Sara trabajó ardua y pesadamente esa mañana y tarde, debía presentar rápido la colección para la junta directiva y que fuera aprobada para así dar inicio a su comercialización, era un trabajo pesado pero su inagotable, su ayudante le facilitó el trabajo, Bob era un viejito alegre sonriente, dispuesto y muy atento, sabía que necesitaba Sara incluso antes de que ella lo supiera, una aguja, un hilo, alguna tela de encaje para probar cómo se veía sobre la tela, era un ayudante excepcional, incansable y muy paciente, pero también muy perceptivo.— la notó un poco distraída hoy, señora Sara — comentó el hombre. Sara se encogió de hombros, intentó atravesar el vestido con la aguja pero terminó clavándosela en la punta del dedo. Una gota de sangre carmesí afloró en las yema de su dedo y Sara lo presionó contra el pulgar para contener la pequeñísima hemorragia.— estoy bien, solo un poco estresada — la modelo de tallaje que tenían ahí llevaba unos 15 minutos con las manos levantadas y Sara not
Sara abrió la boca para contestar, pero ciertamente de ahí no salió ni una sola palabra. Volteó a buscar a Emiliano para que la ayudara pero se habían acumulado tantos periodistas a su alrededor que no lo vio.— ¿qué… qué preguntas? — murmuró, el periodista puso el micrófono casi dentro de su boca. Otra docena de micrófonos se posaron frente a ella. Muchas preguntas se alzaron al mismo tiempo, pero solo una fue lo bastante Clara como para que Sara pudiera entenderla.— ¿desde hace cuánto es la nueva diseñadora de Casa Monter? — Bueno, estoy trabajando para casa montera apenas hace unos días…— ¿Por qué la eligieron a usted? Nadie la conoce, no es una diseñadora popular, no es una diseñadora de alta costura. Casa Monter siempre se ha caracterizado por unos diseños impecables, ¿quién es usted? ¿de dónde salió? — Sara ladeó la cabeza.— Bueno, hice mi entrevista, presenté mis diseños a la junta directiva y les gustaron, estoy trabajando en los diseños… — se aclaró la garganta, esa entr
Toda la tarde terminó tranquilamente, excepto porque Mael no quiso salir de su habitación. Emiliano se sintió triste, pensó que tal vez su hijo querría darle nuevamente una oportunidad, pero luego cuando observó el carrito de control remoto que él le había regalado parqueado en una esquina lleno de barro sonrió, el niño había aceptado el juguete, Tal vez eso significará algo, ¿no? Mara era tímida, pero un poco más accesible, Sara lo dejó a solas con la niña en la sala Mientras ella los observaba desde la cocina, la niña era un amor, le recordaba un poco a su hermana Leticia. Tenía un carácter dulce, era tranquila y amable, le contó una historia interesante sobre cómo había logrado salvar una tarea a último tiempo, tenía las uñitas llenas de plastilina. Le enseñó las manos manchadas de pintura a Emiliano y él con un pañito húmedo le ayudó a limpiarlas. Era una sensación realmente extraña, a él nunca le habían simpatizado los niños, la verdad nunca había siquiera considerado el interac
Fue una mañana tranquila para Sara, ayudó a los mellizos a vestirse para la escuela, les dio un fuerte abrazo y un beso. Cuando la encargada de llevarlos a la escuela los recogió, no preguntó por qué Mael llevaba la corbata de Emiliano en su mochila, pero extrañamente aquello le alegró en el fondo, sabía que el niño necesitaba a su padre, ella lo sabía y le aterrorizaba que fuera tan terco como él, pero el niño comenzaba a ceder. Emiliano Parecía que podría llegar a ser un buen padre. Sofía se fue un poco más tarde de lo normal, según no tenía clase la primera hora, Así que cuando Sara salió hacia Casa Monter, se fue extrañamente feliz a pesar de lo que pasaba, de que Emiliano hubiese regresado a su vida y de que tuviera que compartir ahora sus hijos, se sintió extrañamente conforme, tenía un buen empleo, un buen pago, sus hijos estaban extrañamente felices. El remordimiento por habérselos ocultado a Emiliano comenzaba a desaparecer poco a poco, Parecía que las cosas comenzaban a enc
Sara ni siquiera había terminado de perder las fuertes emociones que había sentido con Luna hacia un minuto y ya otra nueva gama de emociones la embargada, se sintió incómoda y sucia por alguna extraña razón. Caminó hacia el asiento frente a su escritorio donde Lara le indicaba que se sentara y ella obedeció en silencio, la mujer se sentó al otro lado del escritorio en el asiento del visitante y se quedó mirándola fijamente.— Ya dime lo que tengas que decir — le dijo Sara muy incómoda por la situación y el silencio de la pelirroja.— creo que solamente hay un tema que nosotras tenemos en común. Emiliano. Mira, te seré honesta — comenzó a contarle la mujer — como sabes, mi familia es socia minoritaria de casa Monter, Y aunque nuestras acciones en la empresa no son tantas, son lo suficiente como para desestabilizarla si disolviéramos la sociedad. Eso era lo que papá quería, pero yo no. La única condición de que nosotros nos quedáramos con la empresa era que ambas familias se unieran en
Sara todavía se sentía abrumada y estresada, casi que había amenazado a Luna de muerte y tenía todo el cuerpo tenso, la visita de Mario no hacía más que aumentar esa tensión que tenía en el cuerpo, estaba segura que si el hombre lanzaba su veneno ella saltaría del escritorio y lo apuñalaría con el lápiz que tenía en la mano, pero el hombre caminó pacientemente y se sentó frente al escritorio donde hacía un momento estaba sentada Lara.— vi que mi cuñada salió de esta oficina, ¿que estaban haciendo? ¿le estabas explicando cómo le gustaba a mi hermano en la cama? — Sara apretó el lápiz con fuerza en la mano, tuvo que hacer un esfuerzo enorme para no apuñalar con fuerza la mano de Mario que estaba sobre el el escritorio, luego se asustó a sí misma. ¿Cómo podía estar teniendo esos pensamientos tan aterradores de apuñalar y matar? Soltó el lápiz que rodó por el escritorio y cayó cómicamente al piso. Mario lo observó detenidamente, luego lo tomó inclinando sobre la silla y dejándolo frente
En el auto, Emiliano no pronunció ni una palabra, a Sara aquello le pareció extraño, normalmente siempre tenía un tema de conversación o algo que reclamar, pero en ese momento estaba distraído, pensativo.— ¿todo está bien? — le preguntó Sara y Emiliano se encogió de hombros.— yo no debería contarte estas cosas — Sara entendía que el hombre tal vez necesitaba desahogarse, ella tal vez era la menos indicada, Pero ¿quién más? — ¿Y a quién más podrías contarle?— bueno, ¿recuerdas a mi amigo? El que quería manosearte en mi noche de despedida de Soltero — Sara se cruzó de brazos.— Cómo olvidar a ese idiota.— A él le cuento todo, pero está en un viaje de negocios.— Bien, entonces Cuéntamelo a mí. Sé que puedo ser la menos indicada, pero tal vez hablar te funcione — Emiliano se lo pensó por un largo rato, y ya casi estaban en casa cuando al fin suspiró.— Lara y yo habíamos decidido intentarlo, ¿sabes? Nuestro matrimonio no era más que negocios, pero ella Vino hace días a mi oficina y
Emiliano salió de casa de Sara despidiéndose con rapidez, no sabía qué querría Lara, pero imaginó que no era nada bueno, la mujer No había tomado de la mejor manera que él hubiese ocultado a sus hijos, ellos ya habían decidido tener una relación, intentar tenerla, y aquello había fracturado algo que Emiliano ni siquiera sabía que estaba ahí. La mujer se sentía traicionada, esa noche, literalmente durmió en el sofá. Lo único que Emiliano tenía en mente en ese momento era encontrar al maldito paparazzi que había revelado la identidad de sus hijos y clavarlo en una pared con clavos de 10 pulgadas, Pero tenía qué sosegar sus emociones, tenía mucha presión y estrés encima, así que debía calmarse. La ciudad estaba extra extrañamente vacía esa noche y Emiliano condujo con precaución. Había algo en el ambiente que no le parecía correcto, era una sensación estremecedora, como un mal presentimiento, olor a muerte decía su abuelo, así que subió los vidrios de su auto y encendió el aire acondic