El odio entre Elena y el rey era evidente, y la conversación no hacía más que sumergirla en una atmósfera cargada de resentimiento. Pero Elena, sin dejarse intimidar, mantuvo su postura, sin dar paso al miedo ni a la frustración que comenzaba a formarse en su interior.—¿Que acabas de decir padre?—la indignación invadió a Hades, mientras intenta contener su ira, su hermano que está casado con dos mujeres no objeto para que Elena sea la tercera más bien pudo notar una sonrrisa desagradable como si fuera él el que ha insinuado esa barbaridad. Y no solo planean alejar a Elena para que se case con su hermano, encima quieren que Hades no reconozca a su hijo como suyo, todo por los malditos planes de su padre.—Lo que sea que haya planeado, su majestad, no lo aceptaré —dijo Elena, mirando al rey con dureza—. No voy a dejar que nadie interfiera en mi relación con Hades. Creo que he sido más que clara con esto, solo espero que cuando la señorita Iris cancele el compromiso, nos dejen en paz a
La mansión donde Amir vivía con su padre era impresionante. Situada en un área apartada, rodeada por muros altos de piedra y puertas ornamentadas, la residencia parecía una fortaleza de lujo, que emanaba una sensación de poder y misterio. Al ingresar a la propiedad, un camino de mármol blanco llevaba hacia un gran patio central.Un mayordomo y varios sirvientes los escoltaron ayudándolos con los equipajes. En este, fuentes de agua adornaban el espacio, creando un ambiente relajante con su sonido cristalino. Palacios como este estaban pensados para reflejar el estatus de Amir y su poderosa familia, y todo en el diseño estaba destinado a transmitir su grandeza.La fachada de la mansión estaba decorada con intrincados detalles islámicos: arabescos, columnas altas, y ventanas con marcos dorados. Las luces cálidas de las lámparas suspendidas sobre las puertas se reflejaban en el suelo de mármol, dándole una sensación de sofisticación al lugar.No era simplemente una casa, era un símbolo de
Elena parpadeó, sorprendida por la llegada inesperada de Kiara y la presentación tan directa de Amón.La mujer que acababa de entrar llevaba un vestido largo y holgado, diseñado para acomodar su avanzado embarazo, y a pesar del cansancio evidente en su rostro, había en ella una serenidad que irradiaba confianza y calidez.Kiara sonrió amablemente a Elena, aunque sus ojos evaluaban cada detalle con discreción.—Es un placer conocerte, Elena. Amir me ha hablado mucho de ti.Elena asintió, tratando de mantener la compostura.—El gusto es mío, Kiara. Espero que te encuentres bien.—Ah, como puedes ver, llevo a un pequeño terremoto en camino —respondió Kiara, acariciando suavemente su vientre con una risa ligera—. Pero estoy bien. Gracias por preguntar.Amón rodeó los hombros de Kiara con un brazo y la ayudó a sentarse en un sillón cercano. Zahir, quien había permanecido observando en silencio, arqueó una ceja al ver cómo su hijo mayor manejaba la situación.—Kiara, querida, ¿no te dije qu
La habitación que Amón había preparado para Hades y Elena era mucho más romántica de lo que cualquiera de los dos había imaginado.Ambos quedaron asombrados por los detalles. Las paredes estaban cubiertas con tapices de suaves tonos dorados y marfil, y las lámparas emitían una luz cálida que iluminaba el espacio con una atmósfera íntima y acogedora.El centro de la habitación era una cama enorme, cubierta con sábanas de satén blanco y almohadas mullidas. Sobre la cama, había pétalos de rosa dispuestos en forma de corazón, un gesto inesperado que hizo que Elena se sonrojara. En una mesa cercana, una botella de vino tinto y dos copas esperaban, acompañadas por un pequeño plato de frutas frescas. Las ventanas abiertas daban al jardín iluminado por la luz de la luna, y una suave brisa traía consigo el aroma de las flores nocturnas.Hades dejó escapar una risa suave, claramente impresionado por los besos que su Omega dejaba en él.—Me sabes tan deliciosa.Elena asintió, todavía admirando e
La intensidad de la noche se prolongó hasta la mañana, con Hades tratando de calmar su celo mientras Elena respondía a cada uno de sus movimientos con la misma entrega.La conexión entre ellos era tan poderosa que parecía envolver la habitación, creando un espacio donde sólo existían ellos dos.Finalmente, exhaustos pero completamente satisfechos, se quedaron tumbados en la cama, sus cuerpos entrelazados mientras la luz del sol comenzaba a filtrarse por las cortinas. Era increíble cómo su celo solo duró una noche, piensan que tal vez se debió a su nueva complexión y feromonas alfas Mega Dominante, tiene más control de su propio cuerpo.—Creo que ahora sí desocupamos la mansión —bromea Elena, dejando escapar una risa suave, bañada en sudor y los jugos de Hades en todo su cuerpo y entre pierna.Hades sonríe, inclinándose para besarla suavemente.—No me importa. Siempre que estés conmigo, el resto del mundo puede esperar.Elena cerró los ojos, dejando que el calor de sus palabras la envo
Al amanecer, Elena se desperezó entre las sábanas de seda, sintiendo la calidez del cuerpo de Hades a su lado. Él la observaba con una sonrisa adormilada, su cabello ligeramente despeinado y una expresión de pura adoración.—Buenos días, amor mío —murmuró Hades, dejando un beso suave en su frente.—Buenos días. ¿Cómo es que tú siempre te despiertas antes que yo? —pregunta ella, sonriendo mientras se acurrucaba contra su pecho.—Debe ser instinto alfa —bromeó él, acariciándole el cabello.Ambos compartieron unos minutos más de tranquilidad, pero el hambre terminó ganando. Decidieron vestirse y bajar a desayunar con el resto de la familia de Hades. Elena eligió un vestido suelto y cómodo, mientras que Hades optó por una camisa de lino blanca y pantalones oscuros.Cuando llegaron al comedor, los recibió un ambiente bastante animado. Amón estaba sentado en la cabecera de la mesa, con una sonrisa divertida en los labios. A su lado estaban sus tres esposas: Kiara, la Omega recesiva embaraza
A lo largo de la mañana, Hades se preparó para el encuentro con Iris. Su mente se desvió varias veces hacia Elena, y una sonrisa involuntaria apareció en su rostro al pensar en ella, mientras iban en el carro.Pero el peso de lo que estaba por venir lo mantenía al margen. Necesitaba ser fuerte.Una hora despues, se encontraba en Catch at St. Regis.Hades se encontraba en el vestíbulo del Catch at St. Regis, un restaurante de renombre que ofrecía una experiencia culinaria de lujo.Hades hizo una señal al anfitrión y fue guiado a su mesa. Hades reservó dos mesas. Una para que Elena lo espere sentada. Y otra para el encuentro con Iris. Su presencia lo calmaba, pero sabía que este era un momento en el que debía separar a los dos mundos.Elena, le sonrió desde lejos, con su mirada amable y llena de confianza. Hades sonrió de vuelta, pero algo en sus ojos denotaba la tensión de la situación. Él no podía permitirse sentarse con ella aún. Tenía que enfrentar lo que estaba por venir. Minutos d
—¡Cuidado! —gritó Dante, pero Iris no reaccionó.Sin pensarlo dos veces, Dante se lanzó hacia ella, corriendo a toda velocidad y logrando apartarla del camino justo a tiempo. Ambos cayeron al suelo, mientras la moto chocaba contra un camión que estaba estacionado unos metros más adelante, causando un estruendo que atrajo miradas de los alrededores.Iris abrió los ojos con sorpresa, encontrándose cara a cara con Dante, quien estaba sobre ella, protegiéndola con su cuerpo. Su respiración era rápida, y el corazón le latía con fuerza por la adrenalina, pero lo único que podía ver eran esos ojos verdes intensos que la miraban con preocupación.—¿Estás bien? —preguntó Dante, sin moverse de su posición.Iris asintió lentamente, incapaz de apartar la vista de él. Sus feromonas, que emanaban un aura protectora y fuerte, la envolvieron por completo, llenando el aire con un aroma que le resultó inexplicablemente reconfortante.—Sí... estoy bien —murmuró, casi sin aliento.Dante se quedó mirandol