«¿Por qué hay sangre manchando tus ropas?» Hasan se tensó como la cuerda de un violín ante la pregunta de Zaida, su madre no podía descubrir la verdad, por el bien de Sienna, de Assim y de sí mismo, pues su reputación no podía ser puesto entredicho.—¿Sangre? —preguntó dejando ver la sorpresa en su rostro.Zaida asintió.—No tengo idea, madre, he estado todo el día en reuniones y apenas he tenido tiempo de nada, ahora mismo me haré cargo —dijo dando un paso al frente.Zaida frunció el ceño, estiró la mano y golpeó la espalda de Hasan.Hasan se detuvo, se giró y miró a su madre con el ceño fruncido y unos ojos penetrantes.—¿Qué es lo que estás haciendo? —preguntó con seriedad.Zaida dio dos pasos atrás, ella esperó que su hijo dejara escapar algún tipo de lamentación, gemido o queja. Lo que fuera para demostrar sus sospechas, sin embargo, ni la túnica se manchó más de sangre, ni Hasan demostró sentir ningún dolor. Más bien, parecía furioso.—Hijo…—Hay límites para todo, madre, entie
A la mañana siguiente, Assim llamó a la puerta de Hasan con más ímpetu que de costumbre, los golpes fueron tan ruidosos que despertaron al Emir antes de su hora acostumbrada. Hasan frunció el ceño, se giró ligeramente y chocó contra el cuerpo de Sienna.La visión de la hermosa rubia en su cama habría sido la cosa más bella de ver si su espalda no hubiese golpeado en el proceso. Hasan apretó los dientes y se apartó con lentitud de ella y se levantó con cuidado para no despertarla, se colocó una doble bata en caso de que se tratara de su amadísima madre, ya no sabía qué esperar de ella.Hasan caminó a la puerta, se cuadró los hombros y colocó un semblante frío y distante antes de abrir la preciosa y lujosa madera para encontrarse con el rostro preocupado de Assim.—¿Por qué no entraste? —preguntó al verlo, el hombre negó.—No quiero ser inoportuno —dijo.Hasan bufó algo impropio de él.—¿Qué sucede? —cuestionó, echando un ojo al interior de la habitación.—La señorita Jenna se quedó esp
El gemido que abandonó los labios de Sienna fue casi desgarrador, al tiempo que la mano de Zaida se apartaba y se manchaba de sangre.—¡Zaida! —gritó Abdel por primera vez mostrando su enojo.Zaida abrió los ojos al ver la humedad en la espalda de Sienna, miró su mano y luego a su marido, mientras Sienna caía en los brazos de Hasan.—-Yo… —Zaida trató de justificarse tan pronto como se dio cuenta de que había cometido un error garrafal.—¡Silencio! —ordenó Abdel caminando hasta Hasan y Sienna.—Abdel…—He dicho que guardes silencio, Zaida, esto que has hecho es una crueldad, solicitaste el castigo para Sienna, la sabías herida, aun así, lo has hecho con intención de causarle más daño —dijo Abdel.—No fue mi intención, Abdel…—Llévate a Sienna —ordenó Abdel al ver las lágrimas en los ojos de la joven y el rostro furioso de Hasan.—Me la llevaré, por supuesto que me la llevaré, pero no será a mi habitación. Nos marchamos del palacio, esperaba hacerlo en un tiempo prudente, pero dadas la
Callie frunció el ceño al ver que el hombre sonreía. La joven trató de ser prudente y educada en medida de lo posible, pero la sonrisa idiota del hombre finalmente la rompió.—¿Se puede saber qué es lo que le causa tanta gracia? —preguntó.Farid parpadeó.—Ha sido usted quien se ha subido a mi taxi, señorita —dijo.Ella lo miró y negó.—Yo he subido primero, usted llegó más tarde, así que, tendrá que disculparme, pero este es mi taxi —debatió.Farid suspiró, el auto ni siquiera era un taxi, ¿Cómo es que la chica no podía verlo? ¿O cómo era posible que no se diera cuenta de que él no era un extranjero?—¿Señor? —llamó el chofer al escuchar la discusión en la parte de atrás del auto.—Llevemos a la señorita a su hotel y luego puedes llevarme a casa —ordenó.Callie frunció el ceño ante la orden del hombre.—¿No piensa bajarse? ¿Es normal compartir taxi? —preguntó confundida.Farid negó.—Este es mi auto, pero puedo dejarla en su hotel —aseguró.Callie se sonrojó hasta la raíz del cabello
Sienna cerró los ojos al sentir el cálido aliento de Hasan rozar sus labios y sin poder evitarlo le dio completo acceso a su boca.El cuerpo de Sienna se estremeció al sentir la lengua de Hasan, saquear su interior, tocar cada rincón de su cavidad, deleitándose en ella. Llenándola de un deseo voraz que corría por su cuerpo como pólvora hasta llegar a su centro, deseosa de explotar por el placer que sabía que solo Hasan podía darle, pues era él, el único que conocía su cuerpo.Un sonoro gemido escapó de los labios de Sienna que envió al cuerpo de Hasan todas las señales para no detenerse y él no pensaba hacerlo. Hasan arrastró el cuerpo de Sienna hasta la cama, depositó su cuerpo sobre las finas sábanas y se recostó sobre ella, dominando el beso, tocando el perfecto cuerpo de la muchacha bajo aquella holgada bata.Hasan ardía en deseo como aquella primera vez que deseó a la joven con tan solo verla, era algo que él no podía explicar, no era un hombre que se dejara llevar por sus bajos
Sienna se quedó de piedra y por un momento no supo qué hacer o que pensar. Bien podía retirarse sin que la pareja se diera cuenta de que los había sorprendido o también podía interrumpirlos y evitar una tragedia, pues si alguien más los veía podían estar en grandes problemas.«¡Hasan!»Cuando Sienna pensó en su marido, un sinfín de escenarios se abrió paso por su mente y ninguno que pudiera tener un final feliz. Sienna dio un paso atrás chocando con la puerta y haciendo el ruido que deseó no hacer, captando la atención de Assim y Jenna.La pareja miró con terror a Sienna parada junto a la puerta, el cuerpo de Jenna tembló con violencia y sus ojos se llenaron de lágrimas debido al miedo.—¡Sienna!—¡Señora!La pareja gritó al unísono, pero Sienna giró sobre sus pies y salió de la habitación, la joven no sabía si lo hizo para escapar o para sacar a Jenna de la habitación, ella tenía que seguirle de alguna manera, ¿verdad?—¡Sienna, espera! —la escuchó gritar y sus pasos aproximarse a el
Mientras tanto, y con varios días de ausencia, Farid volvió al palacio de sus padres, había retrasado el momento tanto como pudo, sin embargo, no podía darse el lujo de que Zaida supiera que estaba en la ciudad desde días atrás y menos que descubriera que la razón era una mujer extranjera.Pensar en Callie le hizo suspirar discretamente antes de aparecer delante de su madre, Zaida lo esperaba impaciente, anhelaba encontrar una solución pronta, al tema de Sienna Mackenzie.—Madre —saludó, haciendo una ligera reverencia.—¡Farid! —expresó Zaida al ver regresar a su hijo, su voz estaba llena de esperanza más que de emoción.—Lamento mi demora, madre —respondió.—No importa, no importa. Sé que tu misión no debió ser nada fácil, pero estás de regreso y yo muero por conocer las noticias que me traes —expresó mostrando su ansiedad.Farid asintió.—¿No vas a ofrecerme algo de beber? —le preguntó al ver a Zaida parada delante de él.Zaida se impacientó, pero no lo demostró y ordenó a una de su
«¿Tu esposa?»La pregunta de Jahir hizo tensar cada músculo y tendón en el cuerpo de Hasan, la manera que su primo miraba a Sienna era molesto y provocador.—Ella es Sienna Rafiq —respondió él más por educación que por cortesía, Jahir no era su persona favorita.Jahir se puso de pie, hizo una ligera inclinación ante Sienna, un saludo que ella tuvo la cortesía de responder, pero la mano de Hasan se lo impidió.—No lo hagas —susurró.Sienna no comprendía nada de lo que estaba pasando y menos de la tensión que manaba del cuerpo de Hasan, aun así, obedeció.—Por favor, tomen asiento —pidió Ayad, totalmente ajeno a la rivalidad que existía entre los primos. Al fin de cuentas, él era un hombre de negocios y el bienestar de su gente era lo más importante.Hasan ayudó a Sienna a sentarse y la colocó a su lado derecho, ya que Jahir estaba a su izquierda y por nada del mundo iba a su esposa al alcance de su primo.Jahir sonrió, era evidente que su presencia no era bien vista por su primo, pero