El gemido que abandonó los labios de Sienna fue casi desgarrador, al tiempo que la mano de Zaida se apartaba y se manchaba de sangre.—¡Zaida! —gritó Abdel por primera vez mostrando su enojo.Zaida abrió los ojos al ver la humedad en la espalda de Sienna, miró su mano y luego a su marido, mientras Sienna caía en los brazos de Hasan.—-Yo… —Zaida trató de justificarse tan pronto como se dio cuenta de que había cometido un error garrafal.—¡Silencio! —ordenó Abdel caminando hasta Hasan y Sienna.—Abdel…—He dicho que guardes silencio, Zaida, esto que has hecho es una crueldad, solicitaste el castigo para Sienna, la sabías herida, aun así, lo has hecho con intención de causarle más daño —dijo Abdel.—No fue mi intención, Abdel…—Llévate a Sienna —ordenó Abdel al ver las lágrimas en los ojos de la joven y el rostro furioso de Hasan.—Me la llevaré, por supuesto que me la llevaré, pero no será a mi habitación. Nos marchamos del palacio, esperaba hacerlo en un tiempo prudente, pero dadas la
Callie frunció el ceño al ver que el hombre sonreía. La joven trató de ser prudente y educada en medida de lo posible, pero la sonrisa idiota del hombre finalmente la rompió.—¿Se puede saber qué es lo que le causa tanta gracia? —preguntó.Farid parpadeó.—Ha sido usted quien se ha subido a mi taxi, señorita —dijo.Ella lo miró y negó.—Yo he subido primero, usted llegó más tarde, así que, tendrá que disculparme, pero este es mi taxi —debatió.Farid suspiró, el auto ni siquiera era un taxi, ¿Cómo es que la chica no podía verlo? ¿O cómo era posible que no se diera cuenta de que él no era un extranjero?—¿Señor? —llamó el chofer al escuchar la discusión en la parte de atrás del auto.—Llevemos a la señorita a su hotel y luego puedes llevarme a casa —ordenó.Callie frunció el ceño ante la orden del hombre.—¿No piensa bajarse? ¿Es normal compartir taxi? —preguntó confundida.Farid negó.—Este es mi auto, pero puedo dejarla en su hotel —aseguró.Callie se sonrojó hasta la raíz del cabello
Sienna cerró los ojos al sentir el cálido aliento de Hasan rozar sus labios y sin poder evitarlo le dio completo acceso a su boca.El cuerpo de Sienna se estremeció al sentir la lengua de Hasan, saquear su interior, tocar cada rincón de su cavidad, deleitándose en ella. Llenándola de un deseo voraz que corría por su cuerpo como pólvora hasta llegar a su centro, deseosa de explotar por el placer que sabía que solo Hasan podía darle, pues era él, el único que conocía su cuerpo.Un sonoro gemido escapó de los labios de Sienna que envió al cuerpo de Hasan todas las señales para no detenerse y él no pensaba hacerlo. Hasan arrastró el cuerpo de Sienna hasta la cama, depositó su cuerpo sobre las finas sábanas y se recostó sobre ella, dominando el beso, tocando el perfecto cuerpo de la muchacha bajo aquella holgada bata.Hasan ardía en deseo como aquella primera vez que deseó a la joven con tan solo verla, era algo que él no podía explicar, no era un hombre que se dejara llevar por sus bajos
Sienna se quedó de piedra y por un momento no supo qué hacer o que pensar. Bien podía retirarse sin que la pareja se diera cuenta de que los había sorprendido o también podía interrumpirlos y evitar una tragedia, pues si alguien más los veía podían estar en grandes problemas.«¡Hasan!»Cuando Sienna pensó en su marido, un sinfín de escenarios se abrió paso por su mente y ninguno que pudiera tener un final feliz. Sienna dio un paso atrás chocando con la puerta y haciendo el ruido que deseó no hacer, captando la atención de Assim y Jenna.La pareja miró con terror a Sienna parada junto a la puerta, el cuerpo de Jenna tembló con violencia y sus ojos se llenaron de lágrimas debido al miedo.—¡Sienna!—¡Señora!La pareja gritó al unísono, pero Sienna giró sobre sus pies y salió de la habitación, la joven no sabía si lo hizo para escapar o para sacar a Jenna de la habitación, ella tenía que seguirle de alguna manera, ¿verdad?—¡Sienna, espera! —la escuchó gritar y sus pasos aproximarse a el
Mientras tanto, y con varios días de ausencia, Farid volvió al palacio de sus padres, había retrasado el momento tanto como pudo, sin embargo, no podía darse el lujo de que Zaida supiera que estaba en la ciudad desde días atrás y menos que descubriera que la razón era una mujer extranjera.Pensar en Callie le hizo suspirar discretamente antes de aparecer delante de su madre, Zaida lo esperaba impaciente, anhelaba encontrar una solución pronta, al tema de Sienna Mackenzie.—Madre —saludó, haciendo una ligera reverencia.—¡Farid! —expresó Zaida al ver regresar a su hijo, su voz estaba llena de esperanza más que de emoción.—Lamento mi demora, madre —respondió.—No importa, no importa. Sé que tu misión no debió ser nada fácil, pero estás de regreso y yo muero por conocer las noticias que me traes —expresó mostrando su ansiedad.Farid asintió.—¿No vas a ofrecerme algo de beber? —le preguntó al ver a Zaida parada delante de él.Zaida se impacientó, pero no lo demostró y ordenó a una de su
«¿Tu esposa?»La pregunta de Jahir hizo tensar cada músculo y tendón en el cuerpo de Hasan, la manera que su primo miraba a Sienna era molesto y provocador.—Ella es Sienna Rafiq —respondió él más por educación que por cortesía, Jahir no era su persona favorita.Jahir se puso de pie, hizo una ligera inclinación ante Sienna, un saludo que ella tuvo la cortesía de responder, pero la mano de Hasan se lo impidió.—No lo hagas —susurró.Sienna no comprendía nada de lo que estaba pasando y menos de la tensión que manaba del cuerpo de Hasan, aun así, obedeció.—Por favor, tomen asiento —pidió Ayad, totalmente ajeno a la rivalidad que existía entre los primos. Al fin de cuentas, él era un hombre de negocios y el bienestar de su gente era lo más importante.Hasan ayudó a Sienna a sentarse y la colocó a su lado derecho, ya que Jahir estaba a su izquierda y por nada del mundo iba a su esposa al alcance de su primo.Jahir sonrió, era evidente que su presencia no era bien vista por su primo, pero
Los siguientes días fueron para Sienna lo más parecido a una luna de miel, aunque no había vuelto a intimar con Hasan, disfrutaba cada oportunidad que tenía para aprovechar su compañía. Así también lo acompañó a varias actividades a las que fueron invitados y él no tuvo ningún inconveniente con presentarla como su legítima esposa.Sienna no solo compartía el tiempo con Hasan, también compartió algunas de sus ideas y la inquietud de abrir su propia ensambladora en Abu Dabi, una oportunidad de crecer fuera y dentro de sus fronteras. Algo que Hasan no había pensado, puesto que él era un inversionista y aprovechaba las mejores ofertas del mercado. Compraba desde pequeñas cantidades de acciones hasta empresas completas y dejaba a cargo a personas capaces de manejarlas. Todo lo contrario de Sienna, por su trabajo hecho en los últimos años al frente de la ensambladora Mackenzie, podía decir que su esposa sabía muy bien del tema y de lo que hablaba.—¿Una extensión de la corporación Mackenzi
El cuerpo de Sienna chocó contra la fina y bonita madera de la puerta, no sabía cómo había hecho para volver al hotel y mantener sus manos apartadas del cuerpo de Hasan y tampoco le interesaba saberlo, pues los labios de Hasan le robaban todo pensamiento y sus caricias todo razonamiento.Sienna gimió al sentir la fuerte rodilla de Hasan colarse entre sus piernas. La túnica era una mala cosa, pero Hasan no tuvo ningún reparo en subirla hasta su cintura y dejar expuestas sus largas y esbeltas piernas, mientras dejaba un sendero de caricias con la yema de sus dedos, haciendo que un escalofrío recorriera el cuerpo de Sienna y deseara más de lo que recibía.Hasan profundizó el beso, enredó la lengua con la de Sienna, saqueó la boca femenina, mientras la joven enredó sus dedos en los cabellos cortos del hombre, atrayéndolo mucho más a ella.Sienna sintió el mismo deseo que muchas noches atrás, la misma pasión corrió por sus venas como lengüetas de fuego, como si la sangre se convirtiera en