Al amanecer, Elena se desperezó entre las sábanas de seda, sintiendo la calidez del cuerpo de Hades a su lado. Él la observaba con una sonrisa adormilada, su cabello ligeramente despeinado y una expresión de pura adoración.—Buenos días, amor mío —murmuró Hades, dejando un beso suave en su frente.—Buenos días. ¿Cómo es que tú siempre te despiertas antes que yo? —pregunta ella, sonriendo mientras se acurrucaba contra su pecho.—Debe ser instinto alfa —bromeó él, acariciándole el cabello.Ambos compartieron unos minutos más de tranquilidad, pero el hambre terminó ganando. Decidieron vestirse y bajar a desayunar con el resto de la familia de Hades. Elena eligió un vestido suelto y cómodo, mientras que Hades optó por una camisa de lino blanca y pantalones oscuros.Cuando llegaron al comedor, los recibió un ambiente bastante animado. Amón estaba sentado en la cabecera de la mesa, con una sonrisa divertida en los labios. A su lado estaban sus tres esposas: Kiara, la Omega recesiva embaraza
A lo largo de la mañana, Hades se preparó para el encuentro con Iris. Su mente se desvió varias veces hacia Elena, y una sonrisa involuntaria apareció en su rostro al pensar en ella, mientras iban en el carro.Pero el peso de lo que estaba por venir lo mantenía al margen. Necesitaba ser fuerte.Una hora despues, se encontraba en Catch at St. Regis.Hades se encontraba en el vestíbulo del Catch at St. Regis, un restaurante de renombre que ofrecía una experiencia culinaria de lujo.Hades hizo una señal al anfitrión y fue guiado a su mesa. Hades reservó dos mesas. Una para que Elena lo espere sentada. Y otra para el encuentro con Iris. Su presencia lo calmaba, pero sabía que este era un momento en el que debía separar a los dos mundos.Elena, le sonrió desde lejos, con su mirada amable y llena de confianza. Hades sonrió de vuelta, pero algo en sus ojos denotaba la tensión de la situación. Él no podía permitirse sentarse con ella aún. Tenía que enfrentar lo que estaba por venir. Minutos d
—¡Cuidado! —gritó Dante, pero Iris no reaccionó.Sin pensarlo dos veces, Dante se lanzó hacia ella, corriendo a toda velocidad y logrando apartarla del camino justo a tiempo. Ambos cayeron al suelo, mientras la moto chocaba contra un camión que estaba estacionado unos metros más adelante, causando un estruendo que atrajo miradas de los alrededores.Iris abrió los ojos con sorpresa, encontrándose cara a cara con Dante, quien estaba sobre ella, protegiéndola con su cuerpo. Su respiración era rápida, y el corazón le latía con fuerza por la adrenalina, pero lo único que podía ver eran esos ojos verdes intensos que la miraban con preocupación.—¿Estás bien? —preguntó Dante, sin moverse de su posición.Iris asintió lentamente, incapaz de apartar la vista de él. Sus feromonas, que emanaban un aura protectora y fuerte, la envolvieron por completo, llenando el aire con un aroma que le resultó inexplicablemente reconfortante.—Sí... estoy bien —murmuró, casi sin aliento.Dante se quedó mirandol
Elena tomó asiento en un banco cercano, cruzando las piernas mientras Lucas, su otro hermano, se sentaba junto a ella con los brazos cruzados. Hades permaneció de pie a su lado, observando la escena con atención.—Lucas, ¿me puedes explicar cómo es que ustedes dos están aquí? —preguntó Elena, alzando una ceja y cruzando los brazos en un gesto que reflejaba su incredulidad.Lucas suspiró y miró a su hermana.—Te seguimos, obviamente. Sabíamos que este asunto con Iris y Hades era importante, y Dante insistió en que no podíamos dejarte manejar esto sola.—No estaba sola. —Elena señaló a Hades con un gesto—. Él siempre ha estado conmigo.Lucas ignoró la réplica y cambió el enfoque.—Y claramente Dante tenía razón en venir. Mira la situación. Si no hubiera estado ahí, Iris estaría en problemas ahora mismo.Elena rodó los ojos, pero no pudo evitar mirar de reojo hacia donde estaban Dante e Iris. Su hermano mayor estaba ahora buscando agua, mientras Iris se sentaba en otro banco cercano, aún
Iris se sienta frente a su padre, Farid Al-Malak, un hombre de presencia imponente, conocido por su carácter estricto y su dedicación al honor familiar. Él estaba revisando unos documentos importantes cuando su hija irrumpió en su despacho con una expresión determinada.—Padre, necesito hablar contigo.Farid deja los papeles en su escritorio y levanta la mirada, arqueando una ceja.—¿Qué sucede, Iris? Espero que sea algo importante.Ella respira hondo, preparándose para lo que sabía sería una conversación tensa.—He roto mi compromiso con Hades.Farid frunce el ceño, y su expresión se endureció.—¿Qué dices? ¿Rompiste el compromiso con los Al-Rashid? ¿Sin consultarme?—Sí, papito lindo. No tenía sentido continuar. Él está enamorado de otra mujer llamada Elena, y yo... —Hizo una pausa, sintiendo cómo su corazón se aceleraba al recordar a Dante—. Yo conocí al Alfa de mi vida y quiero que me ayudes a atraparlo.La confesión deja a Farid sin palabras por unos segundos. Luego, se levanta d
—Gracias por acompañarnos esta noche, Iris. —Tomó su mano con suavidad, inclinándose ligeramente mientras depositaba un beso en el dorso de esta—. Espero que podamos conocernos mejor.Iris sintió un cosquilleo recorrer su cuerpo, una mezcla de emoción y sorpresa ante el gesto tan elegante y delicado de Dante. Sus mejillas se tiñeron de rojo mientras lo miraba directamente a los ojos.—El placer fue mío, Dante. Y... también espero que podamos hablar más.Con esas palabras se despidieron. Iris se fue con su padre.Lucas, quien estaba cerca, no pudo evitar soltar un comentario burlón cuando Dante regresó hacia él y Hades.—¡Vaya, hermano! Seguro Iris no lavará esa mano por días. —Lucas rió, pero antes de que pudiera decir algo más, Dante le dio un suave golpe en la cabeza.—Deja de comportarte como un niño, Lucas —dijo Dante, aunque una sonrisa escapó de sus labios.—Lucas, mejor ya vete a dormir—le aconseja Victoria.Mientras los hermanos varones salían junto con Hades y Elena, las espo
—Si, eres el menor de los tres—aclara Elena—Asi que déjate de darte bombo.—Soy más alto que tú.—Sigues siendo el menor—ella se ríe.Layla, sin perder el tiempo, extendió su mano también.—Un placer conocerte, Lucas. Soy Layla, la hermana más encantadora de Hades.A Hades casi le dale una risotada.Lucas, acostumbrado a manejar situaciones incómodas con humor, sonrió mientras estrechaba también la mano de Layla ajeno al deseo de ambas.—Bueno, parece que la familia de Hades tiene lindas chicas. Es un placer conocerlas.A lo largo de la mañana, Yazmín y Layla no perdieron la oportunidad de competir por la atención de Lucas.Yazmín intentó impresionarlo con su conocimiento de cultura e historia, mientras que Layla desplegaba su encanto natural con comentarios ingeniosos y una sonrisa deslumbrante.Amir, observa todo desde una esquina del jardín, comentó en voz baja a Hades.—¿Tus hermanas siempre son así?Hades suspiró.—Solo cuando están interesadas en alguien.Elena, escuchándolos, b
El cambio de ritmo en la música fue un alivio para Iris, aunque apenas podía concentrarse con Dante tan cerca.Él se movía con fluidez, adaptándose al nuevo ritmo, pero no la soltó ni un momento. Su mano permanecía en su cintura, como si temiera que pudiera desaparecer si dejaba de tocarla.—¿Te diviertes? —pregunta él con una sonrisa traviesa.—Mucho más de lo que esperaba. —Iris alzó la mirada hacia él, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y algo más que ella aún no se atrevía a definir.Dante se inclinó para susurrarle al oído:—Entonces es una noche perfecta.El ambiente en la discoteca seguía cargado de energía, y aunque el lugar estaba lleno, para ellos parecía que solo existían el uno para el otro. Después de unas cuantas canciones más, Iris, algo acalorada, tiró suavemente de la mano de Dante.—Necesito aire.Él asintió y la guió fuera de la discoteca. La noche de Abu Dabi era fresca, y las luces de la ciudad brillaban con intensidad, reflejándose en los edificios cerc