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Abigail llegó a casa, había ira ardiendo en su interior. Denver la odiaba por algo que ella no había hecho y era lo suficiente terco y cruel para no dejar que alguien le abriera los ojos.Además, su padre estaba muriendo, sin importar todo lo que se había humillado por salvarlo.«No es justo. La vida nunca ha sido justa conmigo, siempre Vania fue la favorita, solo porque su nacimiento fue complicado, y yo fui dejada de lado. Luego, ella conspiró en mi contra para que mi destino fuera despreciable, y ahora tengo que seguir en la miseria por su misma culpa», pensó con rabia.Estaba en casa, su madre le había ordenado hacer limpieza. Ya no podían pagar a quien antes hacía los quehaceres de la casa y para ahorrarlo, ahora ella debía hacerlo.Sin embargo, los ruidos que la mujer escuchó a continuación le helaron la sangre, y enrojecieron su rostro.Su corazón latió tan rápido, ¿Acaso algunos pervertidos se metieron a casa?Tuvo miedo, iba a llamar a la policía, pero pensó en Vania.«¿Será c
Denver bajó la pistola.—¡Vete, Abigail! No vuelvas, ni a la empresa, ni a mi vida, ni a nada, ¡no quiero volver a verte, nunca!Ella tragó saliva y asintió.Dio la vuelta, y salió de ahí.Denver mirò a Matt.—¡Y tú también te vas! ¡Vete ya mismo de mi casa, Mattias! No quiero verte.Matt le miró y sonrió.—Bien, haz lo que quieras, si quieres ser un imbécil, si quieres ser un ignorante de tu propia verdad, entonces que así sea.Matt intentó caminar, pero se detuvo.—En el fondo, no mereces el amor de Abigail, no mereces a nadie, Denver.Denver le mirò con rabia. Matt se fue.Mandy mirò a Denver.—¡¿Qué te pasa, Denver?! Dime, ¿Quién eres?Denver no dijo nada, pero Mandy podía ver su dolor y lo abrazó.—Déjala ir, si eres incapaz de creer en ella, si no eres capaz de perdonar.—Mandy…Ella mirò sus ojos llorosos. Denver sufría por el veneno en su alma, y Mandy lo abrazó.Matt los mirò por la ventana.«Ella ama a Denver, es mi castigo, ver a la mujer que amo con otro», pensó, tomó su ma
El beso de Matt hizo arder la pasión en Mandy. Ella no pudo, ni quiso detenerlo.Cuando la depositó en la cama, sus ojos se encontraron; por un instante, ella esperó.—Matt. Yo…—No. No me digas que te casarás con èl, primero muero antes de permitir que estés con un hombre que no amas, incluso si ayer te hubiese conocido. De todas formas, te amaría, por favor, Mandy, no cometas el peor error. He cometido los míos, pero lo dije, por ti será un buen hombre.Él acarició su rostro, había tanta ternura y pasión mezclada en su mirada, ella no pudo decir nada, y tenìa mucho que decir.Recibió ese beso apasionado, y su piel se calentó.Sintió cómo las manos hábiles de Matt quitaban sus ropas, poco le importó, porque lo deseaba tanto, lo deseaba con su corazón.Cayeron en la cama.—Quiero hacerte feliz; sé que donde estoy no es el paraíso, sé que no soy un ángel, Mandy, pero al menos ahora aprendí quién soy.—¿Quién eres, Matt? —exclamó acunando su rostro.Él sonrió.—Soy un hombre que conoció
—¿Esto es real? —exclamó AbbyÉl sonrió.—Claro que lo es, la verdad, me he vuelto loco, el odio, la venganza, me han consumido, Abby, estoy cansado, no quiero ser ese hombre, nunca fui èl, así que, quiero simplemente dejarlo ir.—Denver, déjame contarte mi verdad.Él siseó y negó.—No quiero saber nada del pasado hoy, Abby, por favor, hoy quiero tener paz. Al menos este día, quiero que tú y yo hablemos como si apenas nos conociéramos, como dos desconocidos.Abigail le mirò confusa, pero sonrió, tenìa sentido para ella.—Mañana es tu boda.Denver hundió la cabeza, y asintió despacio.—¿Mandy sabe qué estás aquí?—Sì, no tengo secretos con ella, la conocí en un momento vulnerable, ambos estábamos muy heridos, hemos salido juntos con la misma fortaleza.—¿La amas? Es obvio no…—Es un amor de amigos, solo un amor bonito.Abigail sintió que sus palabras encajaban un puñal en su corazón; era peor que sentir sus humillaciones.«Aún amo a quien escribió esas cartas, y hoy Denver se parece tan
El beso fue apremiando como agua, ardiendo a fuego lento; sintió su lengua adentrarse, ávida para acariciar la suya.Las manos de Denver aferradas a su cintura.Quería detenerlo. Debía detenerlo, pero cuando el beso se detuvo y abrió los ojos, esa mirada la dominó, ya no pensaba con claridad, estaba hechizada por el hombre que ahora mismo se quitaba la camisa.—Denver, yo…Él siseó, puso su dedo sobre sus labios.—No digas nada, solo déjate amar. Llevo soñando con esto, tanto tiempo. Si quieres romper mi corazón, solo di que nunca me amaste, solo dime que te irás, entonces estaré como cuando me dejaste, roto, pero si me amas, incluso un poquito, repárame con tus besos.Sus manos envolvieron su cintura, no fue capaz de decirle nada. Sus labios tomaron posesión de los suyos, esta vez con pasión y ardor. La ambición de sus caricias incrementó, ella tuvo miedo, pero se sentía tan bien para estar mal.Besó su cuello, y la sensación refrescante golpeó su mente. Él descendió los tirantes de
Cuando Mandy abrió los ojos, salió de la cama, sonrió al ver a Matt, tocó su vientre, ella esperaba un hijo suyo, ni siquiera se lo había dicho, debía hacerlo. Pero, ahora solo pensaba en Denver, debía decirle la verdad, debía dejarlo.«No quiero que sufra, pero sigue sufriendo, ¿Por qué Denver está tan lleno de dolor?», pensóMatt abrió los ojos, sonrió al verla.—¿Estás bien?—Debo ir con Denver.Sus palabras hicieron que el soponcio abandonara al hombre, y diera un salto para salir de la cama.—Dime que no te casarás con él, Mandy, mi corazón no lo soportará.Ella sonrió, negó.—No puedo casarme con un hombre que no amo —dijo—¿Y me amas a mí?Ella sonrió.—Solo a ti.Él sonrió ilusionado.Matt se levantó, abrió un cajón.—¿Qué haces?—Es hora de enfrentar mis errores, y de enfrentar a Denver con la verdad.Mandy frunció el ceño, se acercò y observó que sacaba una caja de madera.—Solo espero que pueda creerlo.***Denver estaba sentado cerca del alféizar de la ventana, no había dor
Abigail llegó a casa, desesperado, abrió la puerta y vio a Vania y su madre abrazadas.—Llegas tarde, papá murió —dijo Vania.Abigail rompió en llanto.—¿Dónde dormiste, mujerzuela? —reclamó Vania.—¡Ya basta! —exclamó la madre—. No ven que estoy sufriendo.Abigail quiso abrazar a su madre, y ella dio un paso atrás.—Ahora no quiero nada.Abigail se sintió destrozada, necesitaba ese abrazo tanto, y su propia madre se lo negó.—¿Y por qué lloras tanto, Abigail? ¡No tienes derecho a llorar! ¡ÈL no era tu padre!Los ojos de la madre se abrieron enormes.Abigail mirò a Vania con estupor, eran como si cada palabra de esa mujer fuera un puñal diferente que se clavaba en su espalda.—¿Qué dices?—¡Vania! —exclamó su madre—¿Es verdad? —cuestionó Abigail.Su madre no dijo nada, hundió la mirada.—Claro que es verdad, mi madre te tuvo antes de conocer a papá, pero tu padre no quiso hacerse cargo, los abuelos iban a cuidarte, pero murieron antes, por eso, papá tuvo que asumir tu cuidado, pero è
POV Denver ¿Cómo pude convertirme en un monstruo? Era la víctima y lo arruiné todo.He destruido a la mujer que amé. ¿A dónde te has ido, Abby? Nunca volverás.Lo merezco, te destruí, hice todo por hacerlo. Y no merezco perdón, cuando yo mismo no perdoné.La conciencia me pesa como una losa en mi cabeza. Y te amo, sì, aún te amo, incluso si mi amor es malo, sigo pensando en ti.Veo las cartas, cada una de ellas están en mi suelo, la primera que te escribí y tu respuesta.¿Quién diría que un momento de dulzura se convertiría en hiel? ¿Quiénes fueron los malditos que crearon un infierno en nuestro paraíso?Las lágrimas rebotan por mi cabeza, me aferró a mi corazón herido, preguntándome de qué sirve que me lamenté, jugué con fuego, ayer te quemé, hoy me quemé.Mis manos tiemblan al tomar la primera carta de amor que te escribí, Abigail, aún lleva ese nombre mentiroso escrito, con una letra que finge ser la mía. Se me quiebra la voz de pensar lo que nos hicieron pasar, pero me quiebro aún