Elena parpadeó, sorprendida por la llegada inesperada de Kiara y la presentación tan directa de Amón.La mujer que acababa de entrar llevaba un vestido largo y holgado, diseñado para acomodar su avanzado embarazo, y a pesar del cansancio evidente en su rostro, había en ella una serenidad que irradiaba confianza y calidez.Kiara sonrió amablemente a Elena, aunque sus ojos evaluaban cada detalle con discreción.—Es un placer conocerte, Elena. Amir me ha hablado mucho de ti.Elena asintió, tratando de mantener la compostura.—El gusto es mío, Kiara. Espero que te encuentres bien.—Ah, como puedes ver, llevo a un pequeño terremoto en camino —respondió Kiara, acariciando suavemente su vientre con una risa ligera—. Pero estoy bien. Gracias por preguntar.Amón rodeó los hombros de Kiara con un brazo y la ayudó a sentarse en un sillón cercano. Zahir, quien había permanecido observando en silencio, arqueó una ceja al ver cómo su hijo mayor manejaba la situación.—Kiara, querida, ¿no te dije qu
La habitación que Amón había preparado para Hades y Elena era mucho más romántica de lo que cualquiera de los dos había imaginado.Ambos quedaron asombrados por los detalles. Las paredes estaban cubiertas con tapices de suaves tonos dorados y marfil, y las lámparas emitían una luz cálida que iluminaba el espacio con una atmósfera íntima y acogedora.El centro de la habitación era una cama enorme, cubierta con sábanas de satén blanco y almohadas mullidas. Sobre la cama, había pétalos de rosa dispuestos en forma de corazón, un gesto inesperado que hizo que Elena se sonrojara. En una mesa cercana, una botella de vino tinto y dos copas esperaban, acompañadas por un pequeño plato de frutas frescas. Las ventanas abiertas daban al jardín iluminado por la luz de la luna, y una suave brisa traía consigo el aroma de las flores nocturnas.Hades dejó escapar una risa suave, claramente impresionado por los besos que su Omega dejaba en él.—Me sabes tan deliciosa.Elena asintió, todavía admirando e
La intensidad de la noche se prolongó hasta la mañana, con Hades tratando de calmar su celo mientras Elena respondía a cada uno de sus movimientos con la misma entrega.La conexión entre ellos era tan poderosa que parecía envolver la habitación, creando un espacio donde sólo existían ellos dos.Finalmente, exhaustos pero completamente satisfechos, se quedaron tumbados en la cama, sus cuerpos entrelazados mientras la luz del sol comenzaba a filtrarse por las cortinas. Era increíble cómo su celo solo duró una noche, piensan que tal vez se debió a su nueva complexión y feromonas alfas Mega Dominante, tiene más control de su propio cuerpo.—Creo que ahora sí desocupamos la mansión —bromea Elena, dejando escapar una risa suave, bañada en sudor y los jugos de Hades en todo su cuerpo y entre pierna.Hades sonríe, inclinándose para besarla suavemente.—No me importa. Siempre que estés conmigo, el resto del mundo puede esperar.Elena cerró los ojos, dejando que el calor de sus palabras la envo
Al amanecer, Elena se desperezó entre las sábanas de seda, sintiendo la calidez del cuerpo de Hades a su lado. Él la observaba con una sonrisa adormilada, su cabello ligeramente despeinado y una expresión de pura adoración.—Buenos días, amor mío —murmuró Hades, dejando un beso suave en su frente.—Buenos días. ¿Cómo es que tú siempre te despiertas antes que yo? —pregunta ella, sonriendo mientras se acurrucaba contra su pecho.—Debe ser instinto alfa —bromeó él, acariciándole el cabello.Ambos compartieron unos minutos más de tranquilidad, pero el hambre terminó ganando. Decidieron vestirse y bajar a desayunar con el resto de la familia de Hades. Elena eligió un vestido suelto y cómodo, mientras que Hades optó por una camisa de lino blanca y pantalones oscuros.Cuando llegaron al comedor, los recibió un ambiente bastante animado. Amón estaba sentado en la cabecera de la mesa, con una sonrisa divertida en los labios. A su lado estaban sus tres esposas: Kiara, la Omega recesiva embaraza
A lo largo de la mañana, Hades se preparó para el encuentro con Iris. Su mente se desvió varias veces hacia Elena, y una sonrisa involuntaria apareció en su rostro al pensar en ella, mientras iban en el carro.Pero el peso de lo que estaba por venir lo mantenía al margen. Necesitaba ser fuerte.Una hora despues, se encontraba en Catch at St. Regis.Hades se encontraba en el vestíbulo del Catch at St. Regis, un restaurante de renombre que ofrecía una experiencia culinaria de lujo.Hades hizo una señal al anfitrión y fue guiado a su mesa. Hades reservó dos mesas. Una para que Elena lo espere sentada. Y otra para el encuentro con Iris. Su presencia lo calmaba, pero sabía que este era un momento en el que debía separar a los dos mundos.Elena, le sonrió desde lejos, con su mirada amable y llena de confianza. Hades sonrió de vuelta, pero algo en sus ojos denotaba la tensión de la situación. Él no podía permitirse sentarse con ella aún. Tenía que enfrentar lo que estaba por venir. Minutos d
—¡Cuidado! —gritó Dante, pero Iris no reaccionó.Sin pensarlo dos veces, Dante se lanzó hacia ella, corriendo a toda velocidad y logrando apartarla del camino justo a tiempo. Ambos cayeron al suelo, mientras la moto chocaba contra un camión que estaba estacionado unos metros más adelante, causando un estruendo que atrajo miradas de los alrededores.Iris abrió los ojos con sorpresa, encontrándose cara a cara con Dante, quien estaba sobre ella, protegiéndola con su cuerpo. Su respiración era rápida, y el corazón le latía con fuerza por la adrenalina, pero lo único que podía ver eran esos ojos verdes intensos que la miraban con preocupación.—¿Estás bien? —preguntó Dante, sin moverse de su posición.Iris asintió lentamente, incapaz de apartar la vista de él. Sus feromonas, que emanaban un aura protectora y fuerte, la envolvieron por completo, llenando el aire con un aroma que le resultó inexplicablemente reconfortante.—Sí... estoy bien —murmuró, casi sin aliento.Dante se quedó mirandol
Elena tomó asiento en un banco cercano, cruzando las piernas mientras Lucas, su otro hermano, se sentaba junto a ella con los brazos cruzados. Hades permaneció de pie a su lado, observando la escena con atención.—Lucas, ¿me puedes explicar cómo es que ustedes dos están aquí? —preguntó Elena, alzando una ceja y cruzando los brazos en un gesto que reflejaba su incredulidad.Lucas suspiró y miró a su hermana.—Te seguimos, obviamente. Sabíamos que este asunto con Iris y Hades era importante, y Dante insistió en que no podíamos dejarte manejar esto sola.—No estaba sola. —Elena señaló a Hades con un gesto—. Él siempre ha estado conmigo.Lucas ignoró la réplica y cambió el enfoque.—Y claramente Dante tenía razón en venir. Mira la situación. Si no hubiera estado ahí, Iris estaría en problemas ahora mismo.Elena rodó los ojos, pero no pudo evitar mirar de reojo hacia donde estaban Dante e Iris. Su hermano mayor estaba ahora buscando agua, mientras Iris se sentaba en otro banco cercano, aún
Iris se sienta frente a su padre, Farid Al-Malak, un hombre de presencia imponente, conocido por su carácter estricto y su dedicación al honor familiar. Él estaba revisando unos documentos importantes cuando su hija irrumpió en su despacho con una expresión determinada.—Padre, necesito hablar contigo.Farid deja los papeles en su escritorio y levanta la mirada, arqueando una ceja.—¿Qué sucede, Iris? Espero que sea algo importante.Ella respira hondo, preparándose para lo que sabía sería una conversación tensa.—He roto mi compromiso con Hades.Farid frunce el ceño, y su expresión se endureció.—¿Qué dices? ¿Rompiste el compromiso con los Al-Rashid? ¿Sin consultarme?—Sí, papito lindo. No tenía sentido continuar. Él está enamorado de otra mujer llamada Elena, y yo... —Hizo una pausa, sintiendo cómo su corazón se aceleraba al recordar a Dante—. Yo conocí al Alfa de mi vida y quiero que me ayudes a atraparlo.La confesión deja a Farid sin palabras por unos segundos. Luego, se levanta d