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—¡¿Qué estás diciendo, Mandy?! ¿Me traicionaste?Ella negó, asustada.Denver quiso irse, y ella caminó detrás de èl.—¡No sabía que era tu primo! No sabía que fue el hombre que te traicionó. Lo conocí en mi viaje, lo siento, Denver.Denver se detuvo, la miró.—Dices que fue en el viaje, no sabía quién es èl, ¿por qué me lo dices hasta ahora?—¡Porque me daba vergüenza que supieras que estuve con ese hombre solo porque…! Lo siento, Denver, fue seducción, fue estúpido.Denver bajó la mirada.—Nunca voy a juzgarte por tu vida íntima, Mandy, es tu vida, pero lo único que diré es que ese hombre no te conviene, es malo, te hará sufrir, no importa si ya se está divorciando, créeme, ¡Mattias no ama a nadie!Mandy hundió la mirada, las lágrimas volvieron a caer.Denver sintió miedo, levantó su barbilla, mirò sus ojos.—¿Te enamoraste de Matt, Mandy?Ella titubeó, no respondió, y Denver la abrazó.***Matt llegó a la mansión, buscaba a Mandy. Estaba desesperado.Encontró a Vania.—Amor.Matt ret
—¿Qué estás diciendo? —preguntó Denver desconcertado.Matt sacó su móvil y mostró la grabación a Denver. Su madre intentó quitarle el teléfono, pero Denver, más hábil y fuerte, lo alzó y la alejó.—¡¿Por qué nos has hecho esto, Matt?! ¡Eres un maldito traidor! —exclamó su padre—. Te hemos dado todo lo que eres.—Sì, todo lo que soy, solo un ser oscuro y cruel, entonces hubiese preferido nada, no tener padres adoptivos y vivir en la miseria.Los ojos de Denver se abrieron enormes al ver ese video. Mandy estaba a su lado, se miraron conmocionados.Denver llamó a los empleados.—¡Llamen a la policía! Y no dejen que estos hombres escapen.Martín corrió hacia el despacho y se atrincheró ahí como un niño pequeño, mientras Flor suplicaba que abriera la puerta.—¡Voy a matarme! —gritó Martín.—¡Padre! —gritó Matt, asustado.Mandy se acercò a èl.—No creas en este chantaje, Matt, èl no va a matarse, no tiene el valor.—¡Eres un desgraciado, Denver! —exclamó Flor mirándolo con ojos llenos de ra
Denver llegó a la comisaría, presentó las pruebas. Sabía que ahora sus tíos irían presos.Respiró profundo. No podía creer como alguien podía ser capaz de tanta maldad solo por algo de dinero.Pensó en Abigail.«Era inocente, y yo la culpé sin siquiera pensarlo. Es porque aún me duele el daño que me hizo en el pasado. Pero, Abby es inocente, debo ayudarla, incluso si sigo odiándola», pensó.El abogado de Denver consiguió que le otorgaran la libertad a Abigail y ambos fueron hasta la prisión.Prisión.Abigail estaba en su celda, fue la hora de comida, pero como era común, a las nuevas reclusas no las dejaban comer, las otras presas le robaban la comida.Sabía que soportaría el hambre. Al menos podía leer un libro, cuando unas reclusas entraron.Ella sintió miedo.—¡Sujétenla! —dijo una de ellas.Abby quiso escapar, pero fue tomada de los brazos con fuerza. Ella gritó pidiendo ayuda a las celadoras, pero no parecían estar por ahí.Una mujer sacó un cuchillo, los ojos de Abigail se abri
Denver dio un paso atrás, mirò a la mujer.—¿Y por qué debo creerte?—¿No lo hicieron en el pasado? —exclamó Vania.Denver dudó, era cierto para él, pero algo había en Vania, algo en su mirada que la hacía odiarla. Ella nunca fue a estudiar en el internado, no era tan lista como Abby para eso, y Vania siempre lo trató mal. En cambio, Abigail apenas y veía sus ojos, parecía tímida, pero nunca fue mala o cruel, y la última vez que lo vio en la fiesta de despedida, antes de ir al internado, incluso accedió a bailar con èl, ella no se burló, le enseñó como bailar, fue tan dulce, que Denver creyó que tenía una oportunidad en su corazón.—¡Tú también has sido mala conmigo y con todos en el pasado! Una mentirosa total, ¿por qué debo creer en tus palabras?Denver se apartó del camino y Vania maldijo entre dientes.«Debo hacer algo», pensóMandy caminó hasta la sala de espera y ahí estaba Abigail.—¿Sabes algo sobre Matt?Mandy mirò su rostro.—¿Aún lo amas? ¿A pesar de la mentira?Abigail se q
«Este hombre ha jurado odiarme toda su vida, pero me besa de esta forma. ¿Qué quieres de mí, Denver? Si eres el hombre de esas cartas, si me besas como si me amaras, ¿Por qué me haces sufrir?», pensóDenver detuvo el beso, se quedó frente a su rostro unos segundos, con los ojos cerrados, recuperaba el aliento.Aún aspiraba su aroma, alejarse, le dolía, pero al recordar el supuesto engaño, se daba fuerzas.Abrió los ojos y mirò su hermoso rostro. Abigail tenía cara dulce, como una niña ingenua, incapaz de romper un plato, pero Denver creía que ella podía incluso quemar una casa, como estaba ahora mismo quemando su cuerpo.Humedeció sus labios con sensualidad, mientras aún miraba su rostro y sus labios.—Juro que, si intentas alguna artimaña, vas a pagarlo, Abigail.Ella no dijo nada, se quedó estoica, èl no podía entenderla.La soltó de entre sus brazos.—Ahora vete, pero ¿Sabes qué? Vuelve a la oficina, si es que quieres que siga pagando algo de tu padre.Ella le mirò con esperanza.—¿
—¿Qué haces, Abigail? —exclamó al ver los tirantes finos de su sostén blanco.—Salva a mi padre, por favor, ¡te lo suplico!Denver se acercò a ella, su dedo pulgar, limpió sus lágrimas, se miraron fijamente, èl descendió la mirada a sus labios, los deseaba como cada día.«¿Aún ahora, Denver? ¿Aun tu corazón late por ella?», pensó.Él se alejó antes de perder el control.—¡Vete, Abigail!—¡Por favor! No tengo a nadie a quien más acudir, ten piedad.—¡Está bien! Ayudaré a tu padre, pero ahora vete de aquí, no quiero verte, no lo soporto.Abigail lo mirò.—¿Tanto me odias?Él se giró para no mirarla.«¡Te odio, Abby! Pero, ahora temo no resistirme a ti», pensó al sentir su hombría latiendo por ella.Abigail se arregló la ropa y salió rápido.Estaba más tranquila.Denver decidió pagar el tratamiento completo del padre de Abigail.Abigail recibió la noticia de su madre más tarde.—¡¿Qué dices?! ¿Es verdad?Abigail colgó la llamada y decidió ir a buscar a Denver.Ella lo encontró en el esta
Denver estaba en el pasillo, desesperado.«¿Qué le pasa a Mandy? Ahora ella es mi familia, ¡no quiero perderla!», pensó.El doctor apareció.—¿Cómo está?—Ella está bien, ya tenemos los análisis de sangre, venga conmigo.Denver siguió al doctor.—Ya hablé con la paciente, está sana, pero debe alimentarse bien. Su desmayo se debe a su estado, no es algo muy normal, pero no pasará si se alimenta bien.—No entiendo, ¿qué estado? —exclamó Denver confuso.—Su embarazo.—¡Embarazo!Denver se quedó perplejo, luego sintió que una rabia lo invadía.—Necesito ver a Mandy.El doctor le permitió verla, y él caminó hasta ahí.Al entrar a la habitación, Mandy tenía la mirada baja.—¿Cómo te sientes?Ella asintió.—Bien.—Mandy… ¿¿Ese hijo que esperas es de…?—Sì, Denver, este hijo es de Matt.Denver sintió rabia; una inexplicable, salió de ahí dando un portazo en la puerta que asustó a Mandy.«¡Maldito Denver, no lo mereces, no mereces ser un padre! Tú solo has hecho daño, los traidores deben de pa
Abigail llegó a casa, había ira ardiendo en su interior. Denver la odiaba por algo que ella no había hecho y era lo suficiente terco y cruel para no dejar que alguien le abriera los ojos.Además, su padre estaba muriendo, sin importar todo lo que se había humillado por salvarlo.«No es justo. La vida nunca ha sido justa conmigo, siempre Vania fue la favorita, solo porque su nacimiento fue complicado, y yo fui dejada de lado. Luego, ella conspiró en mi contra para que mi destino fuera despreciable, y ahora tengo que seguir en la miseria por su misma culpa», pensó con rabia.Estaba en casa, su madre le había ordenado hacer limpieza. Ya no podían pagar a quien antes hacía los quehaceres de la casa y para ahorrarlo, ahora ella debía hacerlo.Sin embargo, los ruidos que la mujer escuchó a continuación le helaron la sangre, y enrojecieron su rostro.Su corazón latió tan rápido, ¿Acaso algunos pervertidos se metieron a casa?Tuvo miedo, iba a llamar a la policía, pero pensó en Vania.«¿Será c