— Aquí no está pasando nada — Se aseguró Sara de sonar muy segura de sí misma, pero la verdad es que no sabía qué tan segura había sonado. Dio dos pasos atrás alejándose de Mario y tomó el libro que se le había caído al suelo cuando el hombre entró — ya me iba.— ¿qué estaban haciendo aquí los dos solos? ¿que estaba pasando por qué discutían? — Mario se tornó los dedos y sonrió.— hermanito, es un gusto verte nuevamente Después de tanto tiempo, ¿hacía cuánto no nos veíamos? un año — Emiliano se cruzó de brazos.— Sí, a pesar de la cantidad de tiempo que estemos separados siempre es desagradable verte nuevamente — la relación entre ellos era abrumadoramente mala — ¿Qué estás haciendo en la oficina de Sara? — Mario se ajustó el traje, luego aflojó un poco la corbata.— simplemente venía a saludar a mi ex cuñada, la felicité por convertirse en la diseñadora de Casa Monter. Siempre fue una excelente diseñadora, veo que por primera vez desde que estás a cargo hace más de 10 años haces algo
Sara observó el rostro contrariado de Emiliano, arrodillado en el suelo, los ojos le brillaron, la actitud de Mael la había sorprendido, pero en el fondo no tanto. El niño era un niño inteligente y rencoroso, había visto a Emiliano molesto agrediéndola la noche en que se reencontraron, además de lo que había pasado con sus compañeritos hacía un par de años, lo había dejado marcado. No imaginó que Emiliano encontrara una forma en que el niño lo viera con otros ojos. Mara abrazó su muñeca con fuerza y miró al hombre arrodillado a su lado.— ¿En serio eres mi papi? — preguntó, Sara observó como Sofía desde la cocina se sorbía la nariz, era un momento íntimo y tenso para todos. Sara llegó con su hija y se arrodilló a su lado, luego la tomó entre sus brazos y la cargó sobre su regazo. La niña recostó la cabeza en el hombro de su madre sin apartar la mirada de Emiliano.— él es tu papi, mi vida — continuó Sara, la voz le tembló y esta vez si no quiso reprimir sus emociones, los ojos se le
Cuando Emiliano entró a la habitación, todo está en tinieblas. Estiró la mano a la pared hasta que encontró el interruptor de la luz y cuando lo encendió, encontró un lugar estrecho, lleno de juguetes y peluches colgados en las paredes, viejos y ajados. había posters del Hombre Araña y también de Superman. La habitación estaba dividida en dos, con dos pequeñas camas a los costados, la de Mara era Rosa, había posters de superheroínas y también de muñequitos agradables y coloridos, el lado de Mael extraño, aparte de los postres del Hombre Araña, había unas cuantas figuras de acción de superhéroes, por lo demás, pareció un poco simple y austero, como si el niño no le gustará mucho la decoración. Los juguetes estaban perfectamente ordenados, sobre una repisa junto a la cama, al contrario de los de su hermana que yacían por toda la cama. El niño estaba acostado boca abajo con la mirada hacia la pared, Emiliano se acercó y se sentó en la orilla, le temblaban las manos, no sabía Cómo actu
Sara espero en la sala muy tensa caminaba de un lado para otro sin saber qué era lo que estaba pasando pero trató de guardar compostura para que su hija, Mara no la notara de esa forma. La niña parecía contenta con su juguete, movía el osito en ambas direcciones, apretaba su colita y este la abrazaba, luego regresaba a su posición original. Era un bonito regalo.— Es un abrazo de papi, le dijo la niña y ella asintió.— Sí, es un abrazo de papi — cuando Emiliano salió de la habitación de los niños, Sara sintió que el corazón le latía con fuerza, el hombre parecía Derrotado, cansado, en su expresión había un poco de miedo, pero también de felicidad — Mara, ve al cuarto con tu hermano — le dijo, la niña se puso de pie y salió — ¿cómo te fue? — el empresario se encogió de hombros.— la verdad no lo sé, no quiso aceptar mi juguete — se lo tendió a Sara — imagino que cuando pase su conmoción lo querrá, ¿podrías dárselo de mi parte? — ella tomó el carrito entre sus manos y asintió — él es
Sara sintió un fuerte golpe en el pecho, no entendía ni siquiera por qué lo había sentido, ella sabía que Emiliano estaba casado, Ella sabía que compartía su vida ahora con su nueva esposa. Por un segundo pensó en cómo habían hecho la parte legal, Ya que ellos seguían casados, pero luego recordó El Poder y la influencia que tenía el hombre, era para él muy sencillo sobornar a un juez para que cancelara ese matrimonio. Los verdes ojos de la pelirroja se posaron en Sara, la miró de los pies a la cabeza con una extraña sensación en el rostro, no era rabia, pero tampoco precisamente era un gesto amistoso. Sara abrió la boca para contestar, pero fue Emiliano el que habló.— Claro que puedes venir cuando quieras, Lara — le dijo a su esposa, se veía visiblemente incómodo — ¿pero podrías hablarme antes? — la mujer se cruzó de brazos. — Claro que sí, te llamaré antes de venir siempre. ¿podemos hablar a solas? — le preguntó la mujer mirando directamente a su esposo y ni siquiera desvió la mi
Sara trabajó ardua y pesadamente esa mañana y tarde, debía presentar rápido la colección para la junta directiva y que fuera aprobada para así dar inicio a su comercialización, era un trabajo pesado pero su inagotable, su ayudante le facilitó el trabajo, Bob era un viejito alegre sonriente, dispuesto y muy atento, sabía que necesitaba Sara incluso antes de que ella lo supiera, una aguja, un hilo, alguna tela de encaje para probar cómo se veía sobre la tela, era un ayudante excepcional, incansable y muy paciente, pero también muy perceptivo.— la notó un poco distraída hoy, señora Sara — comentó el hombre. Sara se encogió de hombros, intentó atravesar el vestido con la aguja pero terminó clavándosela en la punta del dedo. Una gota de sangre carmesí afloró en las yema de su dedo y Sara lo presionó contra el pulgar para contener la pequeñísima hemorragia.— estoy bien, solo un poco estresada — la modelo de tallaje que tenían ahí llevaba unos 15 minutos con las manos levantadas y Sara not
Sara abrió la boca para contestar, pero ciertamente de ahí no salió ni una sola palabra. Volteó a buscar a Emiliano para que la ayudara pero se habían acumulado tantos periodistas a su alrededor que no lo vio.— ¿qué… qué preguntas? — murmuró, el periodista puso el micrófono casi dentro de su boca. Otra docena de micrófonos se posaron frente a ella. Muchas preguntas se alzaron al mismo tiempo, pero solo una fue lo bastante Clara como para que Sara pudiera entenderla.— ¿desde hace cuánto es la nueva diseñadora de Casa Monter? — Bueno, estoy trabajando para casa montera apenas hace unos días…— ¿Por qué la eligieron a usted? Nadie la conoce, no es una diseñadora popular, no es una diseñadora de alta costura. Casa Monter siempre se ha caracterizado por unos diseños impecables, ¿quién es usted? ¿de dónde salió? — Sara ladeó la cabeza.— Bueno, hice mi entrevista, presenté mis diseños a la junta directiva y les gustaron, estoy trabajando en los diseños… — se aclaró la garganta, esa entr
Toda la tarde terminó tranquilamente, excepto porque Mael no quiso salir de su habitación. Emiliano se sintió triste, pensó que tal vez su hijo querría darle nuevamente una oportunidad, pero luego cuando observó el carrito de control remoto que él le había regalado parqueado en una esquina lleno de barro sonrió, el niño había aceptado el juguete, Tal vez eso significará algo, ¿no? Mara era tímida, pero un poco más accesible, Sara lo dejó a solas con la niña en la sala Mientras ella los observaba desde la cocina, la niña era un amor, le recordaba un poco a su hermana Leticia. Tenía un carácter dulce, era tranquila y amable, le contó una historia interesante sobre cómo había logrado salvar una tarea a último tiempo, tenía las uñitas llenas de plastilina. Le enseñó las manos manchadas de pintura a Emiliano y él con un pañito húmedo le ayudó a limpiarlas. Era una sensación realmente extraña, a él nunca le habían simpatizado los niños, la verdad nunca había siquiera considerado el interac