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Ashton fue hacia ella, la sujetó de los hombros, no era una situación violenta, pero la tomó por sorpresa, ella quiso alejarse, él no lo permitió. —¿Me olvidaste? Dime, cariño, ¿De verdad ya no me amas? —Ashton Miller, ¡déjame en paz! —exclamó El hombre la miró con tristeza. —¿Lo amas a él? Él nunca te va a amar, hay una verdad sobre Bradley, cariño, eres muy ingenua, si crees que él te ama, ¿sabes por qué se murió su prometida? Él la volvió una chica insegura, nunca le dijo que la amaba, nunca le quiso poner fecha a su boda, ahora tú eres el reemplazo de esa mujer, eres parecida a ella, ¿lo has notado? —¡Cállate! —exclamó furiosa, quiso alejarse, pero él la sostuvo esta vez con más fuerza. —¡Betty, él solo te usará! Él no sabe amar, ¿sabes por qué Clarisse estaba tan enojada cuando te encontró con él? Ella le miró con ojos pequeños e intrigados. —¿Cómo lo sabes? Ah, es que ella ya fue a ocupar tu cama, ¡qué novedad! —dijo con ironía —No, ella me lo contó porque sí, para que l
Ashton salió a toda prisa, tenía lágrimas en los ojos, su corazón estaba oprimido, una rabia lo dominaba, levantó la mirada y lo vio fijamente a los ojos. Se acercó a él. Bradley se puso ante él. —No creas que has ganado, ella nunca será tuya, me ama a mí, fue mía, es mía, yo fui su primer hombre, así que cada vez que la toques, te comparara conmigo. Bradley se echó a reír. —No has cambiado en nada, Ashton Miller, siempre siendo un minúsculo hombre que teme ser comparado, no sé tú, pero, cuando yo hago el amor, me concentró en hacer feliz a mi pareja, tanto que, dudo mucho que recuerde a ningún otro hombre, pero, comprendo que tu frágil masculinidad no lo entienda. Ashton le dio un puñetazo en la mejilla que lo hizo caer. Bradley se echó a reír, se levantó, y le dio un golpe. —¡Bradley! —gritó Betty y corrió al verlo herido, pero notó que Ashton tenía un golpe igual en el rostro. —¡Déjanos en paz, Ashton! —Mientras yo viva, ustedes no serán felices, lo juro. El hombre se ale
—¡¿Tú que, demonios, haces aquí?! —exclamó Anya furiosa de verla ahí. Sus ojos se encontraron, Bianca desvió la mirada a Emerson que estaba realmente nervioso, ella esbozó una sonrisa. —¿Por qué? ¿Crees que no puedo estar aquí? Como todos he pagado mi entrada. Anya la mirò intrigada. —Ah, ¿sì? Y cuéntanos, ¿a qué nuevo rico estás llevándote a la cama? Ya que esa es tu afición favorita. Bianca la miró con rabia, luego esbozó una sonrisa sarcástica. —Es un secreto, si supieras, te aseguro que estarías muy sorprendida —dijo con mofa, miró a Emerson, luego dio la vuelta, se alejó. Emerson tragó saliva, en verdad sintió temor. —¡Es una descarada! No le hagas caso, Emerson, solo quiere hacernos enfadar. Emerson volvió al presente, asintió. Apenas entraron, Anya fue apartada de Emerson, las mujeres de alta sociedad la requerían, y fue con ellas. Emerson buscó a Bianca con la mirada. «Debo callarla y sacarla de aquí, no puedo permitir que siga lastimando a Anya», pensó. Emerson to
Betty sintió la mano de Bradley tomarla. —¿Me concedes esta pieza de baile? Ella sonrió, asintió. Fueron a la pista, bailaron con gracia y soltura, eran solo ellos dos, incluso si la pista estaba repleta; a ella le gustaban los ojos de Bradley, tenían un color que le recordaban a las olas del mar, y su sonrisa, ¡oh, su sonrisa! Era tan dulce y seductora, que sentía que podía derretirse ante ella. El baile finalizó, detrás de Bradley vio a ese hombre, aunque quiso evitarlo, sintió una opresión en su pecho. Ashton estaba ahí de la mano de Clarisse, cuando Bradley se giró a ver, esbozó una sonrisa cínica. —Este hombre es detestable —sentenció Bradley. De pronto, la mayoría de las personas ahí miraron sus teléfonos, hicieron gestos, como si estuvieran conmovidos por algo, luego miraron a la pareja con ojos severos. —¿Qué pasa…? —murmuró Betty con angustia —Son tan descarados, se atrevieron a venir juntos, cuando son unos traidores —rumorearon dos mujeres. Betty y Bradley se mirar
Hank bajó del auto, miró a todos lados, estaba realmente asustado. Llamó a Emerson, pero él no respondió. *** Anya corría por una calle, lejos de ahí, no le importaba que era la medianoche, tampoco que no conocía esos rumbos. No tenía a donde ir, pero algo estaba roto en su corazón, algo estallaba en su alma; era una furia, era un dolor, humillación y tristeza, solo quería llorar, que nadie la viera, solo quería escapar. Miró atrás las luces cegadoras de un auto, corrió de nuevo, parecía una loca, pero poco le importaba, si era Emerson quería huir de èl. Luego caminó despacio, si era él, al menos quería hablar, quería reclamar, quería luchar, se detuvo un segundo, las luces se apagaron, estaba al lado de un puente peatonal, escuchó los pasos, pensó que era Emerson. Las lágrimas rodaron, cuando lo sintió muy cerca, estuvo a punto de girar, sintió un fuerte golpe en la cabeza. Lanzó un quejido, pero cayó al suelo, tocó su cabeza que dolía, había sangre, cerró los ojos, el mareo nu
Emerson llamó a Beatriz, cuando ella escuchó la llamada y respondió, se sorprendió de sus palabras. —¡¿Cómo es que no sabes dónde está Anya?! ¿Es que pelearon? Dime, Emerson, ¿Dónde está? ¿Qué le hiciste? —estalló rabiosa —Lo siento, Betty, no tengo tiempo para discusiones burdas, ahora solo me interesa localizar a Anya. Emerson colgó la llamada. Betty lo maldijo entre dientes. —¿Qué pasa? —Emerson no encuentra a Anya, tengo miedo de que algo malo haya pasado por mi culpa, Bradley, las cosas que dije. Él siseó. —Esto es culpa de Emerson, Anya estará bien, más vale que Emerson asuma sus acciones, él decidió casarse con Anya, dijo que era su hermanastra, que quería a una mujer que nunca lo traicionara, ¿no? Bueno, debió pensar en no dañar a Anya, su actuación es cobarde, se lo diré en cuanto lo vea. Betty asintió. Él acunó su rostro, estaban en el salón principal. —No quiero que te culpes por cosas que no son tu responsabilidad. Betty, ¿Quieres ir con la terapeuta que yo voy? E
Emerson no pudo hacer nada, vio como ese hombre subía a Anya a su alcoba. Hank solo hundió la mirada. Emerson pidió a Hank que llamara a la policía y dijera que su esposa ya estaba en casa. Subió a toda prisa la escalera. Encontró al hombre sentado en la cama, frente a Anya. —Gracias por salvarme, Dennis. —Piensa en lo que te dije, soy tu incondicional, estaré contigo siempre, Anya, solo quiero verte feliz, lo mereces. Anya sonrió, alcanzó a ver a Emerson ahí, como una sombra en el umbral de la puerta. Ella acarició el rostro de Dennis, solo un ligero roce en sus mejillas, que lo llevó casi a la gloria, él era como un gatito que se estremecía con una caricia. Emerson apretó sus puños con rabia, sintió que se quemaba por dentro. Entró. —¡¿Interrumpo?! —su voz casi era un grito. Anya detuvo la caricia —Gracias, Dennis, nos vemos mañana. Él se levantó, se alejó, miró a Emerson a los ojos. —Bien, debo irme, no me agradezcas mucho, yo todo lo hago por Anya. Dennis siguió el
Emerson bebía en su despacho, tenía ojos rojos, y un semblante derrotado. Hank entró ahí y lo observó. —¿Estás bien? —Quiere el divorcio —dijo con una voz débil—. Mi Anya quiere el divorcio, quiere dejarme. Bebió todo su vaso de whisky, Hank se acercó a èl. —Bueno, la has dejado abandonada a medio camino, ¿Qué esperabas? —No quería hacerlo, pensé que el bebé moriría. —¿Y si no es tuyo, Emerson? Él arrugó el ceño. —Es mi hijo, y si no lo fuera, mataré a Bianca con mis propias manos. Hank sintió escalofríos. —Si Anya quiere irse, debes dejarla ir, alguna vez dijiste que anhelabas su felicidad, ¿no? Entonces, déjala ser feliz, incluso si no es contigo. Las manos de Emerson se volvieron un puño. —No puedo, ¡no puedo! No quiero, no soporto la idea de verla en brazos de otro, no soporto que esté lejos de mí. —¿Y por qué, Emerson? Hace unos días dijiste que no la amabas, ¿ahora vas a cambiar de opinión? Debes decidir que sientes por Anya, debes decidir si quieres salvar tu matr