Solo cuando comenzaron a moverla de la cama, fue que Helmut no pudo soportar más que nadie le diera una respuesta y perdiendo la cordura, tomó al doctor que no dejaba de hablarle a los enfermeros, por el cuello.—Señor…——¿Qué le pasa a mi esposa? ¿Por qué se la llevan sin decirme algo? — pregunta Helmut con voz temblorosa.—Lo siento por no haberle informado. Está mostrando una disminución en su respuesta cerebral, como también, está presentando bajas en su sistema inmune y sus riñones no están trabajan
Dos semanas despuésLas cosas seguían sin salir como ellos tanto habían deseado. Aitana había superado la crisis, pero, seguía sin despertar, Ariana, no había rechazado el trasplante, pero, su estado aún era delicado.Sin embargo, no importaba cuanto sufría, ella siempre se quedaba con su madre, le acariciaba el rostro como su madre le hacía cuando ella estaba enferma y suplicaba que pronto despertara.—Mamá, no he llorado. Mi hermano tampoco lo ha hecho, despierta, por favor. Nos hemos portado bien— pide Ariana y es en ese momento que su hermano entra.—Hermana, tenemos noticias— dice Albert entrando con su padre.—Dime que sabes cuando mamá va a despertar— pide Ariana.—No, eso no lo sabemos. Ya te he hablado de eso, Ariana— dice Albert. Un poco frustrado.—¿Qué tienes que decirme? —
El viaje por fortuna ocurre sin problemas, aunque los tres hombres y Ariana, miraban a cada rato cualquier mínimo detalle en Aitana y el helicóptero. Es como si no confiaran en los profesionales, pero, ellos estaban transportando algo demasiado preciado para cada uno, para dejarle todo a personas extrañas.—Estamos llegando— anuncia el piloto y de inmediato, Ariana toma la mano de su madre, temiendo que el aterrizaje le cause miedo.Siempre hacia ello, cuando tenía que enfrentar algo, tomaba la mano de su madre o hermano y eso la tranquilizaba, como ahora. El aterrizaje ocurre sin algún problema y apenas tocan el suelo, los doctores a cargo a partir de ahora de Aitana, corren hacia el helicóptero donde reciben a sus pacientes.Porque Helmut también se aseguró de tener doctores para Ariana. No quería dejar a la suerte, la salud de ninguna de las dos mujeres más importantes en su vida. Por
Tres meses despuésLa condición de Ariana había mejorado, aunque recibía tratamiento para que no hubiese un nuevo problema y seguía recibiendo tratamiento para que sus órganos volvieran a funcionar como antes, ya podía ir a la escuela.La herida de su cirugía y los dolores que había sentido, habían quedado en el olvido, al igual que los días donde siempre dormía o se quejaba del dolor. Pero, ahora tenía un nuevo dolor y era, que su madre aun no despertaba.—Rápido, Ariana. Debemos ir a las clases— dice Albert y Ariana limpia sus mejillas humedecidas por el llanto.—No quiero separarme de ella— dice Ariana gimoteando.—Debemos seguir con nuestros estudios, si no lo hacemos, cuando mamá despierte, se enojará mucho y eso no es bueno para ella. — Explica Albert y su hermana asiente.—Pero, yo no quiero sep
Las palabras se atoraban en la garganta de Helmut. Quería decir tanto, deseaba hacerlo, pero, ver el milagro con sus propios ojos, era algo que le causaba mutismo. La emoción era demasiado grande.—¿Qué le pasa, señor? — Pregunta Aitana confundida.Helmut suspiró profundo y agradeció mentalmente por el milagro por el que tanto habían orado. El, no había sido un hombre devoto y mucho menos creyente a las cosas relacionadas a Dios. Pero, después de todo lo que había vivido con Aitana, había asistido tanto a la iglesia y oraba tantas veces cada día, que parecía una alma comprometida con Dios. Uno que le había respondido meses después de súplica, pero, lo había hecho.—Dios, gracias. Te agradezco Padre Celestial, por este milagro que nos has dado. — Dice Helmut mientras calma su llanto.—Se&ntild
Horas despuésSabiendo que debían actuar con cautela y no empeorar el estado de Aitana, los tres decidieron llamar a los especialistas mentales, para que le ayudaran a saber cómo hablar con ella sin que se alteraran.Por decisión unánime, el psicólogo entro a la habitación de la mujer y como si se tratará de una niña, le explicó que en el mundo hay muchas especies de personas, como lo hay de animales.Era mucha información que procesar, por lo que, no le habló de su relación con ellos, si no, lo que eran y que pertenecía a esa especie, colocándola como una especie especial que fue creada para ayudar y no para destruir, como ella los describía por pensar que eran unos monstruos.Sin embargo, ello no le generaba calma. Se sentía perturbada por saber que no era humana, pero, no gritó y mucho menos corrió huyendo de la situaci&oac